Triste pérdida para la cantante Roser (43 años), quien ha hecho público, rota de dolor, el fallecimiento de su madre. "He buscado una fotografía que reflejara su esencia. Mi madre era un ser de luz, era muy especial", con esta frase empieza el homenaje póstumo que le hace la intérprete a su progenitora, quien ha fallecido a los 67 años víctima de la ELA. La exconcursante del famoso talent musical Popstars está devastada, pero no ha querido dejar pasar la oportunidad de contarle al mundo quién era ella con un texto precioso.

Roser define a su madre como una persona con carisma y simpatía, "lo que hacía que toda la gente que tuviera a su alrededor se girara para observarla. Muy inteligente y muy independiente, tomó decisiones en su vida que la llevaron a sacar la valentía, aunque dudara en ocasiones de su gran fortaleza. Una mujer con una capacidad intuitiva y sensitiva que te hechizaba".

La cantante ha explicado un poco el proceso de la enfermedad que le ha 'robado' a su madre y lo ha hecho sin tapujos, resaltando lo duro que es. "La ELA se la ha llevado en poco más de dos años. Ninguno de nosotros entendíamos ni por qué pasaba, ni lo que había que hacer. Íbamos sorteando obstáculos, intentado adelantarnos a ella y a sus necesidades, y por supuesto pocas veces lo conseguíamos. Han sido meses muy difíciles, duros y crueles", escribe.

Roser aprovecha para pedir algo para todos estos enfermos que sufren dolencias como esta: "Enfermedades raras las llaman, cada vez son más casos por lo que empiezan a convertirse en enfermedades demasiado presentes... Investigar, investigar, investigar". Ahora, lo que toca es recomponerse y seguir adelante, aunque a la catalana se le hace muy cuesta arriba pensar que ya no está. 

Según sus propias palabras, tras su muerte, las cosas se han hecho exactamente como ella hubiera querido. "Mi madre se ha ido con 67 años llena de vida, de ganas, de risas y con muchos planes por hacer. Pero lo ha hecho con todas las decisiones tomadas. Ella supo lo que quería, a quién quería y cómo lo quería absolutamente todo. Y nosotros (mi hermano, mi padre y yo) lo hemos respetado al  pie de la letra, tal como nos pidió. Sus decisiones, nuestro respecto y admiración".

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Para terminar, Roser le pide ayuda a su madre para que esté a su lado, porque la familia la echa muchísimo de menos: "Mamá, ahora todo me cuesta y mi corazón está roto pero te prometí que volvería a brillar. Eso sí, igual desde el otro lado necesitaré algún que otro empujoncito para sonreír tanto como tú, ¿vale? Gracias, qué regalo tan inmenso ha sido tenerte en nuestras vidas".