El pasado 6 de febrero, Igor Basurko (37 años), exconcursante de Gran Hermano 14, cruzaba el umbral de los juzgados y se sentaba en el banquillo, acusado de un presunto delito de estafa continuada por el que la Fiscalía solicitaba la pena de cinco años de prisión para él.
Este lunes, 20 de marzo, la Justicia se pronunciaba, le daba la razón y lo absolvía: tal y como él sostenía, era inocente de todo lo que le imputaban. Así lo adelantaba EL ESPAÑOL en exclusiva. Con la sentencia en la mano y una sonrisa pintada en los labios, el exdeportista vasco atiende a este periódico, a quien concede sus primeras palabras desde la tranquilidad de haber acabado lo que él mismo denomina como una pesadilla.
Basurko no volverá a prisión, donde ya estuvo un año y medio cumpliendo condena por tres delitos que cometió, según sostiene, bajo "un estado de enajenación" provocado por su adicción al juego y las malas compañías. Por ellos ya pagó y los mismos ya están prescritos.
¿Cómo se encuentra tras haber sido absuelto?
Estos días han sido complicados. A pesar de que yo sabía que la lógica era esta, siempre está el miedo. Cuando te ves en un proceso así, aunque sepas que eres inocente, no sabes qué puede pasar.
¿Cómo fue esa llamada de sus abogados para contarle que había sido absuelto?
Me llamaron de un teléfono que no conocía y no lo cogí. El miércoles por la mañana estaba en casa, tipo nueve, llamaron a la puerta y era del juzgado. Una sorpresa, no me lo esperaba. Fue una alegría. Me he quitado esa situación de encima que me quitaba el sueño. Estaba muy preocupado y no me permitía continuar adelante.
La sentencia puede ser recurrida. ¿Le da miedo que en una instancia superior le puedan condenar a esos cinco años de cárcel?
No, porque en este caso no ha habido acusación particular. Esto es fruto de una denuncia que se puso en su día. Desconozco quién fue la persona que la interpuso. Se llegó a mí porque yo, en el pasado, cometí errores y no me junté con la gente adecuada. Alguien de esa gente me involucró en esta historia, pero no ha habido después una acusación particular y el Estado actuó de oficio. El único organismo que me acusaba era la Fiscalía.
Pero la Fiscalía podría recurrir.
Sí, pero mis abogados me han dicho que no tiene visos de que vaya a ser así. Lo normal sería que la Fiscalía no recurriera cuando hay tres jueces que me han dado la razón. Contra mí, en ningún momento, ha habido ni una sola prueba.
Usted tiene condenas en el pasado por casos parecidos, ¿llegó a entrar en prisión?
En 2015 tuve tres condenas por las cuales yo llegué a pasar por prisión. Eso es una realidad. Yo tuve un problema en mi vida, un problema ludopatía, lo controlé como pude, pero como todo adicto, hubo una época, que fue un período de 10 o 15 días, en el que estuve muy agobiado por las deudas y actué mal. Me arrepiento. He pagado por ello moralmente, físicamente y de manera penal. Durante 15 días tuve un proceso de enajenación o como quieras llamarlo. Cometí tres delitos. Los únicos de mi vida. Esto fue hace muchos años y no tiene nada que ver con este procedimiento.
¿Cómo recuerda aquellos días?
Se habla mucho de la prisión como un lugar de reinserción; pero la prisión, como yo la he conocido, no es más que un cubo de basura al que tiras lo que no quieres y lo abandonas directamente. Allí no hay ningún tipo de reinserción. No se puede hacer nada. Yo jamás tuve entorno de delincuencia en mi vida. Soy una persona con mi profesión, amante del deporte, con mis estudios. Jamás pensé acabar en prisión. En mi cárcel éramos 400 y pico presos y no haces más que pasar el tiempo, perder el tiempo y esperar.
¿Cuánto tiempo fue?
Tuve suerte y en segundo grado, lo que es dentro, estuve seis meses. Y un año en tercer grado, es decir, yendo a dormir, nada más, tres o cuatro días a la semana. De 11 de la noche a 7 de la mañana. Igualmente fue una época muy desagradable en mi vida.
¿Le daba miedo volver a pasar por esto con la nueva acusación?
Claro que me venían recuerdos y claro que me daba miedo. No es lo mismo cuando tú, en tu fuero interno, sabes que lo has hecho. Aunque sientas que igual no es lo más justo del mundo. Es que yo pagué un año y pico de prisión por unos delitos que ascendían a 5.000 euros y que yo ya había devuelto ese dinero cuando entré en la cárcel. En este país hay personas que cometen delitos mucho más graves y no pagan esa condena. Cuando entras a prisión sabiendo que has cometido un error, si eres una persona más o menos de bien, asumes que es una consecuencia de la vida. Lo que no entraba en mi cabeza es pensar que pudiera volver a pasar sin tener yo nada que ver en esa historia.
¿Cómo lo ha pasado en este tiempo?
Me he sentido muy agraviado a nivel social, sobre todo a nivel local. Yo no soy un personaje público, por mucho que estuviera hace 10 años en un programa de televisión. No vivo de los medios, no aporto nada. No me parece lógico que el día en que se produce mi juicio, un periódico como El Diario Vasco me saque en una página entera con una foto que yo les cedí hace años porque les di una entrevista. A mí, eso me estigmatiza, me condiciona a nivel laboral, social, emocional. Además, no sabes lo que va a pasar y el hecho es que estoy absuelto de este problema. Es una situación desagradable para mí, para mi familia y, hostia, hay que ponerse en el lugar de la persona.
Bueno, usted comprenderá que es relevante, que es una noticia y que estamos amparados en el Derecho a la Información.
Yo no digo que no exista el Derecho a la Información, pero también hay que tener cuidado con cómo se maneja la información. Por lo menos tú me has preguntado y has querido hablar conmigo, pero es que a mí nadie me ha preguntado. Me han usado como estrategia comercial o marketing y me han jodido la vida. A mí no me han permitido tener derecho a mi intimidad en mis situaciones más personales. Ha sido muy complicado.
¿Cómo recuerda aquella etapa en la que era adicto al juego?
El juego está normalizado. Me recuerda cuando en los 60 y los 70 el tabaco estaba normalizado o en los 90, el alcohol. Hoy en día es raro ver a una persona bebiendo copas a las seis de la tarde. Es raro ver a alguien fumando dentro de un local. De hecho, es ilegal. En cambio, no es raro ver a gente jugando. Si te emborrachas, se nota; si vas colocado, se nota. Pero el juego no. Eso genera una doble vida. Todo adicto tiende a mentir, pero el que juega, más todavía. Generamos un mundo muy oculto y difícil de salir de él. El juego te lleva a la ruina. No hay una opción diferente. Es una putada. ¿Te imaginas que hubiera un anuncio en la tele que te recomendase cocaína? Pues sí que hay anuncios publicitando páginas web con las mejores cuotas. El juego lleva a más cosas y toqué otros ámbitos adictivos, pero salí adelante. Encaré mi vida sin esos problemas que te generan las adicciones. La ludopatía hay que tomársela en serio.
¿Qué le ilusiona hoy?
Me dedico al mundo de la cocina. Siempre ha sido una pasión. Me dediqué al deporte durante muchos años, he tenido mis negocios, pero no encontraba una pasión que me motivara. Hice un proceso importante de sanación personal, y en ese proceso encontré motivación en la cocina. Me llena. Estoy estudiando dirección de cocina y estoy muy motivado con eso. Mi día a día va en ello. A nivel laboral... no estoy haciendo nada.
¿No tiene ingresos?
Llevo un par de años en OnlyFans y eso me genera una serie de ingresos.
[Igor Basurko ('GH 14') se une a OnlyFans: sus fotos más 'hot' a cambio de una suscripción]
¿Cuánto puede sacar al mes?
A ver, depende de la cantidad de contenido sexual que subas. No es mi caso. La horquilla es más pequeña. Anualmente, y yo que no soy una persona que le saque mucho, pero me mantengo, gano entre 20.000 y 40.000 euros.
¿40.000 al año?
Y conozco a gente que gana eso al mes. Y más. Es una barbaridad. Ahora mismo es una cosa que me viene muy bien y también me gusta. No te voy a negar que me gusta gustar. A todos nos gusta gustar. Es agradable. No te voy a engañar.
¿Está en pareja?
Ahora mismo no estoy en pareja. No estoy porque... no puede ser, pero bueno, hay cositas por ahí. Estoy soltero.
¿Qué le diría a esa gente que le ha señalado en estos meses?
Hay cosas en la vida que son inevitables. Si nos pusieran una cámara o nos pasan un examen de qué errores hemos cometido, seguro que todos tenemos cosas de las que avergonzarnos. Me avergüenzo de la persona que fui en su momento. Cometí errores, cometí delitos. Actué como el culo. Lo he asumido con la cabeza todo lo alta que se puede llevar. Lo que querría decir es que hay que tener más empatía con las personas, hay que saber antes de opinar. Es muy fácil reírse o hablar de la vida de los demás, pero si realmente tenemos que tener más cuidado con cómo tratamos a las personas. Los hechos son los que son: soy una persona inocente. Tengo una vida plena y he superado mis problemas. Espero que todo esto se quede atrás.