El 28 de marzo de 2023, la prensa especializada en crónica social en España dio un vuelco de 180 grados. Pasó algo inédito, inaudito y genuinamente histórico que tardará en volver a acontecer, si es que ocurre.
Nadie podía imaginar en la noche de ese, a priori, tranquilo martes, al filo de las 23:30 horas, que una noticia sobre la actriz y presentadora Ana García Obregón (68 años) iba a dar la vuelta al mundo y a generar un intenso -y bélico- debate nacional e internacional.
Casi tres años después de la muerte de su hijo, Álex Lequio, Ana Obregón daba la gran sorpresa al ser captada en Estados Unidos saliendo de un hospital tras convertirse en madre por gestación subrogada a los 68 años. Colmada de felicidad, tras unas oscuras gafas de sol, en sillas de ruedas -como marca el protocolo estadounidense-, y con una bebé en brazos, la presentadora dejaba en shock e impactado al país.
Esa noche del día 28, previa al miércoles en que las revistas del corazón ven la luz cada semana, la publicación ¡HOLA!, portadora del material gráfico que cambiaría el sino del cuore patrio, adelantaba la portada de su edición. "Ana Obregón, madre de una niña. Las emocionantes imágenes de la felicidad de Ana al salir del hospital con su bebé", titulaba el semanario.
Tal y como se sostuvo entonces, la pequeña vino al mundo el 20 de marzo de 2023 en Miami, donde Ana García Obregón alquiló un apartamento con vistas al mar para pasar estos primeros días.
El trámite se llevó en el más absoluto de los secretos. Fiel al relato, el 16 de marzo, "sin nadie que la acompañara y sin explicar a nadie el destino de su viaje", Ana partió en vuelo comercial hacia Miami para hacer realidad su sueño. El embarazo de la menor se produjo en junio de 2022, el mismo mes en que Álex Lequio habría cumplido 30 años.
Al mismo tiempo que la revista deslizaba los primeros datos de esta sorprendente noticia, en cuestión de minutos las redes sociales bullían, echaban humo a caballo entre el estupor, la sorpresa y la indignación. Twitter comenzaba a inundarse de reacciones.
Hubo quien apoyó a pies juntillas a la presentadora -alegando que este paso era una bocanada de aire fresco y ganas de vivir para ella-, y también quienes tildaban este trámite de "compra de vientres" y como una acción "aberrante".
Sea como fuere, el debate, en la calle, estaba encendido y al día siguiente, 29 de marzo, todos los medios de comunicación nacionales e internacional, digitales e impresos, las televisiones y las radios cedieron sus minutos a la gestación subrogada de Ana Obregón. Nadie en ese momento hablaba abiertamente de lo que se creía o especulaba: que, en realidad, esa niña era hija biológica de Álex Lequio y, por tanto, nieta de Ana Obregón.
Antes de que García Obregón diera un paso al frente públicamente y revelara su historia, ese miércoles los partidos políticos debatieron largo y tendido, y en el Congreso de los Diputados se trocó el orden del día habitual y también se puso sobre la mesa la gestación subrogada. PSOE y Podemos pidieron "abrir el debate" sobre esta práctica e impedir que pueda seguir realizándose a través de terceros países.
La por entonces ministra de Igualdad, Irene Montero (35), señaló que la gestación subrogada "no es legal en España", y que es "una forma de violencia contra la mujer". "Pido, por favor, a los medios que nunca se olviden de mostrar la realidad de las mujeres que hay detrás y de que hay un sesgo de discriminación por pobreza claro", opinó en el Congreso de los Diputados.
En este contexto, Montero advirtió de que las mujeres que dan a luz por vientre de alquiler son "mujeres precarias" que están "en una situación de pobreza y de absoluta precariedad". "Está regulado, es una práctica que no es legal, también está prohibida su publicidad y la nueva ley lo reconoce como una forma de violencia contra las mujeres", insistió la mujer de Pablo Iglesias (45).
También en los pasillos de la Cámara Baja, la socialista María Jesús Montero (57), opinó que "no estamos de acuerdo" con la decisión de Ana Obregón de recurrir a la gestación subrogada porque "es explotación de la mujer". "Una forma de esclavitud" y "mercantilización de la mujer" son las expresiones que más se expusieron en aquellos días en los que la política, como la sociedad española, se dividió por completo.
También recibió Obregón sendos apoyos, como el de Margarita Robles (67): "Es un tema que produce cierta curiosidad pero también deberíamos acostumbrarnos todos a respetar las razones personales, por qué una persona toma una decisión. Yo creo que aquí en España todos nos convertimos siempre en jueces y opinamos sobre lo que hacen los demás, muchas veces sin tener datos concretos".
En esa línea, pidió no juzgar a Ana Obregón sin saber las razones personales que le han llevado a tener una hija mediante gestación subrogada en Estados Unidos, que "son muy respetables, siempre que se cumpla la legislación vigente".
Entremedias de esta marejada, médicos y diversos especialistas opinaron sobre la idoneidad de ser madre a los 68 años. Ana García Obregón consiguió, pues, que España -y gran parte del mundo- tomara partido sobre su maternidad tardía. Una semana más tarde, la también bióloga rompía su silencio y narraba, punto por punto, su realidad.
Lo hizo en su revista de cabecera y a través de un excepcional reportaje en el que presentó a Ana Sandra Lequio Obregón, su nieta, hija de Álex. "Esta niña no es mi hija, sino mi nieta. Es hija de Aless y cuando crezca le contaré que su padre fue un héroe, para que sepa quién es", desveló Ana.
Y añadió: "La decisión de comenzar con el proceso de gestación, que implica, como sabes, la participación de una donante de óvulo y de una gestante la tomé el día que mi hijo se fue al cielo. Lo que la gente no sabe es que esa fue la última voluntad de Aless: la de traer un hijo suyo al mundo. Y así nos lo comunicó de palabra a su padre y a mí una semana antes de fallecer".
Según sus propias palabras, esta decisión del malogrado Álex se llama "testamento ológrafo": "Y se produce cuando una persona, ante dos testigos, expresa sus últimos deseos, aunque, por las circunstancias que sean, el notario no pueda estar presente". Y matiza la guionista de Ana y los 7: "Este documento existe y es legal". Ante esta realidad, y debido al vínculo biológico -amén del afectivo-, todos los focos se centraron en ese momento en Alessandro Lequio (63).
¿Qué opinaba el conde italiano de la llegada al mundo de su nieta? El silencio se impuso por su parte. "No voy a decir nada. (...) "Mi bandera siempre ha sido el silencio y seguirá siendo el silencio. Somos distintos. Ana está hecha de una manera; nadie es mejor, pero vivimos las situaciones de una manera distinta porque estamos hechos de una pasta distinta", fueron las primeras palabras de Alessandro.
Después, desapareció un tiempo del foco público y se ausentó de su puesto de trabajo. Al mismo tiempo, existió otra polémica en torno a la pequeña Ana Sandra: el presunto "fraude de ley" ante la inscripción de la menor tanto en Estados Unidos como en España. Hubo quien dudó de que fuera viable, como pretendió e hizo la celebrity, inscribir a su nieta en el consulado español en Miami como hija suya.
"Legalmente, es mi hija, y así aparece en su pasaporte. La registraré en el consulado español y luego podré traerla a casa [a España]", manifestó Ana Obregón a la revista. Finalmente, Obregón pudo inscribir a su hija sin ningún tipo de problema o traba, en virtud del contrato de gestación subrogada que sí es válido en EEUU.
Por su parte, Alessandro volvió a su puesto de trabajo, en el extinto El programa de Ana Rosa, y deslizó lo que sigue: "Como imaginarás, esta situación, como con todo lo relacionado con Álex, es tremendamente triste, muy triste. Hasta complicado. (...) Yo hoy me siento muy presionado porque sé que hay una gran expectación por lo que yo pueda decir. (...) En la vida cada uno lleva el luto como quiere y puede".
Tras esta polémica de la llegada al mundo de la pequeña Anita -como la llama Obregón-, la actriz, además, hizo realidad el otro sueño de su hijo: publicar el libro que comenzó el malogrado Álex y terminó su madre, El chico de las musarañas. Con su hija ya en casa, el día de la presentación de esta obra, la expectación no podía ser mayor, pues era la primera reaparición de Ana tras convertirse en madre.
Ese día, Ana, dolida, no defraudó: confirmó la gran brecha entre ella y Alessandro Lequio. Manifestó que el italiano llevaba "un mes sin hablarme, no sé qué le pasa. (...) Tu nieta te espera en casa". Meses después, la actriz se sentó en el nuevo espacio de Ana Rosa Quintana (67), TardeAR, en la tarde de Telecinco, y deslizó: "Anita es la hija de tu hijo y creo que él sería muy feliz si pudieras abrazarla".
Días después, Obregón volvía a conceder una reveladora entrevista en ¡HOLA!, donde desveló lo que sigue: "Tengo escrito en mi testamento que será mi sobrina Celia quien cuide de Anita cuando yo no esté". En una de sus últimas apariciones públicas de este 2023, Ana aseveró: "A mi nieta le explicaré con naturalidad todo, como dos gays le dicen a su hijo que son sus padres".
En los últimos días del año 2023 tuvo lugar un día muy especial e importante en la vida de la pequeña Ana Sandra: el día de su bautismo. Un sacramento que se celebró el pasado 15 de diciembre. Tal y como adelantó EL ESPAÑOL, la familia Obregón se reunió en torno a este ritual en la Parroquia de Nuestra Señora de La Moraleja, en Madrid.
Ana Sandra ha sido bautizada, en efecto, con la marcada ausencia de su abuelo paterno, Alessandro. Eso sí, con una familia numerosísima que la colmará de amor y atenciones.
"Está toda la familia enloquecida con Anita. Tengo a los primos... Es que, a ver: tíos tiene 11. Primos, por ahora, dos y los que están por venir. Porque se van a casar todos. Esta niña, cuando yo no esté, va a tener más de 30 personas cuidándola", manifestó Ana Obregón en su último acto público.
Sea como fuere, nadie puede negar que el hecho de que Ana García Obregón se haya convertido en madre por gestación subrogada a los 68 años de edad ha sido una de las noticias más impactantes del año, cuando no de la década. La decisión de Ana abrió informativos de televisión, se debatió en el Congreso de los Diputados y paralizó España.