La presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet (48 años), y su pareja, el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo (59), se han escapado este pasado fin de semana a su paraíso particular.
Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL en exclusiva y a tenor de las imágenes a las que ha tenido acceso este periódico, Batet y Campo han disfrutado de dos días de desconexión y descanso en la localidad gaditana de Zahara de los Atunes, su refugio preferido para poner en pause momentáneamente su siempre complicadísima agenda política e institucional.
Ambos han regresado a sus correspondientes puestos de trabajo este lunes por la mañana. En el caso de Batet, por ejemplo, su agenda comenzaba a las 9:30 horas de este 5 de julio con la conferencia inaugural del Curso de Verano "Gobernabilidad y Estado Autonómico: de la pandemia a la recuperación social y económica", de la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP) y la Universidad Rey Juan Carlos.
Testigos presentes confirman a este medio que la máxima autoridad de las Cortes Generales y el abogado sevillano aprovecharon al máximo su estancia en Cádiz y fueron, tanto sábado como domingo, a la playa de Atlanterra, la zona más tranquila, previa a la playa de los Alemanes, donde hay urbanizaciones agradables y exclusivos hoteles de lujo. Para la ocasión, Meritxell Batet optó por recogerse su característico cabello rizado en una pequeña coca baja y lució un original vestido camisero oversize en color blanco con líneas azul navy.
La presidenta del Congreso prefirió quedarse en la cálida arena ambos días mientras que su razón de amor, Juan Carlos Campo, sí que se zambulló en el mar hasta en varias ocasiones, pues los más de 30 grados de temperatura que marcaban los termómetros en Cádiz en estos últimos días invitaban a ello.
Discretos, prudentes, y muy reservados con su vida privada, Batet y Campo, muy cómplices, pasaron totalmente desapercibidos, según deslizan testigos a este medio, entre las decenas de familias que gozaban de las bondades que entrega Zahara. Si bien es cierto, cuatro miembros de seguridad, sus escoltas, se encontraban unos metros por detrás de ellos sin perderlos de vista en ningún momento. Alrededor de las 13:45 horas del domingo, recogían sus enseres personales y se marchaban a comer, momentos antes de poner rumbo de vuelta a Madrid.
Junto a Meritxell y Juan Carlos, disfrutando de la playa aún más que ellos -si cabe-, se encontraban también las hijas gemelas de Batet, las pequeñas Valeria (7) y Adriana (7), nacidas fruto de su matrimonio con el ex secretario de Estado de Sociedad de la Información y Agenda Digital, José María Lassalle (54). Inolvidable es la tierna imagen de Valeria y Adriana abrazándose a su madre en la recepción oficial que tuvo lugar en la Cámara baja el día de la Constitución del año 2019.
Sus anteriores relaciones
La entonces líder del PSC, Meritxell Batet, y el consultor, escritor y profesor universitario José María Lassalle se conocieron cuando ambos eran diputados novatos en la legislatura de 2004. Tras ocho meses de intenso amor, decidieron formalizar su relación pasando por el altar, convirtiéndose así en una de esas parejas que surgen intramuros del histórico hemiciclo. Ella, de Barcelona y del PSC, y él, santanderino y del PP desde siempre. En mayo de 2016, decidían poner fin a su matrimonio tras casi 12 años juntos.
Como resultado de su amor, nacieron sus dos hijas gemelas, que sienten una gran pasión por la danza, como han explicado sus propios padres en alguna entrevista. Una afición que, con total seguridad, han heredado de su madre, pues así se define Meritxell Batet en la bio de su Twitter oficial: "Els llibres, la música i la dansa són la meva passió" ("Los libros, la música y la danza son mi pasión"), escribe en catalán.
Juan Carlos Campo, cuya vida personal ha sido incluso aún más hermética que la de Batet, también tiene dos hijas, ya mayores, nacidas de su matrimonio con Susana Jiménez Laz, una de las mejores abogadas de Cádiz, según señalan a este periódico personas próximas al círculo personal de Jiménez Laz. Juan Carlos y Susana se divorciaron durante la segunda legislatura de Mariano Rajoy (66), que arrancó en diciembre de 2015, momento en el que volvió a la primera línea política.
Meritxell y Carlos, como llaman al ministro las personas de su entorno que lo quieren bien, ahora sonríen juntos, tienen construida su propia familia y caminan de la mano por la vida y por las doradas arenas de las playas de Zahara de los Atunes: el escenario de su calma, su paz y su amor.
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