Rocío Martín Berrocal, una 'microinfluencer' que ha decidido no exprimir su potencial (de momento)
A pesar de que podría obtener suculentas ganancias, la hermana de Vicky no explota su perfil de Instagram.
31 agosto, 2021 17:01Noticias relacionadas
La popularidad de Vicky Martín Berrocal (48 años) ha crecido como la espuma desde que en 2019 participara en MasterChef. El concurso le permitió mostrar una faceta mucho más cercana a través de la que conectó el gran público. Esto se ha reflejado en el número de seguidores de sus redes sociales que se ha disparado. Por extensión, este incremento de la fama no le afecta solo a ella, sino también a su círculo más cercano: su hija Alba (21) y su hermana Rocío (42).
Las tres mujeres disfrutan de su tiempo juntas y tienen una gran conexión, pero mientras que Alba ha decidido aprovechar el trampolín digital que le ha brindado su madre y, actualmente, realiza diferentes colaboraciones en sus redes sociales, Rocío se ha mantenido en una posición diferente. La hermana pequeña de la diseñadora ha relegado su presencia digital a una vía de expresión personal, sin explotar su perfil de Instagram comercialmente.
"Es una pena, porque casi no publica y tiene un gran engagement, 4,1", opina Jaz Díaz, experta en influencer marketing. El engagement es la métrica que mide la conexión y el compromiso que siente una audiencia hacia el contenido que publica un usuario de Instagram. La especialista especifíca que en el caso de Rocío el grado es altísimo, porque en los perfiles buenos se suele situar en torno a un dos o tres por ciento y ella lo supera.
Por todo esto, Díaz concluye que el de Rocío es un perfil muy atractivo: "Segurísimo que recibe muchas propuestas", afirma rotunda. Y sitúa sus precios en torno a los 1.200 euros por post en el muro. "Algunas marcas podrían pagarle hasta 2.000 euros sin que nadie se escandalice", puntualiza.
Analizando al detalle la comunidad digital de Rocío, Jaz cuenta que su perfil posee una gran ventaja competitiva que no suele sucederle a muchas cuentas femeninas. Y es que su contenido interesa tanto a hombres como a mujeres: "Hay un 40% de hombres [en su comunidad], esto sucede por su condición de celebrity". Este aspecto, mediante una estrategia pensada, también podría proporcionarle suculentos dividendos a la hermana de Vicky Martín Berrocal: "Podría anunciar productos cuyo público final es masculino. Por ejemplo, estando con amigos o con su pareja, haciéndolo de una manera amable, podría publicar contenido sobre una cuchilla de afeitar".
Además de esto, según la experta en prescriptores digitales la andaluza podría aprovechar su condición de microinfluencer y las ventajas que una comunidad digital pequeña -se sitúa en 51.000 seguidores- le proporciona. "En estos casos, sus precios son más ajustados que los de un gran influencer. Además, cuenta con su condición de famosa, sin ser excesivamente conocida, por lo que conserva su credibilidad. Y, por último, su audiencia está más segmentada, por lo que el interés en su contenido es más alto", lista la marketer.
Todo este potencial se podría conducir sobre todo a marcas de lifestyle, lujo, hoteles, clínicas estéticas. Y Díaz destaca sobre ellos otro sector: los viajes: "Es especialmente interesante porque es un tipo de publicidad inspiracional", apunta. Al ver este contenido, la audiencia, explica Jaz, reacciona de la siguiente forma: "Yo no lo voy a hacer, pero me encanta que tú lo hagas". Y no solo eso, en el caso de poder, podría suceder que el seguidor escoja ese mismo negocio para invertir su dinero, aunque sea una cantidad menor al valor del producto que promociona el prescriptor.
Y con todas estas posibilidades a su disposición, ¿cuál podría ser la razón para que la andaluza haya decidido mantener su perfil bajo en redes sociales? La experta apunta dos posibles causas. Por un lado, la desidia: "Puede que lleve su perfil en solitario, que no tenga a nadie que se lo gestione y le de pereza. Crear contenido lleva mucho trabajo detrás. Hay que mirar briefings de propuestas, seleccionarlas, y pensar en cómo hacer ese contenido, aunque solo sea una foto".
Por otro, la escasa motivación por los entornos digitales puede ser un segundo motivo: "Está claro que este no es su trabajo principal, entonces, ¿hasta qué punto le compensa molestarse para ganar 2000 euros?", reflexiona la especialista.
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