'Back to the beginning'. Así se titula el quinto episodio de Soy Georgina, la serie de Netflix basada en la vida de Georgina Rodríguez (28 años) que arrasa en la plataforma de streaming. Se trata de un capítulo de 41 minutos en el que la novia de Cristiano Ronaldo (36) muestra sus orígenes y parte de su rutina antes de conocer al futbolista, el hombre que cambió su historia, para siempre.
La modelo nació en Argentina, creció en Jaca y consiguió muchas de sus oportunidades en Madrid, ciudad en la que se enamoró del jugador del Manchester United. Georgina llegó a la capital siendo muy joven y buscando mejores oportunidades. Mientras trabajaba como camarera en un hotel en Graus, pueblo cercano al domicilio de su infancia, la novia de Cristiano se enteró de una oferta laboral que le permitió perseguir sus sueños.
"Una señora que fue a esquiar con su marido me vio trabajar aquí y ahí fue cuando decidí mudarme a Madrid. Me vio trabajar tan bien que dijo 'véngase conmigo'. No me lo pensé. Cogí ocho autobuses hasta llegar a la Terminal de Avenida de América y dejé mi currículum en la Castellana, en Inditex", cuenta Georgina. A los cuatro días de aquella travesía, el puesto era suyo.
Tras conocer la noticia la modelo se trasladó a la capital, donde tal y como comenta en la serie, tuvo una llegada "tremenda". "Estuve buscando muchos pisos baratos, 300 euros, y acabé en uno en Avenida de América, que con el tiempo me enteré que había sido un trastero. Un frío en invierno y un calor en verano...", comenta Georgina en una escena en la que se muestra en un edificio que da entender que fue su vivienda en Madrid y del que EL ESPAÑOL conoce todos los detalles.
Este periódico ha descubierto, según las imágenes que se desvelan en la serie, que mientras trabajaba en Massimo Dutti y algunas veces, como extra, sirviendo copas en un bar pequeño, Georgina Rodríguez vivió en un bajo de un edificio situado entre Avenida de América y Prosperidad, muy cerca de la calle Cartagena. El piso al que hace referencia la escena donde Georgina aparece con un look veraniego -camisa de cuadros blancos y rosa, vaqueros, zapatillas, gafas de sol oscuras, bolso de Prada y pelo recogido en un moño bajo- es de una obra de hace 87 años.
De acuerdo con los datos que ofrece Idealista, el edificio fue construido en 1935, tiene cuatro plantas (incluyendo el bajo) y ocho pisos para vivir. Los que se encuentran en el bajo, donde vivió Georgina, tienen un tamaño que varía entre 15 y 56 metros cuadrados. Según la información que maneja el portal inmobiliario, las últimas viviendas publicadas que se han alquilado han tenido un valor que ronda los 500 y 600 euros al mes, una cifra superior a lo que buscaba la novia de Cristiano Ronaldo en su momento.
En su reality, la de Jaca recuerda aquellos años como una época muy dura en la que incluso llegó a trabajar casi todo un día seguido -por la mañana en Massimo Dutti y por la noche en el bar-. Hoy, aunque su situación es completamente diferente, no olvida a quienes la ayudaron entonces -habla, en concreto, de una vecina de nombre Carmen, a quien califica de "buenísima"-.
En toda la serie, pero sobre todo en este capítulo, Georgina deja claro cuáles son sus orígenes: una infancia y juventud humilde, comparada con el lujo que ahora ostenta y las grandes oportunidades que le han llegado a raíz de su relación con Cristiano Ronaldo. "No me olvido nunca de donde vengo e intento ayudar a los demás siempre que puedo", expresa la modelo en los últimos minutos del quinto episodio.
[Más información: Lo que Georgina Rodríguez ha 'ocultado' en su documental: drogas, cárcel y la imagen de su madre]
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