Este pasado lunes, 11 de septiembre, la ciudad de Málaga despertó con un aire especial, cargado de nostalgia, y con una cita ineludible, aunque triste y dolorosa, en el horizonte: la misa funeral de María Teresa Campos, a las 19 horas de la tarde, en la emblemática Parroquia de San Pablo.
Ese templo al que Teresa tanto acudió en vida y en fechas destacadas en su calendario vital: gran devota, allí iba ella nada más pisar la ciudad para ver a su cristo, Jesús Cautivo. Por eso, parecía impensable -y lo era- que los malagueños no pudieran despedir a lo grande a su vecina más ilustre.
Así ha sido: en la puerta de la iglesia no cabía un alfiler el pasado 11 de septiembre. Malagueños en tromba no dudaron en acercarse para darle el último adiós a su Mari Tere, como se la conocía en la ciudad por sus inicios en Radio Juventud. La mayoría no pudo entrar y ver la misa dado el aforo limitado de la parroquia.
Emotivos discursos, flores amarillas -las favoritas de Teresa- y actuaciones musicales arroparon el adiós a Campos. Según confirma EL ESPAÑOL, si la emoción se palpó a borbotones en esta homilía, también lo hizo por la mañana, cuando las hijas de Campos, Terelu Campos (58 años) y Carmen Borrego (56), sus nietos y amigos íntimos, depositaron sus cenizas en la Hermandad de la Paloma.
Teresa dejó, sobre todo, amor, y eso se está viendo en estos dolorosos días. En otro orden de cosas, en las últimas horas se está hablando de la herencia que María Teresa dejó. Hay quien apunta a que ese legado es más discreto, y menos boyante, de lo que se pudiera esperar.
Una casa en Málaga por toda propiedad es lo que María Teresa tenía a su nombre al morir, pues de los demás bienes inmuebles se desprendió. Ahora bien, ¿cómo será ese testamento? ¿Quiénes heredarán? Este periódico ha tratado de dar respuesta a través de fuentes de total solvencia. Tal y como se desliza, en los próximos días, a principios de la semana que viene, se realizará la apertura del testamento, como avanza el periodista Jesús Manuel Ruiz en Esdiario.
Los herederos podrán acceder a él. Explica una persona que bien conoce la situación que Terelu y Carmen serán las herederas legítimas, pero en la cesión aparecerán otros nombres. Ya avanzó EL ESPAÑOL que las hijas de Campos dispondrán de la casa malagueña que compró Teresa en 1981, situada en el barrio de Pedregalejo, "al cincuenta por ciento".
Se hace constar, además, que Gustavo Guillermo, el chófer y segundo hijo de Teresa, con el que estuvo conviviendo y trabajando cerca de 40 años, también tendrá una presencia importante en ese testamento. "Teresa no sólo fue generosa en vida con él, también lo ha sido en su muerte", desliza la fuente contactada. Mención aparte se merecen las obras de coleccionista y las joyas que compró en vida Teresa, y le regalaron.
Sobre las obras de arte, hay una especialmente valiosa para Teresa Campos: el ámbar con el que un día le obsequió Felipe González (81). María Teresa coleccionó muchos objetos de valor, la mayoría hechos o encargados a medida cuando se construyó la mastodóntica casa en Molino de la Hoz. Cuando vendió ese inmueble, Teresa "subastó" parte de esos cuadros.
Algunas de esas pertenencias se las llevó a su casa de alquiler en Aravaca, donde vivió sus últimos años. El resto de objetos quedaron guardados en un trastero de Madrid, y al cierre de este artículo allí continúan a día de hoy. Las joyas de María Teresa -anillos, colgantes y pulseras- también tienen gran valor, económico y sentimental. También su impresionante colección de zapatos y bolsos.
En principio, todo ello será repartido entre sus hijas y sus dos nietas, Alejandra Rubio (23) y Carmen Rosa Almoguera. Cierto es que Teresa en vida ya repartió gran parte de sus salones, y han sido las mujeres de la familia Campos quienes le han dado uso en este tiempo, y siguen haciéndolo.
El adiós a Teresa
María Teresa Campos, fallecida el 5 de septiembre a los 82 años, recibió este pasado lunes, 11 de septiembre, el adiós de cientos de personas en Málaga, ciudad donde ya están depositadas sus cenizas, y que ha demostrado el amor por la que -en sus comienzos en la radio- era conocida en esta tierra como Mari Tere.
Su hija Terelu intervino al final del funeral, y destacó de su madre que "nadie vuelve al lugar del que nunca se fue", por su estrecho vínculo con un lugar que, pese a no haber nacido en él, sí fue donde se crió, dio sus primeros pasos en la comunicación y de donde saltaría a Madrid para convertirse en un icono de la televisión.
Resaltó la conductora de Con T de Tarde que en Málaga, cuando empezaba Campos en la profesión, salía con su magnetófono para que los malagueños cuestionaran a las "autoridades incompetentes", que presentó el programa Mujeres 72 de lucha por la igualdad y que su valor "le costó que Fuerza Nueva le quemara el coche".
Ella fue elegida por los partidos democráticos para leer un manifiesto tras el intento de golpe de Estado en España, según ha recordado Terelu, que ha explicado que cuando marchó a Madrid, tras haber ganado un primer premio Ondas, le llamaban "Cojonudita de Málaga".
Una de sus nietas la ha recordado como "un ejemplo", y también como "una maestra en vida y cómplice en las dificultades" y "una abuela cariñosa y moderna", con gran sentido del humor, y que les ha dejado "el listón grande" y rotos de "dolor".
El templo, con capacidad para unas 300 personas sentadas, se llenó rápido y de golpe en cuanto se abrieron las puertas para el público y la familia y las autoridades fueron recibidas con aplausos de los asistentes.
Al finalizar todo, otro ramo de rosas amarillas que acompañaba a la foto de Teresa Campos desaparecía flor a flor conforme algunos presentes las retiraban a modo de recuerdo de una despedida, en la que un equipo de televisión ha captado imágenes para un documental en zonas reservadas con permiso de la seguridad particular.