Se define a sí misma en su perfil de Twitter como "periodista, comunicadora y marketiniana". Con esos tres conceptos se explica, a grandes rasgos, la polifacética trayectoria de Natalia Olmo (37 años), una cara sobradamente conocida en Comunidad Valenciana, donde ejerció como presentadora de informativos durante varios años.
Aunque esa experiencia profesional le dio grandes alegrías, Natalia Olmo acabó encontrando un obstáculo en forma de problema de salud. Como la propia periodista ha explicado en una entrevista al periódico El Mundo, las sesiones de maquillaje, tan habituales antes de aparecer ante la cámara, dejaron una secuela importante: la erupción de "unos granitos" que llevaron a nuestra protagonista a visitar a un dermatólogo.
El diagnóstico fue tan revelador como sorprendente. Natalia Olmo padecía acné cosmético, un problema de la piel que, según ha explicado ella misma, viene dado por el uso de determinados productos que contienen sustancias tóxicas. De ese susto la periodista acabó haciendo virtud, creando su propia marca, Maminat, dedicada a la cosmética natural, pero esa es otra historia.
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Problema confuso
Pasada la etapa de la adolescencia, caracterizada entre otras cosas por la ebullición hormonal, cuando un adulto sigue sufriendo acné suele mirarse, en primer lugar, a posibles causas relacionadas con la higiene de la piel (si el paciente se aplica crema hidratante o se lava bien la cara antes de acostarse) o con su alimentación. Sin embargo, hay otro factor que también puede favorecer la aparición del acné, tal y como hemos visto en el caso de Natalia Olmo.
En términos generales, el acné es una enfermedad inflamatoria de la piel que surge cuando los folículos pilosos que están debajo se obstruyen. Suele ser más frecuente en la cara, pero también aparece en otras partes del cuerpo, como el pecho o la espalda. En el caso del acné cosmético, dado que está originado por el uso de cosméticos, suele manifestarse más en el rostro.
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Uno de los factores en el que más inciden los especialistas es en la dificultad para llegar a este diagnóstico. En este sentido, y como hemos comentado con anterioridad, se suele reparar primero en otra serie de factores que tienen que ver con las alteraciones hormonales, incluyendo la predisposición genética y el estrés. Una de las peculiaridades de este tipo de acné es que es de intensidad media, con zonas rugosas.
Dentro de los productos que precipitan su aparición no está exclusivamente el maquillaje. Los champús y acondicionadores de pelo, determinados jabones, algunos tintes y las cremas exfoliantes también pueden contener aquellos componentes que llevan a la piel a reaccionar de este modo. Otra curiosidad del acné cosmético es que su aparición no es inmediata, lo que dificulta enormemente establecer una relación de causa-efecto.
Como en otros tipos de acné, el principal problema tiene que ver con la salud mental del paciente (suele afectar más a las mujeres), ya que puede afectar a su imagen personal y, con ello, a problemas de autoestima. Además, en el caso de que se tarde en dar con el diagnóstico, el problema se puede agravar: si el paciente desconoce el origen de su problema, puede optar por tapar las zonas afectadas con más maquillaje.
Por eso es clave dar con el origen del problema, para retirar cuanto antes el producto en cuestión. Eso sí, el hecho de haber sido detectado y abandono su uso por el paciente no significa que el acné cosmético desaparezca, siendo una afección que puede tener efectos prolongados. Para ello se necesita la combinación de una medicación por vía oral y otra tópica, ya que, por regla general, ambos fármacos no suelen dar resultados satisfactorios de forma aislada.