Este jueves 21 de octubre la céntrica calle madrileña Barquillo se ha convertido en uno de los principales puntos de interés mediático. A las 12:30 horas de la mañana, pese a las obras que paralizaban la calle, la firma Cortefiel ha presentado con éxito rotundo su nueva campaña, Que hablen de ti. Lo ha hecho contando con la inestimable presencia de uno de los matrimonios más exitosos del país, Juan del Val (51 años) y Nuria Roca (49).
Uno de los lemas de la firma no puede ser más acertado, tratándose de estos televisivos protagonistas: "Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti... y es que no hablen de ti". La autoría es de Oscar Wilde, pero bien podrían subrayarlo Juan y Nuria. Su vida interesa, hagan lo que hagan. Digan lo que digan. Ellos lo saben, pero han aprendido a relativizar. Juntos, dedicándose miradas cómplices y atendiendo con naturalidad a EL ESPAÑOL, el matrimonio se abre en canal.
Ponen en orden su vida familiar y matrimonial; abordan, sin ambages, las luces y las sombras de su vida marital al tiempo que se echan en cara sus virtudes y sus defectos. Nuria aprovecha la charla con este periódico para matizar que una cosa es hablar con naturalidad de su vida, y otra que exponga, cual mercadillo, su vida íntima en la televisión. El umbral y el límite, dice, lo pone cada cual. También explica el matrimonio, con perspectiva, si es cierto que su relación es tan abierta como se dijo, especuló o interpretó en su momento.
Que hablen de ti... ¿aunque sea mal?
Nuria: Hombre, si es bien mejor, claro. ¿Aunque sea mal? Yo no quiero que hablen de mí mal. Lo que pasa es que, evidentemente, pueden hablar mal de ti. Ni le puedes gustar a todo el mundo y eso sería... muy aburrido.
Juan del Val: Que hablen de ti no es una pretensión, es inevitable. Entonces, al final, a nadie nos gusta que hablen mal, pero hay que darle la importancia justa. Porque hay veces que hablan mal de ti sin tener ni idea ni de lo que ha pasado, ni de cómo eres. Hay una cosa que proyectas como imagen, y casi siempre es para bien. A veces es para mal.
"Las críticas me dan igual"
¿Y cómo encajan esas críticas?
Juan del Val: En mi caso, por ejemplo, es que a mí me da igual. Cuando digo que me da igual doy como la sensación de sobrao. Y no. Es que yo lo relativizo todo, también lo bueno. Porque cuando te dicen que eres absolutamente maravilloso tampoco te lo debes creer. Por lo tanto, suene como suene: es que me da igual.
Nuria: A mí no me da tan igual, ¿eh? Yo me enfado más porque a mí hay una cosa que siempre me enfada, y es la injusticia. Entonces, cuando algo no es verdad y es muy fácil conocer la verdad preguntando o investigando... eso me enfada. También es verdad que tengo un enfado muy ligero. Me enfado y a los cinco minutos se me ha pasado. Pero sí, en esa primera lectura digo, 'joer, otra vez...'.
¿Ustedes consultan en Internet lo que se escribe?
Nuria: No, hombre, no, por Dios. Lo que pasa es que te lo encuentras, eso sí que es verdad. Te lo encuentras y cuando sabes que ha habido algo lo brujuleas. Yo también lo miro, pero no me levanto a ver qué han dicho... Tampoco es que hablen de mí todos los días.
Juan del Val: También es cierto que si miras con perspectiva, en general, no se habla mal de nosotros. Por eso digo que hay que relativizar. En general, nos va bien. Hay cosas que les gusta más a unos que a otros. Somos bien tratamos.
Nuria: Es muy curioso cuando tú ves un titular y son tres comentarios negativos y luego hay 300 positivos. Los negativos son los que venden. De eso tenemos que ser todos conscientes.
"Nuestro secreto es el carácter provisional de nuestra relación"
Se conocieron en una entrevista y surgió el amor, la familia y la empresa...
Juan del Val: Y ya somos dos señores mayores. Hubo un momento en que éramos jóvenes, pero eso ya va pasando. Es verdad que fue una entrevista que yo le hice para Man y a partir de ahí hubo una conexión evidentemente muy especial.
¿Existe algún secreto?
Nuria: Pues yo pienso que ese carácter de provisionalidad con el que iniciamos nuestra relación se ha ido manteniendo durante el tiempo. Nosotros sabíamos que queríamos estar juntos muy en el día a día. No haciendo planes de futuro, lo que pasa es que el futuro ha ido llegando.
Juan: Es cierto ese carácter de provisionalidad. Siempre nos acompañó. Hablando de 'Que hablen de ti', en ese momento todos vieron imposible que esto durara. Eso fue a finales del 98 y, por lo tanto, es todo provisional y así lo vivimos.
¿Alguna crisis?
Nuria: Hay momentos... yo no los llamaría crisis. Sí que es verdad que hay momentos que son mejores. Y otros peores que tienen que ver con lo que te pasa a ti vitalmente. Hay momentos de todo, y eso afecta a la relación, pero también con tu familia, con tus hijos... Pero crisis de pareja no.
Juan: Puede sonar un poco aburrido, pero decir crisis de pareja o que vamos a replantearnos algo no.
¿Qué es clave para perdurar?
Nuria: Lo importante es que sigamos gustándonos, que me parece lo más difícil. Admirándonos y pasándolo bien juntos. Cuando yo pienso en irme de cena, pienso en irme con Juan, porque es con el que mejor me lo paso. Recuerdo una vez que dije 'me tengo que ir de viaje sola, que nunca me he ido'. Y me fui, y al siguiente me volví. Dije 'pero, ¿qué hago yo aquí, aburridísima?'.
Juan: Lo del secreto me da mucho pudor... A mí sí me parece interesante el nunca ver a tu mujer como tu mujer, sino como una mujer. A la que puedes perder.
¿Qué es lo que más le gusta del otro?
Juan: A mí ella siempre me ha parecido la mujer más guapa del mundo. Y lo digo porque me parecía antes de conocerla y ahora. De Nuria me gusta Nuria, entera. Es lista que no te lo crees, tiene muchísimo sentido del humor. Tiene un ímpetu y una voluntad para hacer las cosas que más quisiera yo...
Nuria: ¡Ahora tengo que estar a la altura! Me gusta su mirada, su mirada respecto a cómo me mira y cómo mira el mundo. Estoy convencida de que soy una persona diferente después de haber conocido a Juan. He ido a mejor porque he crecido y he evolucionado. Admiro su capacidad de trabajo; tienes la sensación de que nunca puede pasar nada mal. Resuelve y no le dan pereza las cosas.
Ahora aquello que no soportan...
Nuria: Juan es muy impaciente... Me saca de quicio. Para él las cosas tienen que ser ya.
Juan: A mí de ella me molestan fundamentalmente dos cosas. Una es que tarda mucho es despedirse cuando salimos a algún sitio... y otra es que se duerme con una facilidad que a mí me pone de muy mala leche. Tenemos un problema de cualquier cosa y se duerme. Yo, que soy una persona inquieta, tenemos un programa y tal... yo esa noche no duermo. Y ella se duerme a los diez segundos, y eso me molesta de verdad.
"Existe una parcela de intimidad"
¿Hablan de su vida íntima y privada tanto como se dice?
Nuria: Es que depende lo que tú consideres por intimidad. A mí es que eso me hace mucha gracia. Yo hay cosas de las que nunca he hablado. Otra cosa es que tú te posiciones sobre los temas y opines. La cotidianidad con la que hablamos de nuestros asuntos está clara, pero luego existe una parcela de privacidad, que a mí me parece fundamental. Hablamos de cosas del día a día. La gente es que tiene un concepto de la intimidad... yo tampoco le doy mayor importancia al decir si como con agua o con cerveza.
Juan: Creo que en cuanto a las intervenciones en El Hormiguero, creo que al final hay algo de autenticidad. Discutimos en cosas con las que la gente se ve muy identificada. La gente dice 'bueno, pues como nosotros'. Creo que eso es un valor. Lo que contamos es para que la gente se identifique con nosotros.
Con aquello de la relación abierta se creó mucho revuelo...
Nuria: Es que en ese sentido, por ejemplo, y ahora que nos tenéis aquí a los dos, es interesante decir que una cosa es pronunciarse sobre eso y otra cosa es que te cuente lo que yo hago en mi vida privada, que jamás lo contaré. Hay gente que lo da por hecho porque se quedan en el titular y se los creen.
Juan: Tú dices una cosa de la que eres responsable. De lo que interpreten sobre lo que tú dices, eso es otra cosa. En ese sentido, sí que hay que ser riguroso. Es verdad que lo de las relaciones abiertas se hizo muy grande por la interpretación, en primer lugar. Luego porque es cierto que en este país no se puede hablar de nada, porque en el momento en que dices una cosa que se salga de lo convencional la gente se alarma muchísimo. Deberíamos ser más auténticos a la hora de hablar de cosas cotidianas. Hablamos de cosas que ha hecho todo el mundo.
Nuria: El mensaje que tranquiliza a la gente es otro. Pero cuando tú hablas, por ejemplo, de que las parejas no revisan los conceptos por los que están juntos, sino que todo se da por hecho, no es lo mismo.
Juan: Nosotros jamás hemos dado ninguna receta para que vayan bien las relaciones de los demás. Nosotros no damos lecciones. Cada uno que haga lo que le dé la gana con su cuerpo y con su vida. Nosotros no creemos que ninguna fórmula sea mejor o peor.
Juan, una última pregunta: ¿por qué razón no sigue a su hijo Juan en redes y solo a su mujer?
Juan del Val: No lo sigo porque no publica nada en ese perfil. Porque no publica nada. Se publicó que había un conflicto, un enfado entre padre e hijo, y me hizo mucha gracia. Él tiene un perfil para sus amigos, que ese es el interesante, pero en ese a mí no me acepta. ¿Sabes qué pasa? Que a mí Instagram no me interesa nada. Yo pongo mis cosas y fenomenal. Sigo a Nuria porque no me queda más remedio.
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