El próximo 1 de marzo recibirá el galardón a 'Productora del Año' en los Billboard Women in Music Awards. Esto solo es, sin embargo, la punta del iceberg del éxito de Rosalía (30 años). La artista catalana ha ratificado en su última gira, Motomami, que, a día de hoy, es uno de los nombres de la industria musical de habla hispana más consolidado en el mercado internacional.
De la mano de temas como Malamente, El mal querer o Hentai ha firmado números astronómicos en cuanto a reproducciones en las distintas plataformas. Su música, sus coreografías y sus actuaciones en vivo son algunos de los argumentos que explican el excelente momento de Rosalía, pero hay otro factor que tampoco pasa desapercibido para los fans: su naturalidad.
Esa espontaneidad se pudo comprobar en situaciones como la vivida en un concierto durante la interpretación del tema Abcdefg. En un momento dado, después de ir enumerando algunas palabras que comenzaban por cada una de las letras que integran el nombre del tema, la cantante se disculpó: "Perdonadme, se me ha olvidado, ¿por qué letra íbamos? Perdonad, es que tengo déficit de atención". No era la primera vez que Rosalía hablaba de esta cuestión, ya que en la presentación de su último disco, mientras realizaba una entrevista, no dudó en comentar lo siguiente a su interlocutor "Perdona, ¿qué me decías? Es que tengo déficit".
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Más visibilidad
En pleno siglo XXI, la sociedad ya tiene un poco más de conocimiento sobre este trastorno del que habla Rosalía. En concreto se trata de un problema de salud mental que suele aparecer en la infancia. Las mejoras de las herramientas psicopedagógicas de los centros escolares han servido para detectar con más facilidad este trastorno entre el alumnado, conocido como Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), una definición mucho más exacta que el ambiguo concepto de hiperactividad que se manejaba hasta hace unos años.
El principal problema para las personas que lo padecen, especialmente en la etapa infantil, tiene que ver con sus relaciones sociales y/o académicas. La gran actividad física y la dificultad para mantener la atención de forma prolongada hacen que, en muchas ocasiones, tengan dificultades en el aprendizaje y en la relación con amigos y familiares.
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Las causas del TDAH no están del todo definidas, aunque los expertos apuntan a algunos factores que pueden contribuir a su aparición, como la herencia genética (hay más probabilidades de padecerlo si uno de los progenitores también tiene este trastorno), algunos factores externos y determinados problemas en el sistema nervioso central durante el desarrollo.
Pese a todo, uno de los grandes retos es dar con el diagnóstico. Aquí es muy importante aclarar que solo cuando coexisten varios síntomas y son identificados en diferentes ámbitos (en la escuela, en casa, en la interacción con los demás…) se puede hablar de TDAH. A partir de los síntomas, que pueden variar de un paciente a otro, se han establecido tres tipos de TDAH: con hiperactividad-impulsividad, con falta de atención (unos síntomas sobre los que más hablado Rosalía) y combinado.
Como en otros problemas mentales, el tratamiento suele recurrir a la combinación del tratamiento farmacológico, que permite al paciente mejorar en algunas áreas, y de la intervención psicoterapéutica y psicoeducativa para darle más información al paciente sobre este trastorno y dotarle de las herramientas necesarias.