Aunque ya se sabe que no será el ganador de esta edición de Supervivientes, Kiko Matamoros (65 años) sigue dando mucho juego a Mediaset. La última de sus ocurrencias fue una pedida de mano en directo a Marta López Álamo (25), una idea que, según algunas corrientes de opinión, no deja de ser un montaje para exprimir aún más sus apariciones en la pequeña pantalla.
Lejos de esta exhibición sentimental, uno de los hijos de Kiko, Diego Matamoros (36) también se ha acostumbrado a ser noticia en los últimos tiempos, aunque en su caso por una razón bien distinta. Aunque en alguna ocasión ya había hablado de sus problemas de espalda, el que también fuera participante de Supervivientes vivió un episodio preocupante el pasado mes de marzo.
Para una persona tan dada a contar detalles de su vida en redes sociales, el silencio de Diego Matamoros durante varios días llamó la atención. Poco tiempo después él mismo exponía la causa. Desde la cama de un centro sanitario y acompañado por su pareja, Marta Riumbau (34), el hijo de Kiko Matamoros contaba que había tenido que ser hospitalizado tras sufrir "una crisis bastante severa en la espalda, relacionada con hernias discales y con la médula. Me empezaron a fallar las piernas y me quedé en el suelo". Para mayor preocupación de sus seguidores también contó que se trataba de "un tema congénito y degenerativo".
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¿Nueva visita al quirófano?
La situación vivida por Diego Matamoros fue, además de dolorosa, bastante angustiosa, toda vez esa crisis le pilló solo en casa, obligado a estar "más de una hora" en el suelo retorciéndose de dolor. "Fue una tortura", resumió el propio afectado, quien tampoco ahorró detalles sobre la actuación médica: "Me han hecho un resonancia. Una de las vértebras está interiorizada, la médula está un poco tocada. Ayer me hicieron una intervención. En la unidad del dolor lo que hicieron fue pincharme en la médula e inyectarme corticoides. Eso hace que en unos cuatro días pueda empezar a caminar más o menos normal".
Aunque en ningún momento habló del diagnóstico de forma clara, estas últimas descripciones apuntan a la espondilolistesis, una dolencia que hace referencia al desplazamiento de una vértebra respecto a otra. En función de si está adelantada o retrasada se habla de anterolistesis o retrolistesis.
Atendiendo a las palabras del protagonista, la espondilolistesis degenerativa viene dada por el envejecimiento. El paso del tiempo hace que los diferentes componentes de la columna vertebral vayan perdiendo firmeza por un debilitamiento progresivo, lo que acaba desembocando en una columna no alineada. En este sentido, hay que destacar que, en base a las estadísticas oficiales, el caso de Diego Matamoros es un tanto anómalo: la espondilolistesis degenerativa suele darse especialmente en pacientes de más de 50 años.
En cuanto a los síntomas, estos pueden variar desde un dolor en la zona lumbar que se irradia hasta los glúteos hasta algo más severo, como la inestabilidad y trastornos sensitivos. En líneas generales, los síntomas se manifiestan más cuando el paciente está de pie, pudiendo confudirse con el típico dolor del nervio ciático.