Es la mujer del año, de la que todos hablan y está dispuesta a hacer historia. Yolanda Díaz (51 años) acaba de presentar su candidatura a las elecciones generales con su nuevo proyecto político, Sumar, y va a por todas. "Hoy creo que puedo ser útil a mi país, hoy voy a dar un paso adelante, quiero ser la primera presidenta de mi país, la primera presidenta de España", dijo en su presentación. Lo hizo vestida de blanco, uno de los colores insignia del feminismo, además del morado, y con pantalones, pisando fuerte. La moda tiene un papel importante en el mensaje de la política gallega y sus estilismos reflejan en muchas ocasiones no sólo su forma de ser, también su manera de hacer política.
A priori se podría definir su estilo como vanguardista y minimal, especialmente en su faceta más protocolaria, donde las prendas de estética dandi son las más habituales. Pantalones palazzo o sastre, camisas masculinas, de lazada, o tops de cuello caja forman una parte importante en su armario oficial. Sin embargo, en actos menos formales, mitines o entregas de premios, combina los vaqueros con los vestidos, de corte lápiz o fluidos de largo midi, en colores como el rojo, el camel o el coral.
Yolanda está en los primeros puestos de las políticas más fashion, cuida su imagen al máximo y tiene varias señas de identidad, como sus semirecogidos trenzados que usa incansablemente para romper en muchas ocasiones la sobriedad de sus prendas. Cabe destacar que ha experimentado un gran cambio en los últimos años, que podría seguir evolucionando de cara al importante puesto que aspira ocupar en un futuro.
EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con expertos en moda y comunicación política para analizar de cerca el estilo de la vicepresidenta del Gobierno y descubrir los mensajes implícitos que hay en él. En términos generales, Jesús Reyes, periodista experto en moda, estilista y CEO de CoolHunting Madrid Comunicación, dice: "Se aprecia un gran cambio en la imagen de Yolanda Díaz y en cómo ha evolucionado muchísimo a lo largo de los últimos años. Atrás quedaron esas prendas informales como camisetas básicas y conjuntos desaliñados por las que solía apostar en sus inicios públicos para dar paso a un armario mucho más sofisticado y repleto de firmas conocidas".
Tania Brandariz Portela, coordinadora del Máster en Comunicación Política y Gestión de Crisis y Emergencias en Nebrija, estudia detalladamente para este medio lo que subyace en su imagen. "La vestimenta de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, se caracteriza por un equilibrio muy logrado entre la elegancia y la cercanía. El blanco es, sin duda, su color recurrente, que evoca la pureza y se relaciona inconscientemente con la idea de no tener nada que ocultar a la ciudadanía, con la transparencia".
Uno de los rasgos más remarcables de la política es la cercanía, que se expresa sin género de dudas a través de su armario. "Es una forma de ejercer el liderazgo, en teoría, más horizontal (denominado liderazgo transformacional), que entiende que la comunicación política pasa por permitir a los ciudadanos que participen, pero también por mostrar que les escuchamos, y que no les hablamos (en este caso a través de la vestimenta) desde una mirada vertical, sino de tú a tú. Y quizá lo más importante, de forma no impostada", considera Tania.
En las ocasiones en las que Yolanda Díaz es protagonista de encuentros más directos con la ciudadanía no duda en acompasar sus looks con una intención clara. "Díaz adapta su estilo al contexto. Apuesta, en ocasiones, por el pantalón vaquero acompañado de una blusa blanca y unas zapatillas. Esta elección se produce, sobre todo, en los encuentros con la gente, y no transmite descuido, sino pertinencia. Aquí está la clave de que la vestimenta, en su caso, se haya convertido en una herramienta de comunicación eficaz: persuade porque es genuina", añade la doctora en Periodismo y Máster en Comunicación Política consultada.
Cabe destacar que la Ministra de Trabajo "no hace de la vestimenta una herramienta de reivindicación, sino de contacto y conexión con su electorado duro e indeciso. Esto es, lee a la opinión pública y actúa sobre ello. No pretende, a priori, generar un impacto polarizado, sino que se mueve en el marco del sentido común".
El secreto para comunicar lo tiene controlado, porque, en opinión de la experta consultada, "el equilibrio y la pertinencia son la clave. Si Yolanda fuese siempre decididamente informal, es posible que no transmitiese credibilidad y no conectase tanto con su electorado, y de eso"
No hay que pasar por alto la faceta más femenina y glamourosa de Díaz, como el vestido de Purificación García que llevó en la pasada entrega de los Goya. Ésta es una de sus firmas fetiche, gallega como ella, y la ha elegido en otras ocasiones como en la cita con los Reyes el Día de la Hispanidad.
Aunque no siempre acierta, en opinión del estilista Jesús Reyes: "Aquel vestido satinado de largo midi y color champán era mucho más apropiado para eventos de tarde o noche que para el citado acto. Rematando de forma negativa su propuesta con unos zapatos peep-toe en vez de salones, de Mascaró, y sobre todo un complemento no apto para este acto: gafas de sol. Firmas reconocidas sí, muchas; pero que, en general, no terminan de dar con la clave del éxito para Díaz en cuanto a imagen en este tipo de eventos.
Sus peinados también son un sello distintivo. Además de darle un toque moderno y menos serio a sus estilismos, ayuda a mostrar una imagen más cercana. "Es destacable a nivel de imagen su look capilar que también ha cambiado a lo largo de los años. Al aclararse el pelo contribuye a suavizar de forma positiva sus rasgos marcados", aprecia el CEO de CoolHunting Madrid Comunicación.
El profundo examen al estilo de la candidata de Sumar a la presidencia del Gobierno viene a refrandar un estudio integral realizado por la periodista Carmen Serna para EL ESPAÑOL|Porfolio en octubre de 2021, unos meses después de que Pedro Sánchez la nombrara vicepresidenta segunda del Gobierno.
En él, la asesora de imagen Paz Herrera decía: "Lo más destacable es que usa una indumentaria alejada del estereotipo de política de izquierdas. Va cuidada, con looks que son perfectos, que no quitan importancia al discurso pero le dan una imagen de feminidad y profesionalidad".
[Yolanda Díaz, el Secreto de la Gran Seductora Comunista]
También se insistía en que las preferencias estilísticas de Yolanda Díaz esconden mensajes ocultos que ayudan en esa "conducción del otro" a su terreno. Apuesta por cuatro colores básicamente: el blanco, el color de las sufragistas y el elegido por Kamala Harris (58) para sus reivindicaciones feministas; el rojo, un tono con una gran fuerza simbólica que reafirma su fortaleza ideológic[a, incluso se casó vestida así; el azul marino y el negro.
"Todos dan una imagen muy profesional, de fuerza y sensualidad que ella contrarresta con líneas simples y sobrias. El blanco y el negro o el blanco total son colores que muestran transparencia, limpieza y autoridad. Y usa prendas low cost como diciendo que ella compra donde compramos la mayoría", aclaraba Herrera.