Este jueves, 15 de febrero de 2024, ha sido un día muy importante para la marquesa de Griñón, Tamara Falcó (42 años). La socialité ha ejercido, una temporada más, de embajadora de excepción para presentar el desfile de su nueva colección en colaboración en la prestigiosa firma Pedro del Hierro.
En el marco de la flamante edición de la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid, la hija de Isabel Preysler (72) ha atendido a los medios de comunicación en Ifema. Como siempre suele ocurrir en su caso, la expectación era máxima y ningún medio de comunicación ha querido perderse esta cita ineludible no sólo con la Falcó más televisiva, sino también con la moda.
EL ESPAÑOL ha estado presente y ha podido charlar con Tamara Falcó. Tan generosa y sincera como suele, la mujer de Íñigo Onieva (34) ha hablado de todo y no ha esquivado ninguna cuestión, por más delicada que fuera. No existe ninguna crisis con su marido y razón de amor, continúa con sus planes de ser madre y aprovecha su encuentro con los medios para denunciar el "acoso" al que ha sido sometida.
Tamara, ¿cómo se encuentra?
Estoy feliz, estoy emocionada. Estoy un poco con hormiguita en la tripa, a ver qué tal sale. La colección está basada en mi luna de miel, a lo Memorias de África. Es súper elegante; siempre recuerdo a mi padre vestido de Safari. Tenía muchas razones para hacer una colección así.
¿Íñigo no le ha podido acompañar, como en la ocasión anterior?
Me ha acompañado solamente una de las veces. Pero, bueno, vino antes porque era algo muy singular, la primera vez que desfilaba. Y como favor vino, también para hacer méritos con la reconciliación (risas) Hoy, no se lo he pedido. Si se lo hubiese pedido, vendría. No se lo he pedido porque sé que a él el tema de medios le resulta, a veces, muy abrasivo. Esto es mi trabajo, igual que él tiene el suyo.
¿Qué le ha dicho esta mañana Íñigo antes de salir?
Él estaba en una videollamada. Me ha dicho 'que salga todo bien'.
Lleva semana siendo protagonista, ¿venir aquí le ha generado más inquietud?
No, porque los rumores siempre están, siempre hay. Es verdad que no me voy a molestar a contestar en mitad de la calle a alguien que no conozco, pero cuando me lo preguntáis aquí no tengo problema.
¿Siente que la acosan por la calle con temas relacionados con Íñigo?
El problema es el tono. Aquí me habláis en un tono que no siempre es el de los redactores en la calle, que es muy agresivo. Buscan una reacción, todo el mundo quiere un titular. Me han dicho que soy una máquina de dar titulares. Ese no es el problema, pero sí que creo que soy una persona, tengo mis sentimientos y no pueden venir a atacarme así.
¿Está cansada de los comentarios?
No, intento vivir tranquila. En El Hormiguero lo sacamos bastante a menudo, por diferentes temas, porque ellos también son personas conocidas. El otro día participé, a mí me parece que no se debería mirar hacia la casa de alguien con unos prismáticos. No se debería hacer. Eso es un acoso, y nunca te vas a acostumbrar a eso.
¿Ha habido crisis con Íñigo en estos meses, como se ha dicho?
No ha habido ninguna. Es verdad que no todo ha sido una luna de miel. No hemos discutido en ningún restaurante. Es verdad que discusiones, como todas las parejas, hemos tenido. Pero sí que es verdad que ahora que estamos casados nos duran menos, porque sabemos que tenemos que solucionarlo de alguna forma.
¿Es usted rencorosa?
No sé si rencorosa. Sí que perdono, pero al principio me cuesta más porque considero que es una injusticia.
¿Le manda a dormir al sofá?
No, eso nunca.
¿De dónde cree que salen los rumores de crisis?
No lo sé, es cíclico. Lo siguiente que dirán es que estoy embarazada, siempre es lo mismo.
La pregunta parece obligada, ¿está embarazada?
No, no, seguro que no. Segurísimo.
A ese respecto, ¿está tranquila?
Estoy tranquila. Estoy bien, con mis proyectos. Acabo de volver del SHA -centro detox y de adelgazamiento-.
¿Siguen con el tratamiento de fertilidad?
Sí, seguimos. Es un tratamiento natural, donde te van diciendo cómo está tu cuerpo. Claro, seguimos yendo. No es fecundación in vitro, es un estudio de la mujer. Creo que todas las mujeres nos lo deberíamos hacer.
¿Íñigo también va?
Sí, pero lo suyo es simbólico. (Risas) Es mucho más complicado el cuerpo de la mujer. Es muy injusto, pero es así.
Si ve que no se queda embarazada, ¿recurriría a otros métodos?
Por ahora no, porque estoy viendo y no hay razones para preocuparme. No me he marcado ninguna fecha límite. De todas formas, el promedio de fertilidad son dos años.
Es una persona muy religiosa. ¿No ve injusto que la religión impida hacerse un tratamiento in vitro?
Yo creo que cada caso es particular y lo tienes que ver con tu director espiritual. Yo creo que, dentro de la fecundación in vitro, al principio, se han hecho muchas barbaridades. No en España, pero mucho de los embriones fecundados se congelaban y luego se descartaban para hacer experimentos con ellos. Ahora, existe un movimiento en el que tú adoptas un embrión fecundado que la gente deja...
¿Se está haciendo test de embarazo? ¿Cómo reacciona cuando ve que es negativo?
Nada, llevamos poco tiempo. Siempre es con ilusión y siempre piensas que te vas a quedar y que el problema es de otros.
¿Cómo han celebrado San Valentín?
Con una cena romántica que me preparó Íñigo, sin decirme nada, en un sitio secreto.
Según sus redes, están ustedes todo el día comiendo...
¡Es verdad! Todo el día. ¿Se lo podéis decir a Íñigo? Con él estoy siempre comiendo menús degustación... ¡No puede ser!
¿Algún regalo especial?
Yo a él, nada. Él a mí, la cena. Voy a contar algo gracioso. En mi familia, las mujeres, no regalan por el aniversario. En nuestro primer aniversario, Íñigo me había hecho una medallita. Yo la celebré mucho y me dice '¿y mi regalo?'. Y le dije que no había. Se pensaba que era una broma. ¡No había de verdad! En mi familia sólo regalan los chicos en los aniversarios. Se llevó un gran disgusto.
¿Algún plan especial por el cumpleaños de su madre, Isabel Preysler?
No, ella lo quiere celebrar en casa. No es redondo, y entonces lo vamos a hacer en casa. También es el cumple de mi primo, y lo haremos en familia. Tranquilos.
¿Cómo está su hermana Ana con el embarazo?
Está fenomenal. Parece que los bebés no pasan por ella.