"A días, no es fácil. Hay días que parece que estás mejor y de pronto al día siguiente pues... Lo normal y lo natural, en estos casos", ha asegurado recientemente Terelu Campos (58 años) al ser preguntada por su duro y lacerante duelo tras la pérdida de su madre, María Teresa Campos. Sostiene la primogénita de la emblemática presentadora que está siendo complicado adaptarse a una vida sin la presencia de su guía y referente.
Qué duda cabe que lidiar con los recuerdos y sentimientos agolpados es difícil. En los últimos días, además, las hijas de Campos han vivido uno de los días más aciagos de su vida, al tomar la decisión de desalojar y vaciar la casa donde vivió María Teresa los últimos años de su vida.
Cabe recordar que la mítica conductora de ¡Qué tiempo tan feliz! se mudó de domicilio a finales de 2021 y se instaló, en régimen de alquiler, en la zona de Aravaca, en Madrid, próxima a la casa de Terelu. Este miércoles, 18 de octubre, la revista Semana informa, con imágenes exclusivas, del día en que Terelu y Carmen vaciaron la casa de su progenitora.
Las hijas de Teresa Campos han tenido que hacer frente a este complicado trámite. De acuerdo a la información que traslada la revista, Terelu y Carmen han llevado algunos de los muebles y cuadros de su madre a un anticuario para que sean subastados. Una medida, conviene matizar, que la propia Teresa ya llevó a cabo en febrero de 2019, cuando comenzó con la venta de su casa en Molino de la Hoz.
En esta ocasión, sus hijas han optado por la misma casa de antigüedades que su madre. En las fotografías que ilustran el reportaje de la citada revista se ve cómo varios operarios acuden a la última residencia de Teresa Campos para recoger sus enseres. Se trata de muebles de gran calidad, de estilo clásico y, algunos de ellos, de gran tamaño.
Teniendo en cuenta que Terelu y Carmen ya tienen sus domicilios bien surtidos en cuanto a decoración, han tomado la determinación de desprenderse de estas piezas que en su día adquirió Campos con gran esfuerzo y desembolso. Algunas de estas adquisiciones fueron de gran valor sentimental para Teresa y su familia.
Hay sillas, estanterías, aparadores, e incluso una preciosa consola estilo Luis XIV en madera dorada y tallada, cuya pareja ya fue puesta a subasta por la malagueña de adopción en 2019. Sea como fuere, se ha tratado de un desalojo emotivo y doloroso para Terelu y Carmen. No en vano, en esos camiones que portan los enseres se van no sólo recuerdos familiares, sino también experiencias y vivencias.
Bigote y la polémica boda
Tras el fallecimiento de María Teresa, hubo un hombre que no tardó en aparecer en los medios de comunicación, su última pareja sentimental: Edmundo Bigote Arrocet (73).
El cómico chileno ha concedido unas polémicas declaraciones abordando su historia de amor con la malagueña. Además de sostener que las hijas de Campos no la visitaron en casa tanto como deberían, y que fue él, Bigote, quien sufragó los gastos de los viajes que emprendían -extremos que ya han sido puestos en duda en los platós-, Arrocet ha aseverado lo que sigue: "Teresa se quiso casar para dejarme una pensión".
Una novedosa y sorprendente decisión de Campos que hasta la fecha no había visto la luz. Cuenta Edmundo que un buen día, viendo la televisión, Teresita -como él la llamaba- le propuso contraer matrimonio pensando en el futuro de él, para que tras su muerte el chileno pudiera disfrutar de una pensión de viudedad. Un extremo que EL ESPAÑOL ha podido confirmar.
En efecto, Teresa, en su consabido carácter generoso, quiso tener este detalle con el último hombre que ocupó su corazón y la que hizo feliz gran parte de su noviazgo. "Teresa estaba loca de amor, sobre todo los cuatro primeros años de la historia. Los dos últimos ya fueron otra cosa... Pero sí, estaba muy ilusionada y hubiera hecho lo que hiciera falta por procurarle un futuro a Edmundo", desliza una fuente bien informada.
Esta decisión apenas la compartió Teresa Campos con nadie de su entorno más próximo. Sólo con sus hijas, una íntima amiga y asistente, y con un notario amigo, al que llegó a consultar.
"Teresa supo escuchar bien y valorar los pros y los contras. Al final, no hizo nada. Quiso, pero luego pasó el tiempo y ella, diga lo que diga él, se fue desencantando. No digo desenamorando porque ella murió enamorada, pero Teresa sufrió mucho en los últimos años y cuando huyó él. Apenas dormía pegada al teléfono por si él la llamaba. No se portó bien y él lo sabe", explicó una fuente bien informada.
"No tengo nada que decir. Que cada uno juzgue su entrevista como lo crea conveniente. Mi opinión es que no tengo opinión con respecto a la entrevista", aseguró Terelu por toda respuesta.