El 7 de junio de 2018 es una fecha que está grabada a fuego en la memoria y en el calendario de vida laboral de Máximo Huerta (52 años). Fue el día en el que prometió ante Felipe VI (55) su cargo como Ministro de Cultura y Deporte, una aventura inesperada que duraba un suspiro. Han pasado cinco años desde entonces y las cosas han cambiado mucho para el periodista y escritor.
Ha cambiado de domicilio, ha tomado un nuevo rumbo profesional y tiene una máxima prioridad: ciudar de su madre. Atrás queda una experiencia que no fue todo lo satisfactoria que cabría esperar y que hoy casi reduce al grato recuerdo que guarda de su encuentro con el Rey en el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela.
Así lo ha expresado en una discreta publicación en sus stories, buscando quizá desahogarse, pero sin mostrarlo abiertamente en el muro de su perfil de Instagram. "Hace cinco años de este día. Yo venía de una gira de firmas con mi novela Firmamento y prometí mi cargo de Ministro de Cultura y Deporte", escribe.
La anécdota de este día tan importante es, sin embargo, sencilla y tiene que ver con su atuendo: "Llevaba zapatos nuevos que compré de urgencia en mi calle, todavía con la pegatina en la suela. Un detalle que fue motivo de burla. Como tantas cosas. El escritor que también era periodista en televisión les parecía exótico". Seguidamente añade: "De aquel día me quedo con esta foto. Un gesto de apoyo. Una mirada cómplice y tal vez otra que ya compartiré. Cinco años son muchos, o pocos. Depende". No hay duda de que fue un momento difícil, pues tuvo que dimitir a los seis días al salir a la luz un caso de fraude a Hacienda. Quizá por eso, esta es de las pocas fotos que conserva: "Con el resto he hecho lo mismo que hace mi madre con mi padre: esconderlas o romperlas".
Es su madre, precisamente, la protagonista actual de su vida y también de aquel momento. Clara Hernández estuvo a su lado, pero según él mismo ha confesado no se sentía feliz. "Como madre buena que es vino a estar conmigo desde el pueblo a sabiendas de que era algo que no compartía. '¿No habrás dicho que si?', preguntó lacónica. Cogí la cartera, hubo algunos aplausos y nosotros nos abrazamos mal. Se nota en su mano tímida, estaba deseando salir de allí", confiesa
De aquello queda una mera anécdota y hoy su vida nada tiene que ver con carteras ministeriales: los contratiempos de salud de la mujer que le dio la vida lo ha cambiado todo. Hace unos meses tuvo que trasladar su residencia de Madrid a Buñol (Valencia) para cuidar personalmente de su madre, junto a su pareja, Juan Castillo, que es su mayor apoyo. Juntos se han embarcado en un negocio, La librería de doña Leo, que inauguraron el pasado enero y que ha sido un auténtico éxito.
"No es fácil hacer lo que él está haciendo por mí, dejar su isla y venirse a vivir a un pueblo pequeño y estar conmigo en el cuidado de mi madre, una mujer que a veces no recuerda quién es él y por qué está en nuestra casa. Es una prueba de amor que pocas personas hacen", decía el escritor emocionado en Viernes Deluxe. Se turnan para atender la tienda, así Máximo puede estar pendiente de Clara.
Para él estar a su lado es una decisión que ha tomado con responsabilidad. "He renunciado a muchas cosas. Por ello no me doy golpes de pecho, pero creo que hay que hacerlo. La cuido porque yo no me puedo quedar con la sensación de que no hice suficiente. Y eso sí que es egoísmo. Lo hago porque quiero quedarme tranquilo y feliz. He tenido que dejar Madrid, trabajos, no irme de viaje con mi pareja… Lo hago por ella y por mí, por los dos", confesaba en el programa de Risto Mejide (48).
Su vida en Valencia le está trayendo muchas alegrías, con reconocimientos como el que recibió el pasado mes de abril cuando fue nombrado Hermano de Honor 2023 de la Real Hermandad Nuestro Padre Jesús Nazareno. Su agenda laboral es muy ajetreada, pues sigue con sus firmas de libros por toda España y presenta un programa de entrevistas en la televisión valenciana. Aún así, saca tiempo para dedicárselo a Clara, aprovechando el buen tiempo para dar algún paseo y recopilar momentos imborrables.
La anciana padece Alzheimer y, aunque es una enfermedad muy dura, Huerta le pone color a sus días pintándole las uñas de rojo, como a ella le gusta, y dedicándole emocionadas palabras en sus redes sociales. En una de sus últimas publicaciones sobre ella escribía: "El mundo se derrumba y nosotros seguimos. A veces, como podemos. Otras, en la ficción de ser otros. Pero siempre en el recuerdo de saber qué hemos sido y de dónde venimos. Autorretrato de madre e hijo en el mar con perra a los pies".
En estos años, Máximo Huerta se ha centrado en la literatura, aunque sin dejar del todo la televisión. En 2020 dio la campanada apareciendo en el concurso Mask Singer y actualmente presenta el programa La vida al Màxim en la televisión valenciana. Ha publicado varios libros, como Adiós, pequeño, Con el amor bastaba y el cuento infantil La banda de Olivia. Si hay una frase que describa su estado es "paz y tranquilidad por las cosas bien hechas".