En un momento especialmente complicado tras el fallecimiento de su amiga Mila Ximénez a causa de un cáncer de pulmón, Jorge Javier Vázquez (50 años) vuelve a subirse al escenario del teatro Tívoli de Barcelona de la mano de su obra Desmontando a Séneca. Inmerso aún en el duelo por la pérdida de una amiga tan especial como la inolvidable colaboradora, el presentador reconoce que lo que más le ayudó en este proceso fue despedirse de ella y ver que se iba feliz y en paz consigo misma.
¿Cómo surgió la idea de Desmontando a Séneca?
Después de que el director Juan Carlos Rubio, que es de mi edad, me dijo Jorge, tenemos que hacer una función sobre la vida, tenemos que enfrentarnos a las preguntas de qué es la vida, qué hacemos aquí, tomando como pretexto el libro de La brevedad de la vida de Séneca, ha escrito una comedia divertidísima.
Qué es la vida para Jorge Javier.
Me estoy dando cuenta de que la vida es dejar de imaginar otras vidas. Creo que es más sencillo de lo que parece, lo que pasa es que nos los complicamos con imaginaciones y fabulando continuamente con otras vidas que no tenemos. Dejarse llevar y no esperar nada; lo que pasa es que eso es difícil, se va consiguiendo con los años.
Hay que vivir el presente.
Eso es fundamental, esto que nos dicen tanto de vivir el presente es una de las cosas más difíciles de hacer, parece muy fácil pero no, está el pasado acechándonos y el futuro con inquietud. Fíjate con lo de la pandemia quién nos iba a decir que íbamos a estar encerrados, no queda otra, vivir lo que estamos viviendo en estos momentos.
Le queríamos preguntar por Mila, ha sido muy duro para todos, ¿cree que ella supo vivir la vida?
Mila tuvo muchísimas vidas, Mila se ha ido viviendo múltiples vidas en las que ha vivido momentos de esplendor, de no tanto esplendor, momentos de olvido, pero lo que me reconforta es que sus últimos 15 años han sido esplendidos, yo los he vivido muy cerca de ella. Era una mujer muy feliz, a la que le encantaba vivir, disfrutaba con cualquier plan, era la primera para apuntarse a todo y desde luego ojalá cuando me toque irme me vaya con esa sensación de que he vivido muchísimo. Cuando fui a despedirme de ella me dijo 'hay que ver la de aventuras que hemos vivido juntos'. Que te diga eso una mujer que está a punto de irse es una vida que ha valido la pena.
Quiso compartir con todo el mundo que pudo despedirse de Mila, tras esa despedida, ¿hay algo que ha cambiado en usted?
Cuando me fui a despedir estaba pasando una época muy mala, estaba luchando contra la idea de que ella se fuera y la despedida me dio poderes. Fue como si me trasmitiera vida. Para mí fue muy importante poder despedirme, si no me hubiese despedido estaría hundido, pero me reconfortó mucho despedirme de ella y ver que se iba con esa paz. Si cuento esto es porque fue un momento lo más alejado a lo tenebroso o sórdido, la vi en paz, tranquila, relajada y eso me produjo satisfacción, vi que mi amiga se iba en paz y tranquila.
A todos los amigos les ha dejado algo. ¿Eso qué representa para ustedes?
Mila y yo llevamos 12 años en Sálvame, hemos estado 4 horas todos los días juntos, tú sabes el roce que hace eso, es familia. Yo conozco más de la vida de mis compañeros que de mis propios familiares, paso con ellos la mayor parte de mi vida y se nos ha ido un familiar y nos va a costar rehacernos, estamos todavía en shock y eso que hemos tenido un año para ir haciéndonos a la idea, aunque mirásemos hacia otro lado y no quisiéramos verlo.
Ahora tienen nueva compañera, Rocío Carrasco.
La tengo que llamar ahora, me ha dicho que quiere hablar conmigo.
Hay debate, hay gente que considera que no se ha respetado la presunción de inocencia de Antonio David.
Creo que Rocío Carrasco, sin ella pretenderlo, ha hecho una labor importantísima en este país hablando de violencia psicológica. Hemos conocido gracias a ella y a los programas que ha hecho la Fábrica términos que no conocíamos. Creo que ella no pretendía hacer eso.
¿Qué cree que le va a aportar Sálvame?
Es que no tengo ni idea, yo no sé lo que va a hacer. A mí me gusta sorprenderme en el programa.
Esta obra le sirve como terapia.
Sí, me sirve como terapia porque es como ir continuamente al psicólogo. Es recibir lecciones de vida continuamente. Me sirve para reconciliarme conmigo mismo y para juzgarme menos, para disfrutar más. Disfrutar de la vida no es estar continuamente de juerga, que la estabilidad está bien, la vida no tiene por qué ser siempre un parque de atracciones, que no pase nada también está muy bien.
A punto de acabar Supervivientes, mójese sobre quién ganará. ¿Le parecería bien que ganara Olga Moreno? Se habla de boicot.
Esas decisiones las toma el público, si el público decide que gane ella, ganará. Me ha sorprendido Olga para bien, pensaba que a los 15 días abandonaba el programa, con la movida que llevaba.
Rocío Flores le ha defraudado.
No me ha gustado la actitud que ha tenido estos últimos meses, no me gusta. Yo esa Rocío Flores no la conocía y no me gusta.
En qué sentido, debería entender la posición de su madre.
Yo entiendo perfectamente a Rocío Carrasco, he visto a Rocío Flores y la verdad es que ha demostrado cero empatía hacia su madre, entiendo que su madre ahora no quiera tener una relación con ella, sería volver a lo de antes, a meterse en una historia que se ha visto que no funcionaba. Tienen que hacer un trabajo las dos, lo que sucedió entre ellas fue tremendo, hay un trabajo psicológico importante y con la presencia de profesionales y mediadores. A veces me sorprende mucho la frialdad de Rocío.
Mucha gente critica eso de Rocío Carrasco, que no sea capaz de hablar con sus hijos.
Si después de todo lo que ha contado no entienden esto, el problema no es de Rocío Carrasco. Es que si después de todo lo que has visto y te ha mostrado tu pregunta es por qué no llama a su hija es que no entiendes nada.
¿Le ha cambiado la imagen que tenía de Antonio David Flores?
A mí esta historia de buenos y malos, Rocío Carrasco es la mala y el otro el bueno me producía mucho rechazo, me asaltan muchas dudas, yo no veía a Rocío Carrasco bien. La posición de ella ha sido encerrarse en casa sufriendo como ha sufrido.
¿Qué le parece que Antonio David fuera al tanatorio de Mila?
Yo tengo mi opinión, pero no quiero entrar. No quiero enturbiar la historia. Mila se nos ha ido, el dolor ya es muy fuerte no quiero entrar en esas historias.
Sálvame, teatro y las vacaciones.
En agosto entero, tengo ahora 40 días seguidos, no sé dónde ir de vacaciones, no sé qué hacer, otros años tengo el sitio planeado, pero no tengo ningún plan.
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