En temas sexuales, quien más y quien menos ha probado de todo, pero ¿qué tal lamer y comer un buen vergofre o un suculento chochofre? No se asusten. Son dulces hechos con la misma masa de un gofre pero con la forma de los órganos sexuales masculinos y femeninos. Al empresario y actor porno gay Andrea Suárez (36 años) se le ocurrió abrir la primera Verguería en Sitges el pasado 19 de noviembre cuando la mayoría de negocios estaban cerrados por la pandemia. "En esta vida hay que arriesgar, no puedo quedarme quieto", asegura a JALEOS.
Consciente de que lo de ser actor tiene fecha de caducidad, al igual que la profesión de modelo o futbolista, la mente de este manresano le funciona a más de mil revoluciones por minuto. Es un culito inquieto -con tatuaje incluido de unos labios carnosos rosados en su nalga derecha- que no cesa en parir ideas novedosas, como cuando hace una década trajo a Barcelona la LIMOBUSBCN, la limusina discobús más grande de Europa para 60 personas.
Asegura que de pequeño quería ser periodista y que ni se le pasaba por la mente se actor X, pero al ver vídeos porno con 9 años y masturbarse viendo los penes de una revista antigua de su madre, una especie de fuego volcánico se apoderó de su ser hasta que en 2007 rodó su primera escena sexual con Gigi Love (38), la madre de su único hijo de 16 años. "Nos fuimos a Madrid y en pocos días rodamos tres películas: una gay, una heterosexual y la última bisexual con Gigi, hasta que ya luego me centré exclusivamente en el porno gay".
Le da risa cuando le preguntan si es activo o pasivo, pero él se lo pasa a lo grande de las dos maneras, aunque la mayoría de los directores quieren darle protagonismo a un derrière por el que suspiran miles de machos alrededor del mundo. Se mueve como nadie por aquello de que hace un tiempo fue profesor de baile y bailarín de bailes latinos de competición.
Confiesa abiertamente que es homosexual, "pero no de aquellos que no les gusta para nada las chicas porque en un día un poco alegre me podría liar con alguna". Su familia sabe a qué se dedica desde el principio "y me han apoyado siempre. Son conscientes de que se trata de un trabajo como otro cualquiera y lo único que desean es que sea feliz y gane dinero. Mi hijo también lo sabe y nunca ha habido problemas".
Andrea -Jonatan es su verdadero nombre- acaba de aterrizar en Mallorca, procedente de Sevilla con escala en Madrid porque ha inaugurado una franquicia. En Zaragoza se ha asociado para abrir una Pollofrería y en breve abrirá la Verguería Exprés en Sevilla. En esta ciudad hispalense puso el grito en el cielo con la primera tienda abierta en la calle Cuna. "¡Pero si por aquí pasan como 15 cofradías!", me decían algunos vecinos y refresca su memoria cuando en plena búsqueda para instalar un negocio, "la dueña me dijo que me lo alquilaba con la condición de vender gofres con forma de santo".
Desinhibido, sin pudor ni vergüenza, con gran verborrea y abierto de mente, Andrea Suárez ha marcado tendencia como uno de los actores españoles más importantes del sector que trabaja en el extranjero, pero contrariamente a lo que la gente pueda pensar "solo del porno no se vive. Con las escenas que rodamos tenemos un sueldo mileurista. Pero si englobas el Onlyfans y los shows puedes llegar a vivir muy bien".
Siempre pendiente de su pelo y barba, con una rutina diaria de gimnasio acompañada de una buena dieta y con estilo a la hora de vestir bastante sexy, no se corta en asegurar que el mito de beber mucho zumo de tomate para eyacular más es mentira: "Lo he hecho y no noto ninguna diferencia". Se pasa ocho meses al año viajando por el mundo, pero cuando aterriza en Barcelona, dedica todo su tiempo a su hijo, la familia y a sus perros.
En el plano sentimental, hace varios meses confesaba que estaba conociendo a un chico de Sevilla, pero sin duda, su relación más mediática fue la de hace dos años con el estilista Erik Putzbach (40) tras enviudar del multimillonario Rafael de Marchena, de 85 años. Los dos se lo pasaban en grande en las playas de Sitges y tras la ruptura han quedado como amigos.
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