Pocos minutos antes de la una del mediodía de este sábado, 8 de mayo, comenzaban a llegar a la capilla del santuario de la Virgen de Setefilla, a 11 kilómetros de la localidad sevillana de Lora del Río, los primeros invitados a la boda entre Alejandra Ruiz de Rato (29) y Ernesto de Novales (41). Entre ellos, el abuelo de la novia, Antonio Ruiz Rodríguez (80), que bajaba la ventanilla para saludar a los fotógrafos que esperaban para recoger las primeras imágenes del enlace de la mayor de los tres hijos de José Antonio Ruiz Espartaco (58) y Patricia Rato.
A este le seguía el párroco encargado de oficiar la ceremonia, el padre Jaime, primo del novio. Al igual que todos los que iban haciendo acto de presencia por las inmediaciones del templo, se identificaba ante una persona designada para, con lista en mano, comprobar que efectivamente estaba entre los 60 elegidos por la pareja para estar presentes en este evento religioso previo al banquete.
Muy esperada era, también, la llegada de los novios. En coches separados, tanto Alejandra como Ernesto saludaban minutos antes de abandonar su soltería. Ella dejaba al descubierto uno de los secretos mejor guardados de cualquier boda: su vestido. Un diseño de Pronovias del que dejaba ver el velo, caído hacia un lado, y que es de manga larga. Mientras su padre -y padrino en este día tan especial-, a su lado en la parte trasera del vehículo, no podía ocultar su felicidad, exhibiendo una enorme sonrisa.
La mayoría de los familiares -los hermanos de la novia, Isabel (26) y Juan (19), y la del novio, Blanca- y algunos amigos muy cercanos -también del padre de Alejandra, como Pepín Liria (50)- que estaban citados para esta ocasión, iban llegado en sus coches particulares. También un microbús se encargaba de desplazar hasta esta capilla, a las afueras del municipio, a otra tanda de invitados.
Dentro de la iglesia, los encargados de firmar como testigos eran la mencionada Isabel, María Fernández de Córdoba -amiga de Alejandra desde la infancia-, los tíos paternos -Fran, Manuel Jesús, Víctor, Luis Miguel y Loli- y maternos -Leticia, Aurora y Ramón- de la novia y los hermanos del novio.
Reacciones tras la ceremonia
Ya convertidos en marido y mujer, los novios salían de la finca en una jeep muy campestre y sin contener su felicidad. Aunque no han querido decir nada ante las cámaras, sí han saludado y sonreído, afirmando con los dedos que todo había salido bien. Sí hablaban algunos de los asistentes. Entre ellos, la madrina: "Muy feliz, feliz, fenomenal, muy contentos. Guapísima, iba preciosa la novia".
Buenas palabras también las que ha tenido el cuñado de Ernesto -conocido entre sus más cercanos como Tito-: "Se lleva una gran mujer y él, es un gran hombre". Blanca Novales, hermana del novio, salía muy emocionada y confesaba: "Ha sido una ceremonia muy bonita, muy emotiva y, sobre todo, muy feliz". Y añadía: "Mi hermano muy bien, Alejandra estaba guapísima y estamos muy contentos toda la familia, una ceremonia súper bonita. Súper emocionante, han tenido un coro muy bonito y todos los sobrinos ofreciéndole".
Espartaco padre, abuelo de la novia, salía también muy emocionado: "Todo muy bien, muy emocionante. Muchas gracias, está todo el mundo contento". Espartaco, en la parte trasera de un coche al lado de su exmujer y madre de la novia, hacía hincapié en lo mismo que habían apuntado otros de los asistentes: lo radiantes que estaban tanto Alejandra como Ernesto.
Dehesa Majavieja
La pareja ha elegido para su gran día la capilla del santuario de la Virgen de Setefilla. Un templo de origen mudéjar, del siglo XV, al que se le efectuaron importantes reformas y ampliaciones en época barroca, ubicado próximo al recinto amurallado que sirvió de centro a una serie de núcleos de población hoy desaparecidos. Con tres naves, cuenta además con dos portadas: una situada en el muro de los pies y otra en la nave de la Epístola.
Una vez terminada la ceremonia religiosa, el lugar elegido para continuar con la fiesta, es la finca Dehesa Majavieja, propiedad del padre de la novia. Allí tendrá lugar el banquete nupcial -el mismo sitio donde, el pasado 27 de diciembre, ante sus padres, hermanos y abuelos, anunciaron su compromiso-. Situada en el término municipal de la localidad sevillana de Constantina, en medio de un increíble paraje natural en plena Sierra Norte de Sevilla.
Desde que Juan Antonio Ruiz Espartaco se apartó de los ruedos en 2015, está volcado en esta finca en la que el mundo del toro se respira por todos los rincones, con una pequeña plaza de toros, incluso, en su interior. Sin embargo, también tiene hueco para reuniones corporativas y eventos a la carta. Y, siendo así, la boda de Alejandra no podría tener un escenario mejor.
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