"Muy nerviosa". Esas son las dos primeras palabras que pronunció Eugenia Martínez de Irujo (52 años) nada más poner un pie en Papelorio, un lugar de ensueño ubicado en el centro comercial ABC Serrano de Madrid, donde presentó este miércoles por la tarde su primera línea de papelería.
Animales, inspiración oriental, mezcla de rojos, verdes, dorados… La hija de la recordada y admirada duquesa de Alba plasma en sus lienzos los recuerdos de aquella niña que fue. "Siempre rodeada de perros", recordó.
A punto de cumplir 53 años, Eugenia llega al evento, sonriente y del brazo de su marido, Narcís Rebollo (51), sobre quien responde a EL ESPAÑOL con enorme efusividad de que "sin duda" es el hombre de su vida.
Nervios, dice. Cuéntenos, ¿cómo está?
Antes de nada quería agradecer a la familia Papelorio, en especial a Álvaro y a Juan Carlos, que me han brindado esta oportunidad. Fue todo inesperado. Nos pusimos en contacto, hicimos aquí las reuniones, vine a ver lo que hacían y me encantó. A mí me fascinan las papelerías de toda la vida y es verdad que hace mil años, cuando empecé a pintar, mi gran ilusión era tener carpetas, agenda, papel... Me hacía muchísima ilusión, por lo cual estoy tremendamente agradecida. Muy contenta. Además, muy contenta porque es todo: papel ecológico, de maíz, de hierba...
Además, su pasión, los animales.
Sí, los animales, el medioambiente y todo lo que se pueda mejorar en ese sentido.
Al final todo se hereda.
¡Pues sí! (risas) Es que me he criado con perros toda la vida.
¿Qué le han dicho Tana y Narcís de este nuevo proyecto?
Están encantados. A mi hija le regalé por su cumple una caja de las grandes llena de todo.
Seguro que presume de madre artista delante de sus amigos.
Sus amigas son fans. Me llevo muy bien con todas.
Fue su cumpleaños, además, hace pocos días, ¿hubo una fiesta sorpresa?
Una cenita pequeña.
¿Ha empezado ya a utilizar las agendas?
Sí, ya lo tiene y álbumes de foto y todo.
¿Y cómo está ella?
No quiero hablar de ella. No voy a hablar de ella. No por pudor, sino por dejarla al margen.
¿Ha heredado su pasión por la pintura?
No.
Fue acertada su decisión de no entrar en esto de los medios, ¿verdad?
Totalmente. Estoy muy contenta de que sea así y que no entre en la rueda de hacer reportajes o cosas de estas... Yo la he machacado mucho con eso. Yo tuve una época muy heavy y eso ella lo ha vivido.
Pero usted se ha ganado el cariño de la prensa.
¿Sabes a raíz de qué? De que ahora puedo vivir normal. Ahora es otro rollo.
¿Su madre también ha contribuido mucho a ello?
Es que lo mejor que he heredado de ella es el cariño de todo el mundo.
¿Qué pensaría ella de esta nueva andadura suya?
Estaría encantada.
En noviembre se cumplen siete años de su fallecimiento, ¿harán algo en la familia?
Pues no sé si habrá misa. Yo no suelo ir, ya lo sabéis. Yo la llevo aquí (se señala el corazón), no me hacen falta misas. No sé si mis hermanos tienen planeado algo.
¿Con sus hermanos bien?
¡Yo muy bien! ¡Fenomenal con todos! (Risas)
¿Qué tal la salud de Cayetano?
Está muy bien.
En noviembre es su cumpleaños también.
Quería hacer una fiestecilla, pero creo que lo voy a atrasar porque el mes de noviembre es muy... madre mía. Quizá lo deja para más adelante.
¿Francisco Rivera, ahora que tienen buena relación, la ha felicitado por este proyecto?
No. Pero bueno, no quita una cosa con la otra.
Y a estas alturas, Eugenia, ¿podemos decir que Narcís es el hombre de su vida?
¡Por supuesto!
¿Ha contribuido a esa tranquilidad suya de la que hablaba?
Es que es una gozada de hombre. Nunca ve un problema. Es de lo más... es un gustazo. Él sabe lo que digo de él.
¿Le han dicho que cada vez se parece más a su madre?
Me lo dicen mucho. También los gestos, ¿no?
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