Durante su estancia en Italia, donde concluyó los estudios para mudarse de nuevo a Madrid, tuvo una adolescencia muy conflictiva, llegando a acumular más de 100 multas de tráfico por exceso de velocidad. De regreso en España, el joven quiso seguir los pasos de su madre en el mundo de las pasarelas, aunque manteniendo siempre un perfil bajo y discreto.
Unos años más tarde
llegaría la oportunidad de su vida: protagonizar una serie para Netflix,
Toy Boy, estrenada en 2019 y donde interpretó el papel de Jairo, un
stripper tartamudo. César Benítez, fundador de la productora Plano a Plano y creador de series como
El príncipe o la propia
Toy boy, declara a
EL ESPAÑOL que "la experiencia de trabajar con Carlo
fue muy positiva porque es un gran profesional. Y en lo personal es un gran compañero y una bellísima persona".
Sin embargo, este diario ha contactado con otras personas que formaron parte del entorno laboral del intérprete y que recuerdan la experiencia de trabajar con él como "una pesadilla". "Él no está bien, es un chaval que tuvo una infancia muy difícil. Culpa a sus padres, y yo creo que injustamente, de todo lo que le pasa en la vida. Todos pasamos mejores o peores infancias, pero en un momento dado tratamos esos problemas e intentamos resolverlos. Fue muy, muy complicado trabajar con Carlo", apuntan las citadas fuentes.
A pesar de las cariñosas palabras de Benítez, este periódico también ha podido confirmar por fuentes de total solvencia que las intensas jornadas de ensayos y posterior rodaje para Toy boy supusieron un calvario para el equipo de la productora y la serie. Carlo solía llegar tarde y no lo hacía en las mejores condiciones, lo que entorpecía el desarrollo natural y los plazos de un proyecto audiovisual tan importante.
Otra persona que conoce bien a Costanzia desliza a este diario que si había una persona a la que el actor quería y admiraba sobremanera era a Javier Merino, marido de su madre durante 15 años y padre de sus cuatro hermanos pequeños: Mauro, Bruno, Darío y Beltrán.
Aunque durante años parecía el niño bueno al que todos respetaban y sin nada en contra, fue él mismo quién se encargó de relatar sus problemas con el alcohol y las drogas que comenzaron a los 10 años y que derivaron en problemas. "He estado seis meses en un centro de rehabilitación por mis adicciones y llevo ocho años en terapia", defendió en Espejo Público en julio.
En septiembre de 2022, se conoció que el hijo de Flores había sido denunciado por estafa. Un año más tarde,
la Audiencia ha ratificado esa denuncia y
exigirá el ingreso en prisión durante dos años del actor. En la denuncia figura que Costanzia y su socio vendían coches de alta gama que compraban en el extranjero, pero esos vehículos nunca llegaban a manos de los compradores.
Los dos socios se quedaban con el porcentaje que daban estos es concepto de señal.
Horas después de conocerse la sentencia de la Audiencia, Costanzia reapareció en el programa Y ahora Sonsoles. En el programa relató como había llegado a un acuerdo con la Fiscalía para no ingresar en prisión, pero que ahora ese pacto estaba roto. De hecho, en sus apariciones tanto públicas como en redes sociales, el hijo de Mar Flores no esconde la pulsera telemática que lleva en el tobillo y por la que ya ha cumplido parte de la condena, según señala. De hecho, el llevar esta pulsera le impide salir de España y, por tanto, visitar a su familia en Italia.