Pasaban unos minutos de las nueve de la noche de este pasado martes, 27 de junio de 2023, cuando se hacía oficial el fallecimiento de la leyenda del cine y de la televisión, Carmen Sevilla, a los 92 años de edad. La artista, aquejada de alzhéimer desde hacía 14 años, se vio obligada a abandonar su estancia en la residencia donde vivía para ser atendida en el Hospital Fundación Jiménez Díaz a causa de una neumonía.
Una dolencia que, unida a su gran deterioro cognitivo propio de la enfermedad, Sevilla no pudo superar. Las noticias horas antes de su muerte no eran nada esperanzadoras, máxime cuando se conoció que se encontraba en la zona de cuidados paliativos. El deceso de Carmen ha dejado entristecidos y rotos a sus familiares y amigos, así como huérfanos a una generación que creció con Sevilla.
En los últimos días, el único vástago de la legendaria Sevilla, Augusto Algueró Jr. (58), emitió un comunicado desvelando que su madre será velada y despedida en la más estricta intimidad familiar. De este modo, pidió respeto a su decisión y anunció que la artista sevillana será incinerada.
No ha habido, pues, ninguna multitudinaria y mediática despedida. Extremo que ha sorprendido a amigos íntimos de Carmen, como el letrado Marcos García Montes, que ha asegurado en las últimas horas: "A Carmen Sevilla le hubiera gustado que los que la querían se despidieran de ella". Lo cierto es que esta medida por parte de su hijo no es nueva ni sorpresiva: Augusto blindó a su madre en los últimos años.
Cuando la enfermedad comenzó a mermar las facultades de su madre, Algueró hijo tomó las riendas de la situación. Carmen se retiró oficialmente de los medios de comunicación y su hijo -recién separado- se fue a vivir con ella a la casa de Pintor Rosales, como deslizan a EL ESPAÑOL. Fueron unos años en los que madre e hijo estrecharon especialmente sus lazos.
Ya entonces, Augusto comenzó a acotar la vida social de su madre, en un afán por protegerla ante el avance de su dolencia. El control se intensificó y Sevilla sólo tenía acceso a un número muy reducido de amigos, entre los que siempre se encontró el fiel e incondicional Moncho Ferrer. No obstante, pese a contar con ayuda profesional en su domicilio, pronto Carmen necesitó de otro tipo de cuidados.
Fue entonces cuando se trasladó, en 2015, a vivir a la residencia Orpea de Aravaca, en Madrid. En ese momento, fueron muchos los amigos de Carmen, de los de toda la vida, que quisieron visitarla, como Norma Duval (67). La vedette contactó con Augusto.
Llamó, pero nunca recibió respuesta o aprobación al otro lado de la línea. "Yo en el año 2015 le pedí a Augusto que me dejara ver a su madre porque yo quiero despedirme de ella y no tengo respuesta. Desde aquí le hago un llamamiento para que me deje despedirme de Carmen Sevilla. Quiero verla y abrazarla, no quiero despedirme delante de un ataúd", manifestó Duval, dolida, en EL ESPAÑOL ese mismo año.
Una situación que no mejoró hasta el final de los días de Sevilla. Su hijo siempre pidió respeto por las decisiones que tomaba, como lo ha vuelto a solicitar este pasado miércoles, día 28, vía comunicado. Algueró hijo ha querido que su madre se vaya de este mundo como vivió en él los últimos años: en la intimidad y rodeada sólo de sus seres más queridos.
Cuando el pasado domingo, 25 de junio, Sevilla llegó al hospital lo hizo junto a su hijo, Augusto, quien ha vivido, las 24 horas del día, al lado de su madre en la planta número 8 del centro médico. De acuerdo a los datos que maneja este medio, la situación era grave y se tornó en irreversible en cuestión de horas. Algueró pudo darle la mano a su madre y tener esa despedida íntima por la que tanto ha luchado.
Lo cierto es que la palabra discreción define a la perfección al hijo de la artista sevillana. Augusto siempre quiso vivir a la sombra del mediático apellido de su madre, en un segundo plano.
Algueró sintió una gran admiración por su madre, como desvelaron hace un tiempo a este medio, cuando la actriz seguía con vida: "Augustito era hijo único y adora y admira a su madre. Ella ha ejercido de padre y madre en una etapa clave. Todo lo mejor era para su hijo. Imagínate lo que debe ser tenerla sin que te recuerde. Tampoco lo deben haber pasado muy bien sus dos nietos, esa falta afectiva, pero te vas haciendo...".
Cabe recordar que Augusto Algueró convirtió en abuela a Carmen Sevilla fruto de su matrimonio con su exmujer, Marta Díaz. Un divorcio, fechado en 2014, bastante traumático.
Así lo apuntó en 2015 Vanitatis. La tensión entre ambos ex fue tal que estuvo presente incluso la Policía. Tras el quiebre amoroso, Augusto abandonó el domicilio conyugal de Pozuelo de Alarcón. Sin embargo, dado que era allí donde tenía su estudio de trabajo -y con una situación bélica irreconciliable con la madre de sus hijos-, el compositor habló con el presidente de la comunidad para hacer una obra que le permitiera un acceso directo a la estancia de la vivienda y no tener que cruzarse con su exmujer.
Sea como fuere, Augusto no es amigo precisamente de las cámaras y eso que su profesión está estrechamente ligada a lo artístico. Es heredero universal del patrimonio de la artista y de los derechos de la obra de su padre también ha cosechado éxitos propios.
Además, es compositor y ha trabajado en La Sexta, amén de ser el responsable de bandas sonoras de películas de renombre.
"Siempre se buscó sus castañas a nivel de trabajo y nunca quiso ninguna ayuda. Es un hombre que merece la pena conocer", añadió la persona que atendió, diligente, la llamada de este periódico.
Según se hizo constar, Algueró está soltero y centrado, principalmente, en su faceta como padre: "No sabes la educación que les ha dado, es un padre estupendo". El hijo de la eterna Carmen Sevilla habló de sus hijos en Diez Minutos: "Están fenomenal y muy grandes. Ya son adolescentes. El mayor ya tiene 18 años".