Rocío Flores (24 años) no se quiso pronunciar sobre el documental de su madre, Rocío Carrasco (43), el pasado 9 de abril, cuando debutó como colaboradora de El programa de Ana Rosa. Una semana más tarde, sí lo ha hecho. Agotada por la presión mediática a la que está sometida desde que se estrenaran los dos primeros episodios de Rocío, contar la verdad para seguir viva, ha explicado, por fin, cómo se siente.
Visiblemente nerviosa, la joven no ha querido permanecer callada este viernes: "No voy a entrar a debatir el documental, pero siento la necesidad de explicar cómo me siento. "Me estoy creando una coraza y no soy así. Si me quedo en mi casa es porque tengo algo que ocultar; y si vengo y soy agradecida, no tengo sentimientos", continuaba haciendo esfuerzos para que no se le quebrase la voz, añadiendo: "Y eso no es así. Tengo sentimientos, y no pocos. Se juzga y se prejuzga. Las cosas no son así. Y cuando digo que no son así, es porque conozco la realidad".
"Conozco a mi madre mejor que nadie y sé lo que he vivido con mi madre. Conozco a mi padre mejor que nadie y sé lo que he vivido con él en casa", manifestaba con contundencia antes de dejar caer una defensa a Antonio David Flores (45), su padre: "Se ha dicho que a mí se me ha criado con odio. Y lo digo mirando a cámara: en mi casa jamás en la vida se me ha inculcado odio hacia mi madre. Nunca en la vida. Siempre lo he dicho y no tengo por qué mentir, porque es la realidad.
"Estoy destrozada, porque se superan todos los limites. No soy la única que está sufriendo. Hay otra persona, que se llama David Flores (22) que también está sufriendo. Soy una persona que actúo por mí misma. Hablo por mí", dejaba muy claro que nadie está detrás de sus actos ni de lo que piense.
Y, mirando a cámara, se dirigía a Rocío Carrasco con un duro mensaje. El enésimo con el que, al menos delante de las cámaras, ha intentado tender puentes: "Mamá, lo he intentado por activa y por pasiva, de forma privada muchas veces. Ayer volví a llamar a mi madre, dos veces. Y veo que la única manera que tengo que contactar es así, en público. A tus hijos no te los ha arrancado nadie. Coge el teléfono y habla con tus hijos, en privado. Habla con nosotros. Siéntate con nosotros. Lo digo de corazón y como lo siento. No puedo más, la situación en mi casa es insostenible".
Sus únicas palabras hasta el momento
Desde que el pasado 21 de marzo Telecinco comenzara a emitir la docuserie sobre su madre, la joven se había mantenido en silencio. Solo se había pronunciado, justo un día después de ese estreno, para dejar claro que había intentado entrar en directo esa misma noche y la cadena no le había dado paso.
Era en su cuenta de Instagram donde lo explicaba, a través de sus stories. "Hago este vídeo, con total libertad en mis redes sociales, para explicar que ayer, con la tranquilidad que una persona puede tener escuchando y viviendo todo lo que yo escuché y viví, intenté entrar en directo durante la emisión del programa que se estaba emitiendo para explicar algo, y para tender un puente una vez más. No se vio oportuno. No se me dejó. Solamente hago este vídeo para que la gente entienda un poco por qué no me he pronunciado", eran sus palabras.
Después de esto, nada más. Por mucho que, como ella misma ha recalcado, ha tenido a la prensa detrás las 24 horas del día. Incluso durante ese trabajo como modelo que realizó en Madrid poco después de que estallara este tsunami mediático en medio del que se ha visto envuelta y que quiere frenar. En privado. Cara a cara con su madre.
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