"Cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida". Estas son las palabras que Ana Soria (24 años) tiene escritas en la bio de su cuenta de Instagram, un perfil que estuvo temporalmente cerrado por la terrible presión mediática que sintió cuando se desveló su relación sentimental con el torero Enrique Ponce (51) tras el divorcio de éste de su esposa, Paloma Cuevas (50).
Pero de eso han pasado ya tres años y a todas aquellas personas que no apostaban por el amor entre la estudiante de Derecho y el matador de toros, su sólido romance les ha callado la boca. Ahora Ana y Enrique viven una vida tranquila en la ciudad natal de la joven, Almería, donde tienen una bonita casa en propiedad y donde gozan de su amor en calma.
En estos días de verano y en una tierra tan mágica como Andalucía, la pareja aprovecha la mínima ocasión que tiene libre para desconectar junto a una de sus grandes pasiones: el mar. Cabe recordar que las primeras fotos de Enrique y Ana como novios se hicieron a lomos de un barco donde ambos se regalaban apasionados besos y abrazos infinitos.
Tal y como la futura abogada ha publicado en sus redes sociales en las últimas horas, en un story de apenas unos segundos -cabe recordar su discreción- su historia de amor con Enrique Ponce continúa viento en popa, casi literalmente.
Y es que han estado tomando, junto a una tercera persona a la que no se puede identificar, un vermú fresco y unas aceitunas en una popular terraza de la capital almeriense. El rápido story de Ana termina con el mar en movimiento, un barco de vela y la luna, que se encuentra en fase creciente.
Enrique y Ana
El 4 de julio del año 2020, cuando todavía España se encontraba bajo decenas de estrictas restricciones sanitarias por la crisis de la pandemia de coronavirus, una noticia impactaba en los medios: Enrique Ponce y Paloma Cuevas se separan tras 28 años juntos, 24 de ellos como marido y mujer, y dos hijas en común, las pequeñas Paloma (15) y Bianca (11).
La información era difícil de confirmar dado el hermetismo por ambas partes y por el verdadero motivo de la separación: él, con 48 años, se había enamorado de una joven almeriense de 21 con la que había empezado un romance que hizo que lo dejara todo para centrarse cien por cien en ella. Y así fue.