Alejada de las pistas desde febrero de 2023, Garbiñe Muguruza (30 años) anunciaba hace unos días lo que se había convertido en un secreto a voces: su retirada definitiva del tenis.
"Hasta aquí he llegado. He tomado la decisión poco a poco. Cada día que pasaba me sentía mejor y no echaba nada de menos el circuito. Siento que ha llegado el momento de retirarme y abrir una nueva vida. Me siento muy joven para esa palabra, pero quería decirlo y ya está", reconocía, emocionada la jugadora.
Ganadora de Roland Garros en 2016, Wimbledon en 2017 y la Copa de Maestras en 2021, Garbiñe ha confesado que sus prioridades han cambiado progresivamente, y entre sus próximos retos está casarse con el modelo y empresario Arthur Borges, convertirse en madre o tener un perro.
Abrumada por la cantidad de mensajes que ha recibido tras hacer pública su retirada, la ya extenista ha reaparecido en la gala de los Premios Laureus, celebrada este pasado lunes, día 22, en Madrid.
Acompañada por su prometido, Muguruza ha lucido un elegante diseño morado con escote halter, flores al cuello y corte imperio que evidenciaba su ligero aumento de peso tras dejar el estricto entrenamiento que siguen las deportistas de élite.
Una nueva silueta que ha desatado numerosos comentarios -y duras críticas- en redes sociales, a los que la vasca no ha tenido problema en responder con una sonrisa. "Oye, si no entreno, ¿qué voy a hacer? Yo quiero vivir la vida, quiero disfrutar. El régimen de entrenamiento es extremadamente duro, la verdad", ha asegurado.
Para añadir, tajante: "Entonces, cuando uno vive más la vida y te relajas, quieres disfrutar de ella, ¿no? Y ese físico de atleta olímpica, ya sabemos todas que... A ver, vamos a ser claras. Lo importante es mantenerse sana y en forma y disfrutar de la vida".
"Mi retirada es algo que hacía tiempo que iba digiriendo mes a mes, hay que saber también cuándo pasar capítulo, ¿no? Eso es muy importante. Yo sentí que era un buen timming en mi vida. Ahora quiero un cambio en mi vida, una boda, un perro...", ha afirmado, reconociendo que en su decisión de colgar la raqueta ha pesado en su vida personal y sus ganas de hacer otras cosas.
Inmersa en los preparativos de su 'sí quiero' a Arthur Borges un año después de su compromiso, Garbiñe adelanta que su enlace se celebrará en España, aunque todavía no puede dar detalles de la fecha ni el lugar. "Es en el sur de España, con calma pero sí, ya sabréis", ha revelado, ilusionada, manteniendo por el momento su secreto mejor guardado.
"El tenis profesional es muy duro y también es un alivio también no tener que estar sufriendo con lesiones. Yo también he sufrido mucho del cuerpo, es duro y estoy contenta", ha apostillado, al tiempo que admite que no se arrepiente en absoluto de su decisión.
"Me encantaría formar una familia, creo que es algo que me he perdido mucho en esta vida del tenis profesional. Echo de menos esa calidad humana y un hogar, eso es muy importante, un hogar", ha remachado, feliz por el futuro que le espera.
La historia de amor de Garbiñe Muguruza y Arthur Borges, mitad español y mitad finlandés, surgió por casualidad cuando se encontraron en Nueva York.
La deportista disfrutaba de su tiempo libre mientras competía en el Abierto de Estados Unidos. "Salgo y en una de esas calles me lo cruzo caminando y de repente él se gira y me dice: 'Buena suerte en el US Open'. Me quedé pensando: '¡Qué chico tan guapo!' Y, a partir de ahí, pues conectamos", relató la hispano-venezolana en una entrevista en la revista ¡HOLA!