"Qué heavy eres, Juana", es una de las frases que más persiguió a Verónica Forqué a lo largo de su vida. Fue pronunciada por ella misma cuando interpretó al personaje de Kika en la película homónima de Pedro Almodóvar (72 años) en 1993. Hasta hace apenas unos días, la gente que la admiraba seguía diciéndole por la calle, por su barrio, en su entorno: "Qué heavy eres, Vero".
Así era como le gustaba que la llamasen, Vero, que ya estaba harta de ser Verónica Forqué, la gran actriz del cine español que rompió récords en los premios Goya al atesorar en su vitrina personal hasta cuatro cabezones. Sólo Carmen Maura (76) ha sido capaz de igualarla, pero no superarla.
Verónica Forqué ha muerto. 66 años tenía cuando decidió este lunes 13 de diciembre quitarse la vida. Una de las últimas personas con las que estuvo fue su hija, María Iborra Forqué (31), con la que mantenía una relación "buenísima" y "de admiración mutua", según desvela a EL ESPAÑOL una persona que recientemente trabajó con ella y recuerda cómo nombraba a su hija todo el tiempo.
"María ha bebido de las aguas artísticas de su madre, que también fue una gran rompedora en la época. Seguro que si Verónica hubiera tenido Instagram en su momento, habría sido igual que María. María era su debilidad, es una pena lo que tuvo que vivir esa chiquilla ayer...", expresa con la voz entrecortada esta persona que ha pasado muchas horas junto a Verónica en los últimos meses. El vínculo entre madre e hija era muy fuerte y sentían mutua admiración la una por la otra.
A pesar de todo -de su talento, de su bagaje, de su filmografía, de sus reconocimientos-, Verónica siempre prefería ponerse en una posición más humilde, en un segundo plano en relación a todas las barreras que había roto su pequeña. "Mi hija es muy valiente. Me da un poco de vértigo, pero la adoro. Yo era transgresora, pero no tanto", confesó la protagonista de Sé infiel y no mires con quién en una entrevista para LOC.
Efectivamente, este lunes, María Iborra Forqué, la hija de Verónica y del director de cine Manuel Iborra (69) recibió uno de los golpes más duros de su existencia. La joven, según desvela Informalia, estuvo en la mañana del 13 de diciembre en casa de su madre, lugar que abandonó en torno a las 11 horas. Verónica Forqué, tras la marcha de su hija, se quedó con una amiga.
Es esta persona cercana quien, presuntamente, encuentra el cuerpo inconsciente de Forqué y quien llama al 112 y a la propia María, que regresó a casa de su progenitora, en esta ocasión acompañada de su pareja, Paco Polo. Con los medios de comunicación ya apilados a las puertas de su hogar, la joven Forqué aparecía, haciendo gala de una fuerza y entereza fuera de lo común.
María dejaba atrás la casa de su madre mientras la Policía Científica hacía su trabajo intentando determinar las causas de la muerte de Verónica Forqué. Fue en el momento en el que la artista visual tuvo que hacer frente a los trámites necesarios para decidir cómo sería el último adiós a su madre cuando se rompió.
Tras su encuentro con uno de los trabajadores de la funeraria en plena calle, La Virgen María -como se hace llamar en sus redes sociales- no pudo evitar la tristeza y la desolación, que la derrumbaron en el interior del coche donde estaba acompañada por su novio y uno de sus mejores amigos.
Una vez concluidas las reuniones con los responsables de la funeraria, la Policía Científica y el médico forense, María Forqué, su pareja y su amigo caminaron por la zona de Chamartín junto a la perrita de su madre.
Como anécdota, cabe destacar que la última foto de Verónica Forqué en su cuenta de Instagram era una junto a su hija, su pasión, su talón de Aquiles. Se trata de una instantánea tomada en la grabación de MasterChef Celebrity 6, en la noche en la que las familias prueban los platós preparados por los aspirantes.
"¡Esta noche es especial!", escribió la celebérrima actriz el 15 de noviembre junto a la imagen en la que aparece abrazando por la espalda a su única hija, María, que hoy queda huérfana de madre, de amiga, de cómplice.
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