Este jueves, 16 de febrero de 2023, ha comenzado, en el recinto de Ifema, la 77 edición de la pasarela Mercedes-Benz Fashion Week Madrid -MBFWM-. Entre los diseñadores que han presentado sus colecciones, al filo de las tres de la tarde, ha tenido especial protagonismo Pedro del Hierro.
La firma de moda, además de mostrar una colección marcada por el diseño de siluetas que conviven entre el hombre y la mujer -creando un diálogo a través de los colores, las texturas y las formas-, ha debutado en la pasarela con TFP by Támara Falcó, la colección de la que Tamara Falcó (41 años) es directora creativa.
Por primera vez, la flamante diseñadora ha visto cómo sus prendas han desfilado por la MBFWM. Qué duda cabe, un emocionante día para la hija de Isabel Preysler (71), en el que ha muy arropada y ha contado con un importante e inestimable apoyo en este gran día: el de su inminente esposo, el empresario Íñigo Onieva (33).
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En un momento dado, la socialité y Onieva han posado ante los medios de comunicación allí congregados y, entre risas, miradas cómplices y peticiones de fotógrafos, no han dudado en protagonizar un romántico beso bajo el traqueteo de los flashes. La expectación por ver a ambos juntos en un acto público ha sido máxima, sobre todo teniendo en cuenta que es la primera vez que la pareja acude a un acto público tras su sonada reconciliación.
Vestida con un traje de chaqueta fluido, pantalón de pinzas palazzo y una blazer de solapa clásica, Tamara ha atendido, solícita y amable, a la prensa, y ha hablado de su gran boda, fechada finalmente para el próximo 8 de julio: "Estoy muy bien, con todos los preparativos de la boda. Está siendo emocionante. Tenemos muchos equipos detrás que nos están ayudando, así que guay. Yo creo que va a salir todo muy bien".
En esa línea, ha añadido, ilusionada y entre deseos: "Espero que no llueva. Íñigo se está implicando en todo. Me ha intentado sacar información de mi vestido, pero no pienso decir nada sobre mi vestido". Rodeada de cámaras y periodistas, Tamara se ha mostrado muy prudente a la hora de dar detalles del vestido de novia en el que trabaja contra reloj la firma Sophie et Voilà, pero sí ha revelado algunas pinceladas.
"Me encantan lo que hacen, es como alta costura española. Queda muy poco tiempo y quería que viniera mi madre, mis amigas... Mi suegra, en algún momento dado, sí. Yo no quiero que Íñigo sepa nada. A mí madre le encantó la idea del vestido que tengo. Estoy viendo a ver qué puedo llevar como complemento, porque no sé si me pondré tiara", ha asegurado con una amplia sonrisa pintada en su rostro.
Sobre la reina de corazones, Isabel Preysler, la marquesa de Griñón se ha sincerado como nunca. Acerca de cómo reaccionó su madre cuando le informó de su segunda oportunidad con Onieva, entre risas, Tamara confiesa: "Mi madre e Íñigo se llevan bien. Ella respeta mucho nuestras decisiones. Evidentemente, le pilló por sorpresa que yo cambiara de opinión. Ella cuando me cambia el tono sé por dónde va la cosa, y lo entendí".
Tras la boda, la hija del malogrado Carlos Falcó desea tener hijos. Lo ha reconocido, una vez más, abiertamente. En esta ocasión, también ha añadido a ese proyecto de vida familiar a Íñigo: "No me queda otra, voy a tener hijos después de la boda. A él le encantaría tener una familia y yo siempre lo he dicho, que si encontraba a la persona adecuada...".
Tamara ha hablado, sin ambages, de esa dolorosa infidelidad de Íñigo. Mucho más serena que hace un tiempo, ha señalado: "Al final, yo creo que necesitaba ser sanada, que la hemos hablado y que estaba ahí y eso es bueno, es sano... Ahora estamos viviendo el momento del reencuentro".
La colaboradora de El Hormiguero ha desvelado, además, que "siempre he confiado en Íñigo. Lo que pasa es que él ha cometido un error, somos todos humanos, y la verdad es que, sobre todo, me he dado cuenta de lo que significa el amor. Podía querer a alguien más que mi orgullo y mis enfados. Estamos construyendo la confianza poquito a poco, él está poniendo de su parte".
Como no podía ser de otro modo, Falcó también ha sido preguntada por la ruptura sentimental de su madre con el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa (86): "Mi madre está bien, tranquila. Estoy pasando tiempo con ella... Cuando se rompe una relación, la vida sigue".
Los avezados periodistas no han perdido la oportunidad de preguntarle a la marquesa por el hecho de que, según Preysler, el Nobel se mofara de ella en su célebre cuento Los Vientos: "A mi madre cualquier cosa que digan de sus hijos lo sufre, mucho más que lo digan de ella. Le duele especialmente, yo no le di ni la más mínima importancia. Yo que escriba un Nobel sobre mí, me encanta. Qué quieres que te diga. Yo me llevo muy bien con él, es un artista y no le quiero dar más importancia. Si tengo que tener una conversación con él, tendría una conversación y lo saludaría. No vendrá a la boda porque ha roto con mi madre".