El tsunami de información que embulle el caso de Daniel Sancho (29 años) crece por momentos y es inevitable hacerse preguntas -aún sin responder- sobre el presunto crimen cometido por el hijo de Rodolfo Sancho (48) en Tailandia: cómo el chef sesgó la vida de Edwin Arrieta, el motivo por el que lo hizo, a qué condena se enfrenta, en qué prisión se encuentra, qué piensa su entorno al respecto, etc.
Ahora, fuentes de la prisión han revelado que Sancho se quedó "completamente en shock" al descubrir que Edwin había muerto degollado, lo que indica que cuando comenzó a desmembrarlo todavía seguía vivo. Las teorías sobre el asunto son múltiples, aunque ganan peso dos: quien piensa que el hijo de Rodolfo Sancho le habría seccionado el cuello pensando que ya estaba muerto y quien apuesta que decidió acabar con su vida de esta manera tan cruenta, sin intentar reanimarlo ni llamar a emergencias.
Desde que la noticia llegó a España se han formado distintas versiones y especulaciones de lo sucedido. Según la policía tailandesa, fue el pasado 7 de agosto cuando Daniel ingresó en la cárcel de Koh Samui tras confesar el asesinato y descuartizamiento del cirujano. Allí permanecía a la espera del comienzo del juicio y mientras se conocían los resultados de la autopsia.
Daniel Sancho.
Este pasado 22 de agosto, el propio agente al mando de la investigación, Big Joke, confesaba a En boca de todos que "nunca había estado" en dicho centro, que solo permanecía en éste el tiempo que duraban las interrogaciones y las visitas con su madre, Silvia Bronchalo (48), y que por la noche era trasladado a la de Surat Thani. El abogado de la familia y la Embajada española no tardaron en desmentir las declaraciones del policía y afirmar que siempre había estado dentro de las puertas de Koh Samui. El presentador del programa también admitía que habían sido engañados.
Otro error ponía en duda los comunicados de las autoridades tailandesas: primero indicaron que Edwin había fallecido por un golpe en la cabeza tras caerse durante la pelea con Daniel, y después, tras revelarse los resultados de la autopsia, afirmaron que la causa que acabó con la vida del colombiano fue el degollamiento a manos del madrileño.
Durante estos últimos días, la Policía también contaba que ambos tuvieron una feroz pelea antes del asesinato. Al parecer, el chef le habría propinado un puñetazo y el cirujano habría caído, golpeándose la cabeza con el lavabo. Pero aún no se habría quedado inconsciente como se dijo: luchó contra él para defenderse, le mordió y le arañó varias veces dejando marcas visibles al nieto de Sancho Gracia.
El estado de Daniel
Daniel es conocedor de que se enfrenta a la pena de muerte. Ya ha finalizado el periodo de aislamiento por Covid-19 y su madre, Silvia Bronchalo, ha ido cinco veces a visitarle. A pesar de que ha pasado el periodo de aislamiento y lo normal es que conviviese ya con el resto de reclusos -en condiciones durísimas por el calor, la humedad, el hacinamiento y la escasez de comida- Daniel continúa en el módulo de enfermería porque tiene una hernia. Comparte espacio con tan solo cuatro presos, duerme bien, come tres veces al día, ve películas y practica deporte, como abdominales o yoga. Está fuerte, tranquilo y no recibe medicación para la ansiedad, tal y como se informó que sentía en sus primeros días.
Imagen de archivo de Silvia Bronchalo y Daniel Sancho.
La expareja de Rodolfo le está proporcionando el dinero suficiente para poder pedir comida a domicilio, contar con productos de higiene personal y tener una vida "cómoda" dentro de la cárcel. Ella entrega a los funcionarios penitenciarios 4.000 baht tailandeses (104 euros). "Al día, Daniel puede gastar 500 (13 euros), que estaría empleando en comprar comida a domicilio -habría pedido ensalada de papaya y pollo picante con verduras entre otros platos de la gastronomía local o bebidas".
Por otro lado, En el programa del verano ha adelantado este jueves 24 de agosto que el protagonista de El ministerio del tiempo ya ha abandonado Fuerteventura y está viajando a Tailandia para reencontrarse con su hijo en la cárcel.