Arantxa Sánchez Vicario (49 años) está de vuelta en España procedente de Miami. La tenista ha sido captada por los reporteros gráficos, con semblante muy serio y agobiada por la presencia de la prensa. Se enfrenta a una pena de prisión de cuatro años por urdir un plan para descapitalizar su patrimonio y con el que evitar, así, el pago de una deuda a un banco de Luxemburgo. Además de llevar a cabo este movimiento con el "ánimo de un enriquecimiento ilícito". En su escrito de acusación, la Fiscalía acusa a ella y a su exmarido, Josep Santacana, de un delito de alzamiento de bienes o de insolvencia punible, y les reclama 8.640 euros de multa.
La deportista no ha querido hacer ningún tipo de declaración al respecto. Ha pedido, por favor, que la dejen tranquila, e incluso se ha enfadado y ha apartado una cámara con su mano para que no se obtuvieran más imágenes de ella.
El Banco de Luxemburgo pidió en 2018 a la titular del juzgado de instrucción número 4 de Barcelona que ordenara el ingreso en prisión de Arantxa Sánchez Vicario y de Santacana, en el marco de la querella que le exige el pago de una deuda de 6,1 millones de euros, alegando que se Vicario se desprendió de su patrimonio "bajo las consignas" de su exmarido. Una deuda que la fiscal solicita se abone en concepto de responsabilidad civil en su escrito de acusación. Y que, a día de hoy, no se ha pagado.
2021 no está siendo un buen año para la catalana. Esta no es la primera vez que acude a los tribunales en estos meses ni que se ve envuelta en problemas judiciales. Su tormentoso divorcio ha sido otro de los motivos por los que ha tenido que acudir a la Audiencia Provincial de Barcelona, que le daba la razón a ella tras más de un año de litigio. Su divorcio debía dirimirse en Miami, donde ambos residen, y no en España, como quería Santacana.
Josep Santacana Blanch conoció a Arantxa en Ibiza durante el verano de 2007. Apenas un año después se casaron en el castillo de Peralada, en Girona. Son padres de dos hijos, Leo y Arantxa.
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