Pocos personajes del mundo del corazón pueden asegurar lo mismo que Isa Pantoja (27 años): la fama ha estado presente en su vida desde que llegara a este mundo. Es lo que tiene ser hija de una de las cantantes más conocidas (y habituales del papel cuché) de este país. Esa es la razón por la que, por hache o por be, el nombre de Isa Pantoja suele aparecer, con mayor o menor frecuencia, en los medios de comunicación.
Esa cuota mediática se ha visto incrementada en los últimos tiempos. La razón, su futuro matrimonio con Asraf Beno (27), una celebración que inicialmente estaba prevista para 2021, pero que finalmente parece que sí se hará realidad el próximo otoño. Mientras tanto, el novio de Isa disfruta de sus últimos meses de soltería en Supervivientes, un programa por el que ya pasó su hermano Anuar (23) en la edición anterior.
La presencia de Asraf en las playas de Honduras está sirviendo, entre otras cosas, para que Isa Pantoja desfile por los platós. Entre preparativos de boda y defensas a su pareja, a la joven aún le queda tiempo para alimentar su perfil de Instagram, donde recientemente contó un problema de salud con el que lleva conviviendo bastante tiempo: "Por favor, que no vaya a más porque si va a más me tengo que quedar aquí en mi casa, no puedo hacer nada. Se pasa muy mal. Solo espero que no me dé muy fuerte porque es horroroso", lamentaba.
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Pero ¿a qué hacía referencia la hija de Isabel Pantoja (66)? Al parecer tiene un problema de salud crónico: las migrañas. Esos dolores de cabeza pueden perdurar en el tiempo en el caso de algunos pacientes. Los episodios pueden durar entre 3 y 72 horas, sobre todo cuando no se tratan adecuadamente, un mal bastante extendido, ya que se estima que afecta a un 12% de la población (un porcentaje que se reduce sensiblemente, hasta el 2%, cuando se habla de migraña crónica), y que, en muchas ocasiones, tiene un efecto incapacitante.
Uno de los problemas es que la migraña crónica no tiene una causa concreta, aunque sí está demostrada la incidencia directa que tiene el componente genético, es decir, que si alguno de los progenitores lidia con este problema hay probabilidades de que sus hijos lo hereden. Con todo, respecto a la sintomatología, esta afección no se limita a los dolores de cabeza. Hay pacientes que tienen advertencias en los días previos a través de estreñimiento o rigidez en el cuello. También pueden sufrir lo que se conoce como aura, un síntoma del sistema nervioso que puede traducirse en pérdida de visión, dificultad para hablar u hormigueo en el brazo o en una pierna.
Respecto a los desencadenantes, hay algunos que son en cierto grado evitables, como la ingesta de determinados alimentos o el estrés. Otros como la menstruación (en el caso de las mujeres) o los cambios climáticos también pueden tener una incidencia directa en los episodios de migrañas.
En relación al tratamiento hay que hablar de dos tipos de medicamentos habituales. Por un lado están los que palian o combaten el dolor de la migraña un vez que ésta se ha producido, como analgésicos, opioides, triptanos y medicamentos contra las náuseas. Por otro, hay una serie de medicamentos cuya función es preventiva, es decir, que tienen como objetivo evitar que se den estos episodios. En este último caso, los antidepresivos, los anticonvulsivos o las inyecciones de bótox se han mostrado eficaces.