Julián Contreras (38 años) nunca hubiera podido imaginar, cuando se trasladó a vivir a la provincia de Cuenca, que a raíz de un artículo de EL ESPAÑOL su vida iba a ocupar horas y horas de televisión y su nombre sería el reclamo en diversos medios de comunicación.
Su actual día a día en dicha provincia es radiado casi diariamente, máxime desde que este periódico desveló su paradero: está viviendo, junto a su padre enfermo, en el municipio Villar de Cañas. No sólo esto; también han salido a relucir sus problemas con su anterior casera y los desahucios a los que se ha enfrentado tiempo atrás.
EL ESPAÑOL ha podido confirmar que la estancia del hijo de Carmina Ordóñez en Cuenca es sólo temporal y que ya está buscando otros alquileres. Uno de los últimos escándalos que han sonado en torno a él es que está intentando buscar casa en Córdoba y que habría intentado "seducir" a una mujer en ese proceso de búsqueda.
Sea como fuere, informaciones varias que se suceden mientras el hermano de Francisco Rivera (50) continúa al cuidado de su padre enfermo -está aquejado de un glaucoma-, y trata de ganar dinero a través de sus trabajos en YouTube y Twitch. En medio de este convulso momento, este medio ha rescatado un material audiovisual en el que Julián, de 10 años, aparece junto a su padre en una entrevista en televisión.
Se trata de un programa, emitido en Canal Sur TV, llamado Ventanas al sol. Estuvo presentado por el periodista José Francisco Domínguez del Postigo, conocido como Domi del Postigo, y Ana Carvajal. Esta interviú en la que Julián hijo y Julián padre son entrevistados está fechada en julio de 1996.
Tal y como se puede observar en el vídeo que ilustra este artículo, el padre de Julián es el claro protagonista. Acude a dicho espacio para promocionar su música. No en vano, pese a que pocos son los datos que se manejan en la actualidad, Julián Contreras Rodríguez fue un artista de cierto éxito en su momento, un cantautor con cinco álbumes en el mercado, varios singles y un disco recopilación.
"Estoy muy feliz de estar en mi tierra, en Huelva. Poder estar con vosotros es un honor", se puede escuchar a Julián padre en el programa, con la guitarra apoyada en su regazo. En ese momento, el conductor del programa cede el protagonismo a Julián hijo, quien, tímido, está sentado a la vera de su progenitor con micrófono en mano.
"Este es casi un torero ya, ¿eh?", asevera Domi del Postigo. El padre le pregunta al hijo: "Julián, ¿tú crees que tienes pinta de torero?".
El niño, que alcanza 10 años en ese momento, se lleva el micrófono a la boda y dice, con gran salero y desenvoltura: "Yo creo que sí. Yo quiero ser torero, no cantante". "¿Tienes algún torero al que te quieras parecer?", le interpela el presentador. "No", responde, sin género de duda, Julián hijo, y termina reconociendo que se quiere parecer a sí mismo.
En otro orden de cosas, explica el pequeño Julián en ese vídeo que acaba de hacer la Primera Comunión y que llegó a torear en la celebración: "Ya le hice hace poco. Hice fiesta con los amigos y capea. Toreé también".
En este punto de la entrevista, el foco vuelve hacia Julián padre, quien detalla cómo se encuentra, revelando un difícil trance de salud. "Estoy en baja forma porque me operé del menisco. Estoy en rehabilitación, en un mes malísimo para los cantantes".
Y añade: "No te voy a decir que tuviera 50 galas, pero algo había y no puedo hacerlo. Y muy mal estoy, porque tengo muy mala paciencia. Por las mañanas hago bicicleta y por la tarde voy al fisio. Esa es mi vida en julio, espero que en agosto pegue el salto para Marbella y pueda hacer mis contratitos por ahí". En aquel encuentro televisivo Julián padre se confesó un "romántico".
En todo momento, durante los cuatro minutos de tiempo que hay como únicos testigos de aquel material de la cadena andaluza, se puede ver un detalle revelador: cómo Julián hijo mira con gran admiración y respeto a su padre. Incluso, por momentos, se diría que le lanza una rápida mirada de aprobación antes de contestar a algún requerimiento del presentador.
Una relación paternofilial muy especial que hoy se puede confirmar que ha permanecido en el tiempo hasta la actualidad. De hecho, Julián Contreras siempre ha destacado por el cuidado desinteresado de sus padres. Lo hizo con su madre, Carmina Ordóñez, a la cuidó y atendió hasta el último día de su vida, aquel gélido 23 de julio de 2004, y está haciendo exactamente lo mismo con su progenitor, Julián.
"A mí el día en el que de verdad me cambiará la vida será en el que él no esté. Será un punto y aparte de mi vida radical que no soy capaz de concebir. Pero mi padre es mi padre. Yo llego a la vida de las personas cuando las personas quieren que llegue a su vida y me voy el día que lo desean. Y estoy muy contento con esta dinámica", manifestó hace un tiempo para la revista Pronto.
El padre de Julián Contreras Ordóñez padece un glaucoma, o lo que es lo mismo una anomalía en los ojos que puede causar pérdida de visión y ceguera al dañarse el nervio óptico. "Mi padre se está quedando ciego. Lo más lesionado que tiene es la visión periférica. Si tú le pones una mesa debajo de las rodillas, sabes que se va a golpear", reconoció Julián Contreras hijo en 2018.