La despedida de Carmen Sevilla está siendo igual de discreta que sus últimos años de vida, algo que no está gustando a los amigos de la mítica presentadora del Telecupón. Su hijo Augusto Algueró (58 años) ha decidido que tras su fallecimiento, este pasado martes 27 de junio, no reciba grandes homenajes y tampoco visitas de los que fueron sus más cercanos.
En un comunicado remitido a la prensa, dejaba claro su deseo de que se trate de algo "íntimo y familiar". Sin dar más detalles, agradecía que se respetase su "voluntad, tal y como habéis hecho hasta el momento". Pese a ser una gran estrella en nuestro país, que a buen seguro podría haber recibido una multitudinaria despedida por parte de su público, serán solo unos pocos elegidos los que puedan hacerlo.
El abogado García Montes no ha dudado en acercarse hasta el tanatorio de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, donde se encuentran sus restos mortales antes de ser incinerados. Su intento ha sido en vano, ya que no ha conseguido despedirse de la que fue su clienta y amiga durante años: "He venido porque soy el abogado de toda la vida de ella y de Vicente Patuel y amigo personal de ella. Antes de que ingresara en la residencia la veía habitualmente todas las semanas". Según explicó, esa relación de gran confianza se rompió cuando fue ingresada, siendo imposible cualquier tipo de comunicación: "Es imposible hablar con Augusto".
Sobre la decisión de que no haya una capilla ardiente, el letrado no ha querido ocultar su malestar: "Yo no tengo nada que decir, lo que está claro es que ella es una persona a la que todos le tenemos cariño y me imagino que a ella le hubiera gustado que el pueblo, que era lo más importante y los que la querían a muerte, pues se despidieran de ella". No dudó en dejar claro que era una figura mundial y compararla con otra grande como Sara Montiel, que sí pudo tener una multitudinaria despedida.
García Montés no ha dudado en comparar la situación con la de Concha Velasco, con la que sí puede tener comunicación de forma fluida: "Sin embargo con los hijos de Concha magníficamente bien. Hablo con ellos, me indican como está y bien, está bien". No dudó en lanzar un mensaje claro a Augusto: "Yo no puedo hablar más, cada uno que asuma sus responsabilidades".
Otro de los que ha querido acercarse hasta el tanatorio ha sido Florentino, el chófer de Carmen Sevilla durante más de 20 años y con el que compartió confidencias durante su última gran etapa en televisión. "Creo que Carmen se merecía una despedida como señora que era y por la figura que ella era", decía ante los medios que se agolpaban a la salida. "Me ha parecido tristísimo, es que Carmen adoraba las flores, le gustaban mucho los ramos de flores y no hay ni un ramo de flores para Carmen, pero bueno...", lamentó.
Él ha sido otro de los amigos de la fallecida que durante años no ha tenido una sola noticia de su estado de salud y tampoco en el momento de conocerse su muerte: "No hay información ninguna. Toda la información la tiene Augusto y Augusto está cerrado, no coge el teléfono a nadie".