Con dos grandes mochilas a sus espaldas y una sonrisa aún mayor. Así daban comienzo, el pasado 30 de marzo, Ana Duato (54 años) y su hija, María Bernardeau (18), a la aventura más importante de sus vidas. Con una fotografía en el aeropuerto, madre e hija se despedían de sus seguidores y ponían rumbo a la India para conocer de cerca y dar visibilidad a la labor de una ONG con la que la veterana actriz lleva años ligada. "Vamos a transmitiros la realidad sobre la trata de personas, una verdad intolerable que se vive hoy día. Qué ganas de que nos acompañéis en este viaje", escribía en su perfil de Instagram, inaugurando un viaje que acabará el 7 de abril.
Muchas horas después llegaban a su destino, Bombay, una de las ciudades más pobladas del país asiático y desde donde han comenzado a compartir la labor que están haciendo. Lo primero que han hecho ha sido presentar a su anfitrión, Jaume Sanllorente, un periodista que en el año 2005 creó la Fundación Sonrisas de Bombay, de la que es director general y a la que madre e hija deben su viaje.
Ana Duato es la protagonista de su último proyecto, 'Una sonrisa en la mochila', cuyo objetivo principal es aprovechar su fama para dar visibilidad al trabajo de la ONG.
[María Bernardeau, la desconocida hija de Ana Duato que se abre camino en el mundo del arte]
Como explica la protagonista de Cuéntame cómo pasó, sus mayores esfuerzos pasan por escolarizar a los menores más desfavorecidos para evitar que caigan en el tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual, uno de los mayores problemas de la India. "Hemos estado en distintos parvularios estos días, donde la ONG hace posible que estos niños tengan una educación, y así prevenir la trata de personas", escribe la intérprete, que ha compartido algunas fotografías en las que se la puede junto a María, rodeadas ambas de los estudiantes.
Si bien este es el objetivo principal de la organización, no es el único. Tras rescatar a estas personas, busca solventar las carencias que tengan para que puedan vivir de manera digna facilitando el acceso a los básicos de salud e higiene y ayudándolas en su desarrollo y educación.
Además, se busca sensibilizar y educar a la población, que sería el fin de Ana y María con este viaje. Por ello, sus redes sociales se han convertido en una herramienta clave pues a través de ellas quieren mostrar la "realidad" auténtica. Además están grabando diferentes imágenes para crear un vídeo con el que "transmitir esta realidad oculta y tan injusta".
Años de apoyo
Esta es la primera vez que Ana Duato se involucra a todos los niveles con Sonrisas de Bombay, pero lo cierto es que lleva años ligada a su trabajo solidario. Conoció a su fundador en el año 2012 y, desde entonces, ha aportado su granito de arena. Tal y como desvela la Fundación en su página web, este proyecto protagonizado por la actriz y su hija tiene lugar desde el 30 de marzo y hasta 7 de abril, fecha en la que regresarán a España.
Antes de emprender la aventura, la intérprete concedió una entrevista a la propia ONG en la que contó que lo que más ilusión le hacía era que "ya no vas como una turista, vas a conocer a gente real que vive allí, y eso es un lujo. Me gusta sentirme más viajera que turista. Observadora".
Sobre ir acompañada de su hija María Bernardeau explicó que este era uno de sus sueños, pues llevaba mucho tiempo pidiéndole acompañarla a sus viajes solidarios y que había accedido "ahora que tiene 18 años, tiene la madurez suficiente para viajar y conocer otras realidades".
"Una cosa es viajar como niña y otra viajar para ver otras realidades que a lo mejor pueden ser duras y son muy diferentes a tu vida, y eso es un regalo para ella", contó Ana Duato, que aprovechó para desvelar que a su hija le encantaría enfocar su futuro "para trabajar con niños, personas desfavorecidas… Siempre ha ido por esa línea".