19:30 horas de este pasado jueves 23 de septiembre. Calle Colombia de Madrid. Por ella camina relajadamente una mujer de mediana edad, vestida de forma informal y con deportivas, acompañada de su perro, un lulú de pomerania. Está dando un plácido paseo al atardecer por las calles de su barrio. Ella es la actriz Verónica Forqué (65 años). La afamada intérprete, y actual concursante de MasterChef Celebrity, ha sido captada en exclusiva por EL ESPAÑOL cuando ella cree que ninguna cámara la veía.
Según las fotografías que ilustran este artículo, Forqué es una más en su barrio. Se conoce a la perfección las calles colindantes a su domicilio; se nota que este paseo con su perro forma parte de su rutina diaria cuando su profesión de actriz se lo permite. Verónica, que este año estrena dos películas -A mil kilómetros de la Navidad y Espejo, espejo-, es reconocida en su barrio, como ha sido testigo este periódico. Al tiempo que ella camina sujetando la correa de su mascota, sus vecinos se giran, la observan y comentan entre sí: "Es la Forqué, la de MasterChef".
Otros vecinos, también con mascota, directamente la paran para alabar a su perro y compartir experiencias. Forqué, pues, no pasa inadvertida, aunque sí bien es cierto que ninguna persona la detiene en su trayecto de este pasado jueves para pedirle una fotografía. La actriz goza de reconocimiento, pero también de una gran tranquilidad y cierto anonimato en su barriada. En un momento dado de la caminata, que dura cerca de 30 minutos desde que es captada por este periódico, Forqué llega a la calle de su vivienda, Víctor de la Serna. Siguen reconociéndola desde la distancia.
Una vecina comparte con este medio: "Yo siempre la veo a esta hora paseando al perro. De hecho, es el único momento en que la veo en el día". Verónica llega a la altura de su casa, pero antes de adentrarse en el portal hace una parada improvisada. Abre su coche -un mini Cooper Countryman-, estacionado en la misma acera de su casa, y toma el asiento del conductor, dejando la puerta abierta.
No tiene intención de arrancarlo y conducir. Tan solo se toma un pequeño descanso de la caminata, con su perro entre los pies, y distrayéndose con su teléfono móvil. Las personas, al verla en el coche con la puerta abierta, la siguen mirando y reconociendo.
Pasados unos minutos, sale del coche, echa el cierre, camina unos pasos y, finalmente, se introduce en su portal. Se acaba otra jornada de paseo para Verónica Forqué. Si bien la vida de Verónica siempre ha estado ligada al trabajo, y su extenso currículo da buena prueba de ello, en la actualidad se encuentra especialmente en la cima televisiva tras su participación en la nueva edición de MasterChef Celebrity, que se encuentra en emisión. En el programa comparte cocina con rostros tan conocidos como Terelu Campos (56), Miki Nadal (53), Victoria Abril (62), Arkano (27), David Bustamante (39) y Yotuel (44), entre otros. Precisamente en este espacio de TVE Forqué está dando mucho de qué hablar, sobre todo en el último programa emitido, donde, como capitana, se mostró "odiosa, antipática y mala persona", según sus propias palabras. Más allá de su perfil televisivo, lo cierto es que la actriz ha conseguido mantener a raya su vida privada en tantos años de exposición.
En el verano de 1980 mantuvo una relación con el actor Joaquín Kremel, pero fue con el director de cine Manuel Iborra con el que se casó un año después. La pareja estuvo casada hasta el año 2014, fecha en la que decidieron poner fin a 33 años de convivencia. "Nos separamos porque era incapaz de vivir una realidad que no era verdad. Es horrible darte cuenta de que no sientes nada por tu pareja, con la que has estado 34 años. Pero he salido muy fortalecida", explicaba ella. Con Iborra tuvo a su única hija, María Clara, su gran apoyo.
Su hija, una gran transgresora
La prensa comenzó definiendo a María como una "pija siniestra", porque así le gustaba hacerse llamar cuando empezó a aparecer en eventos al lado de su madre y siempre luciendo looks muy llamativos. Cambió varias veces de color de pelo -desde azul, rosa o negro azabache- e incluso mostró un lado totalmente rapado que combinaba con decenas de piercings y labios negros o morados.
Esta imagen no pasó desapercibida, pero sus excentricidades han ido más allá y su versión actual no deja de sorprender. En sus redes, recrea imágenes muy sensuales casi siempre en ropa interior y precisamente ha puesto a la venta, incluso, sus bragas usadas cuyo precio oscila entre los 100 y los 600 euros, según informó el programa Socialité este pasado fin de semana. Esta esencia provocativa se intuye ya con el nombre de usuario que utiliza en su Instagram: I'm virgen María. Desde esta plataforma, la joven publica fotografías muy exuberantes que rozan la censura de la red social; de hecho, son varias las ocasiones en las que sus publicaciones han sido retiradas por no cumplir con las normas de la comunidad virtual. María comparte imágenes muy provocadoras a la vez que creativas y surrealistas.
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