El pasado lunes, 28 de noviembre de 2022, la periodista y presentadora Sara Carbonero (38 años) recibía el alta hospitalaria en la Clínica Universitaria de Navarra, ubicada en Madrid, tras su operación de urgencia practicada una semana antes, el lunes 21. La exmujer de Iker Casillas (41) fue intervenida por consejo médico tras una revisión rutinaria, a causa del cáncer de ovario que le diagnosticaron en 2019.
Fue una semana de ingreso intensa en la que la salud de Carbonero se convirtió, muy a su pesar, en noticia. A EL ESPAÑOL se aseguró en todo momento que "todo está bien, en orden", restando gravedad y toda alarma a la delicada situación.
El entorno más próximo de Sara -su madre, Goyi Arévalo, su hermana Irene y su gran amiga, la presentadora de Informativos Telecinco Isabel Jiménez (40)- no se separó de su vera en ningún momento.
No sólo ellas; también sus grandes amistades de Oporto, su pareja sentimental, Nacho Taboada, y su exmarido Iker, el cual se encuentra en Qatar por motivos profesionales. Todos a una, muy pendientes y protegiendo a la periodista. También cuidando muy mucho las informaciones que trasladaban a los medios.
"Muchísimas gracias a todas y todos los que os habéis preocupado, por las innumerables muestras de cariño recibidas estos días. Me abruman y a la vez me llenan de energía para seguir adelante", aseguró la periodista en sus redes sociales, a modo de comunicado, cuando abandonó el centro médico. En esa suerte de carta, Carbonero plasmó lo que sigue: "Estos baches nos ubican de nuevo y nos recuerdan lo verdaderamente importante de la misma".
A la luz de las informaciones que trasladan a este periódico, ésa parece ser la nueva escala de valores de Sara, la cual, una vez más y ya van tres, habría sufrido una gran transformación vital y personal tras este último susto de salud. El lunes 21 era una revisión normal y corriente, rutinaria. Bien es cierto que, según confían, Carbonero acudía con "los nervios típicos" que se experimentan, pero nunca pudo imaginar el giro que iban a dar los acontecimientos.
La operación -que duró cinco horas- fue totalmente inesperada, un golpe que costó encajar. Al comunicárselo, Sara tuvo unos minutos de desesperanza, con un punto de frustración, "una sensación de que esto no va a acabar nunca", como avanza ¡HOLA! Tal y como confirma EL ESPAÑOL, ese breve lapso de tiempo pasó rápido: "Se repuso y organizó todo lo referente a sus hijos". La intendencia de su rutina, con la ayuda de su madre y su hermana.
En estos días posteriores a la intervención, ya instalada en su hogar madrileño, Sara está, básicamente, un poco "cansada", pero fuerte de ánimo. Sobre el reencuentro con sus hijos, Lucas y Martín -los cuales, en la medida de lo posible, se han mantenido ajenos a todo, en su rutina-burbuja de colegio y casa-, este medio ha conseguido tan sólo escuetos detalles en forma de frase: "Sí, fue emotivo cuando llegó. Creo que te estoy diciendo suficiente".
Lo que sintió esa madre en ese achuchón o apretujón tan especial con sus hijos sólo lo sabe ella, también todo aquello que desfilaría por su mente, sus miedos, sus temores. Afortunadamente, y una vez más, todo ha ido bien, y según lo esperado y pronosticado por los médicos que la han tratado. Un equipo de confianza que la trata desde aquel difícil y para olvidar 2019.
Acerca de la situación laboral de la presentadora, se sostiene que Sara quiere disfrutar "todo lo que el postoperatorio se lo permita". No cabe duda de que volverá al trabajo, porque es su pasión y su gran salvavidas, pero no se ha puesto fechas. En otro orden de cosas, Carbonero libra otra gran preocupación: la maltrecha salud de una buena amiga, Elena Huelva (20).
La joven lleva años compartiendo su día a día desde que le fuese diagnosticado un cáncer, en concreto, un sarcoma de Ewing en la pelvis con metástasis en los pulmones. En este tiempo de titánica lucha, Huelva ha forjado grandes amistades en el mundo de la crónica social española, como Aitana (23), Manuel Carrasco (41) y la propia Sara Carbonero, entre otros.
[Quién es quién en el entorno de Sara Carbonero: de Nacho Taboada a su grupo de amigas de Oporto]
En estos últimos meses, Elena Huelva ha estado entrando y saliendo del hospital, y en estos días, a través de su cuenta de Instagram -donde alcanza cerca de medio millón de seguidores-, la influencer ha contado que no ha estado muy bien y "no han sido precisamente buenos".
Bajo el lema Mis ganan ganan, la joven sigue haciendo frente a la enfermedad, y ahora ha comenzado una nueva y difícil etapa en su camino. Elena ha explicado que ha tenido que dejar los tratamientos y la quimio con la que estaba porque "no estaban funcionando y la enfermedad ha crecido".
En medio de este delicado trance, EL ESPAÑOL puede confirmar que Sara no ha dejado pasar un día sin escribir a su amiga e informarse sobre su estado. Incluso, explican, estando ella ingresada en la Clínica Universitaria de Navarra.
Goyi, la madre de Sara
En otro orden, este medio ha podido confirmar, en exclusiva, que la madre de la expresentadora de Radio Marca está instalada en Madrid, en lugar de en su pueblo natal, Corral de Almaguer, en Toledo. Goyi lleva una larga temporada en Madrid.
Así, Arévalo pasa más tiempo junto a sus hijas y, sobre todo, al lado de sus nietos. En especial, del menor, el primer hijo de Irene Carbonero, nacido en 2021. Goyi ha decidido "estar más cerca de sus hijas". Eso sí, sus visitas al pueblo siguen produciéndose de cuando en cuando.
Goyi Arévalo, como toda madre, es clave en la vida de Sara Carbonero. La discreta madre que siempre estuvo y está a la sombra de su hija. No se separa de ella en este nuevo susto de salud. Lo cierto es que en los últimos años la familia Carbonero-Casillas no ha conocido precisamente buenas noticias y ella, Goyi, siempre ha estado al pie del cañón, y de la cama de Sara en este caso.
A este periódico llegan testimonios que se deshacen en halagos hacia Goyi. Cuentan que ahora está disfrutando de sus nietos más que nunca, pasa más tiempo con ellos.
Apunta alguien que bien lo sabe que Goyi Arévalo es una mujer "hecha a sí misma". Por más que se le presupongan ahora comodidades pecuniarias y de todo tipo por ser la madre de Sara Carbonero, no ha tenido una vida fácil. A veces vivir en un pueblo, siendo alguien conocido o reconocido, no es sencillo. Hace unos años, Goyi lo pasó muy mal cuando se separó de su marido: "Fueron tiempos complicados, pero ella siempre supo estar en su sitio"