La muerte de Carlos Marín, vocalista de Il Divo, conmocionó a toda la industria musical, en especial a quienes le conocieron en vida y estuvieron a su lado durante los momentos más felices y los más infelices.
Ahora, a escasos días del que sería su 55 cumpleaños, la familia del barítono se encuentra inmersa en la organización de un gran homenaje que tendrá lugar el próximo 13 de octubre, día de su nacimiento, en el cuartel 298 del cementerio de la Almudena de Madrid, donde yacen sus cenizas después de que falleciera por Covid-19 aquel fatídico diciembre de 2021.
El entorno más cercano del que fue la grandiosa voz del grupo internacional se desplazará al camposanto para recordar al que fue su gran amigo, hermano, hijo y cómplice. Su madre, Magdalena Menchero, y su hermana, Rosa -quienes siguen llorando la triste pérdida-, serán las primeras en personarse al frente de la tumba de Marín con diversos globos en una conmovedora reunión.
Tal y como ha podido saber EL ESPAÑOL, quien no estará allí presente es su expareja, Geraldine Larrosa (45 años), debido a la tensa relación familiar que se desencadenó meses después de la muerte de Marín. ¿La razón? El que fue su pareja durante muchos años le legó en vida un inmueble valorado en 700.000 euros pero con cargas de más de 300.000 euros. Según la versión de la artísticamente conocida Innocence, considera que sea la madre y hermana de Carlos quienes se ocupen de sufragar ese pago a través de un seguro que contrató el vocalista.
JALEOS se ha puesto en contacto con Geraldine para conocer de primera mano cuál será su propio homenaje al que fue un niño prodigio. "Yo no voy a participar en el homenaje de ellas porque obviamente hay un distanciamiento, y hasta que no se arregle bien todo, no estaremos en comunicación. A mí me parece fenomenal que le hagan un homenaje a Carlos. Yo se lo hago siempre porque pienso en él todas las noches y todos los días le echo de menos, y más ahora que voy a estar en el escenario, donde le dedico todas mis funciones en sitios como el Teatro Lara, donde hemos actuado juntos. Para mí ese es mi homenaje", señala a este periódico la cantante.
La familia de Marín irá por un lado y Geraldine por el otro, algo que, según ella, le parece "fenomenal" ya que ellos sienten que esa es "la manera" de rendirle homenaje". "Yo lo hago a mi manera y ellos a la suya, sin hacer daño ni nada", subraya.
Para la francesa, el mayor gesto de gratitud y de recuerdo hacia Carlos es durante la actuación y en su casa. Considera que "no me hace falta ir al cementerio porque yo no lo siento así", pero que cada uno "vive su luto, su duelo, a su manera, y es respetable" Asegura que todos los días piensa en él, "le miro y hablo con él cuando veo fotos, vídeos... ". Para la cantante, Marín ha sido "mi vida, mi maestro, mi amigo, mi marido, mi amor, mi amante, mi hermano, todo. Imagínate la envidia y la ignorancia que ha habido por parte de esas dos personas. Y es gente que no avanza, es lo que hace que la envidia, que te transforma en un ser completamente desagradable, pero es lo que hay".
Geraldine, Magdalena y Rosa
Su relación con Magdalena y Rosa sigue estancada. No tiene "ni quiere tener" ningún tipo de comunicación con la madre y la hermana del barítono porque "me han hecho mucho daño", sostiene. "Quieren destrozar todo lo que yo he vivido con Carlos, que ha sido casi la mitad de su vida conmigo".
Lo que a Geraldine le da "más tristeza que rabia" son todos los "insultos y amenazas que he recibido por parte de la familia". "Es una gran tristeza, porque aparte de que Carlos era lo que era, un gran artista, era una gran persona, un gran hijo, un gran compañero, un gran hermano, un gran novio, un gran marido, todo. Y aunque nos divorciamos, nunca ha habido terceras personas y nunca nos hemos enfrentado, todo lo contrario. Cuando nos separamos estaba muy triste, pero yo sentí en ese momento que él tenía que volar porque tenía que vivir su momento de Il Divo y punto".
Asimismo, considera que no tiene que justificarse de nada porque sólo ella sabe "lo que he vivido con Carlos, por muy hermana o madre que sean". De ahí que a Innoncence le "resbale" todo lo que "esa familia" digan de ella.
Su objetivo ahora es "luchar por mis legados, por el legado que ha dejado Carlos, por la música, porque a mí me parece muy triste que estén con estas historias, que al final van apagando a Carlos, y creo que él se merece que sus sueños, sus últimos sueños, estén ahí a flote, que salgan a la luz".
Su vuelta a los escenarios
Geraldine confesaba a EL ESPAÑOL en mayo de este año que esa tristeza todavía le impedía coger un micrófono, cantar y subirse a los escenarios. "Necesito renovarme, y sé que lo voy a conseguir", señalaba. Ahora, tres meses después, ya se siente con fuerzas de retomar la que era y es su gran pasión, la música.
"Ahora me estoy recuperando poco a poco. A ver, nunca me voy a recuperar de esta tristeza porque el proceso va por dentro, pero sí me estoy recuperando en trabajar, en salir adelante con mi hija. Ahora me han cogido en un musical precioso, pequeñito, pero precioso, que es lo mejor que me podía haber pasado ahora mismo", apunta.
El musical se llama Desencantadas, "que viene de Broadway", y son solamente seis actrices encima del escenario. "Las canciones son preciosas, es muy divertido y me está ayudando muchísimo, de ahí que mi homenaje sea también en el Teatro Lara".
La vida sigue, de ahí que ella vaya a seguir "trabajando" pese a que "ciertas personas no, pero yo sí, porque he sido Geraldine Larrosa, cantante de musicales y compañera de escenario y de vida de Carlos, a quien "se le echa mucho de menos". "Todavía tengo mis crisis de tristeza y nunca se va a cicatrizar esta herida de mi corazón. Pero es un aprendizaje de la vida. No es que yo quería, pero es lo que me ha dado la vida ahora mismo, y tengo que superarlo con la cabeza bien alta siempre, porque Carlos está en mi corazón, porque tengo una hija preciosa y tengo que seguir con mi carrera adelante y vivir el tiempo que me queda", sentencia Geraldine.