El año 2022 no ha sido fácil para Máximo Huerta. El escritor valenciano ha estado especialmente al cuidado de su madre, Clara Hernández, quien, en octubre, fue intervenida del tumor que le diagnosticaron en 2020.
Si bien hace unos días Huerta realizó una de sus confesiones más duras -"Los días que mi madre no me reconoce es como si no tuviera patria"-, ahora ha compartido una reflexión y un bonito gesto que ha tenido con su progenitora.
"Mi padre no le dejaba a mi madre pintarse las uñas, ni vestirse de rojo. Jamás lo hizo. Anoche quise darle la vuelta al destino y a la vida que nos queda. Y se las pinté de rojo con un frasquito que regalaba una revista mensual. Del rojo que nunca pudo. Y ahora se mira diciéndome lo bonitas que le quedan. Y yo le digo, feliz, que sí", comienza su post.
Para terminar: "Que está preciosa. Me pidió después sus libros favoritos: Genoveva de Brabante y Cuerpos y almas. 'Ponlos en la librería', insiste. Y le digo que sí, que sí a todo".