Ainhoa Arteta (56 años) ha preocupado en las últimas horas a los más de 43.000 seguidores que posee en sus redes sociales. ¿El motivo? La publicación de un vídeo desde el aeropuerto de Las Palmas de Gran Canaria en el que aparecía en una silla de ruedas que era empujada por uno de los trabajadores del lugar. La cantante lírica tan solo un día antes se encontraba manifestando su alegría por la actuación realizada en la localidad de Arucas. Por este motivo, al verla sin poder caminar provocaba que recibiera una lluvia de mensajes por parte de sus más fieles fans interesándose por su salud.
La soprano no ha tardado en aclarar qué es lo que le pasa. Ainhoa, que pasó la Covid-19 hace cuatro meses, está sufriendo secuelas muy duras aún por culpa de la enfermedad. "Como todos estáis muy intranquilos, lo que me pasa es una consecuencia de la Covid que me ha salido ahora, después de cuatro meses. Hace dos que lo pasé. Es un edema y se me han inflamado las venas dentro de las rótulas, de los huesos", explicaba con naturalidad en su perfil social.
"El peligro está en que no debo andar mucho, debo reposar, y obviamente como sigo con mi trabajo, salgo a cantar tiesa y luego o voy con muletas o en silla de ruedas por evitar todos estos paseos. No es nada grave, pero tampoco es agradable. Espero que no haya venido para quedarse, que podamos quitar la inflamación y que sea una consecuencia más de los efectos secundarios de este bicho, que te da muchas sorpresas: cuando parece que lo has pasado todo, de repente te quedas como me quedé yo el otro día, sin poder andar", añadía, con un trasfondo de alerta a quienes escuchen el mensaje y estén pasando por lo mismo para que extremen las precauciones.
Eso sí, Arteta restaba importancia a su situación con un "que no cunda el pánico, que estoy muy bien". Muy tranquila, ya de regreso a su casa, ha podido continuar con el reposo que se le ha prescrito. Estará descansando hasta que tenga que cumplir con otro de los compromisos que tiene en su agenda, porque no piensa permitir que esta enfermedad retrase los planes laborales que ya tenía previstos.
Momentos de miedo
El verdadero temor lo tuvo durante su convalecencia. Arteta estuvo dos meses apartada de su trabajo como consecuencia de su contagio. A principios de marzo, en una entrevista en La hora de La 1 después de ese tiempo apartada, bromeaba: "Estoy que me canto encima". Unas palabras tras las que entraba a detallar la crudeza a la que hizo frente: "No fui asintomática, sino que me afectó a los bronquios y casi me baja a los pulmones y obviamente con mi profesión tuve bastante apuro".
"Después de dos meses de ausencia y de dudas por saber si me iba a ir más o no la cosa y podía fastidiarme el instrumento… Pero nada, finalmente, estoy aquí de vuelta y con más ganas", remataba para que el público entendiera cómo, para quienes trabajan en la música como cantantes, pueden ver arruinar su carrera por una enfermedad respiratoria como esta que, además, es de lo más imprevisible.
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