No ha sido un comienzo de año 2024 fácil para el hijo menor de la siempre recordada e icónica Carmina Ordóñez, Julián Contreras (38 años). Tras un tiempo apartado de los medios de comunicación, el empresario reaparecía en televisión para responder a su hermano mayor, Francisco Rivera (50), tras la entrevista de éste en el espacio ¡De viernes!
Un cruce de acusaciones que ha recrudecido aún más, si cabe, la relación entre los hermanos maternos. No obstante, pronto el interés público viró y se expuso la delicada situación económica y laboral que atraviesan Julián y su progenitor.
Lo cierto es que el vástago de Carmen Ordóñez se ha enfrentado, en los últimos años, a diversos problemas de liquidez que desembocaron en -otros- desahucios. El último fue en febrero de 2023. Entonces, el también escritor volvió a revivir la dura experiencia de tener que desalojar una vivienda ante la imposibilidad de pagar y habiendo adeudado, presuntamente, 30.000 euros.
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Así lo ha defendido, días atrás, su antigua casera, de nombre Aránzazu, quien arguye que Julián y su padre se declararon "vulnerables" y que no fue fácil que abandonaran su domicilio. Contreras, por su parte, muy enfadado, desmiente la versión de la que fue su casera.
"Quiero dejar claro que la situación no es, en absoluto, la que se está contando", y admite que está "padeciendo una difamación que no es justa". Ese desdoro en su imagen, además, ha provocado que los dueños de las viviendas que Julián ha visitado en Madrid le hayan pedido "un año por adelantado" en concepto de alquiler.
Ante este asfixiante y difícil trance, EL ESPAÑOL puede confirmar en exclusiva que Julián y su padre, aquejado de una enfermedad degenerativa, ya han encontrado un domicilio en el que vivir, en la ciudad de Cuenca. Padre e hijo ya están instalados en su casa, también en régimen de alquiler.
De acuerdo a la información que se traslada, los alquileres en la capital de España eran inasumibles para el hermano de Cayetano Rivera (47). Hay que recordar que Julián ha negado categóricamente, durante cerca de un año, que los caseros de su última vivienda le hubieran echado, indicando que habría sido él mismo quien, por voluntad propia, se marchó.
Vamos a ver, el magacín matinal de Telecinco presentado por Joaquín Prat (48), tuvo acceso a los documentos que confirmaban el levantamiento judicial. El citado programa también habló con la excasera de Contreras.
"No sé exactamente la cifra de lo que me debe porque no es solamente lo que no ha pagado, también están los recibos que ha dejado a deber, la deuda que me ha dejado sobre el piso por recibos de agua, más los abogados, procuradores, cerrajeros...", reconoció la dueña de la propiedad.
"La cifra está más cerca de los 30.000 euros", ha apostillado esta mujer, llamada Aránzazu. "Esto empieza en marzo de 2020, se le manda un burofax y su actitud es 'puedo no pagarte", relata la excasera de Julián sobre cómo empezó el proceso. Tras esto, detalla: "Se le reclama la cantidad en junio de 2020 y se le dan los 30 días legales para evitar enervar la acción: me pagas o entramos por vía judicial".
"Mi abogado presenta la denuncia en julio e informa al entorno legal de Julián Contreras que en agosto cierran y no le van a llegar. Por lo que se admite la denuncia a trámite y no se le notifica hasta diciembre de 2020", sentencia la casera. "A continuación, el juicio se da para enero -de 2021-, pero él dice ser vulnerable", declara Aránzazu.
Es decir, el proceso de desahucio arranca en 2020 y hasta febrero de 2023 no consigue esta mujer desalojar a Julián y a su padre. Añade Aránzazu: "Todo se retrasa porque su abogado intenta paralizarlo y demorarlo... el estado de la vivienda me la dejó bastante mal".
¿Qué tiene que decir al respecto Contreras? Entiende que estas manifestaciones de su excasera son "injustas, indecentes y tendrán sus consecuencias legales". "Lo que no se puede hacer es en un plató de televisión buscar lo que no se consigue en los juzgados. Es miserable y no se puede consentir", agrega el vástago menor de Carmina.
Los otros problemas de Julián
Sea como fuere, no es la primera vez que Julián Contreras vive una agónica situación económica. En 2016, padre e hijo se enfrentaron a la primera amenaza de desahucio, y en 2018 tuvieron que desalojar una vivienda por no pagar el alquiler.
"Yo ahora tengo mi vida en tres maletas y mi padre en cinco. Es lo único que hemos podido salvar después de que nos echaran de la casa. El resto, mi ropa, muebles, fotos, los libros, que son mi vida, eso está todo perdido", admitió Julián ese año, para añadir: "Yo cometí el error de ir a un juez y reconocer mis deudas, y ahora no puedo ni pagar lo que debo. Te ponen grilletes virtuales. Si me meten en Soto del Real, viviría mejor. Por lo menos tendría asegurada la comida".
En noviembre de 2018, Julián encuentra trabajo en un bingo, como informa EL ESPAÑOL. No obstante, los problemas crematísticos y las reclamaciones de deuda lo persiguen de cerca. En 2020, un examigo, de nombre Raúl Herrero, le solicita una elevada cantidad de dinero que le prestó para el equipamiento de su restaurante, el cual abrió sus puertas en 2014, en Madrid, bajo el nombre Pura Gula.
Entonces, según defendió Herrero, se le declaró en rebeldía a Julián. En 2022, se queda sin su trabajo en el citado bingo Copacabana: "Ya sabéis lo de las puertas y las ventanas... Os quiero contar que he terminado mi aventura en el bingo. Han sido unos años de gran aprendizaje, los cuales he podido compartir con grandes compañeros que han terminado siendo grandes amigos. Un interludio en mi vida que llega a su fin".
Sus estrecheces económicas parecen no cesar. En el plano literario, también ha probado suerte Contreras, con escaso tino: tiene en el mercado cuatro libros, el último, de contenido erótico, Artesanales. En el 2006 presentó su primera novela, Querida mamá, dedicada a Carmina Ordóñez; en 2009, publicó La pluma de la verdad; y, en 2017, Cuando el fracaso es un éxito.
Desde que falleció su madre en 2004, la vida de Julián Contreras no ha sido fácil. A la ausencia de su madre se unió el recuerdo de las situaciones que vivió con ella, poco adecuadas para un niño de su edad, y la ruptura de relaciones con sus hermanos, Francisco y Cayetano.