Con más de 360.000 followers, Instagram es el escaparate habitual en el que Amelia Bono (40 años) suele mostrar a sus seguidores numerosos looks, pero también algunos bailes que viraliza a través de TikTok y en los que ha llegado a participar su padre, quien fuera ministro de Defensa y presidente del Congreso de los Diputados, José Bono (70).
El caché de su apellido le ha abierto algunas puertas, pero es el talento de la propia Amelia Bono lo que le ha colocado en disposición de ser una de las influencers más reputadas del momento. Eso hace que sus apariciones en el mundo virtual den para mucho, incluso para desvelar aspectos íntimos.
Así sucedió esta hace unos días. Amelia confesaba "un tema muy íntimo" y que "no fue fácil en algunos momentos". Se trata de un caso de salud, en este caso del ámbito mental: la hija del político fue diagnosticada con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
Este término, hasta hace pocas décadas casi desconocido, se ha hecho más popular gracias al mayor peso que ha adquirido la psicopedagogía en el ámbito escolar. Determinados problemas que presentaban los alumnos y que dificultaban su proceso de aprendizaje ahora son más valorados, facilitando el avance académico en unas circunstancias que hasta hace relativamente poco eran sinónimo de fracaso escolar.
Aspectos a tener en cuenta
Pero, ¿en qué consiste este TDAH? La definición más común es la de un trastorno del neurodesarrollo de carácter neurobiológico originado en la infancia y que afecta a lo largo de la vida. Atendiendo a esto, en el caso de Amelia se entiende el hermetismo con el que lleva este asunto. De hecho, tras esa confesión en Instagram, lo cierto es que apenas dejó más detalles, lo que ha generado cierta preocupación entre sus seguidores.
Aunque existen muchas creencias erróneas respecto a este trastorno, los especialistas sí que coinciden en señalar los tres síntomas más habituales que presentan estos pacientes: impulsividad, hiperactividad motora y vocal, y déficit de atención. Todos ellos revelan la dificultad que tiene el paciente para concentrarse a la hora de llevar a cabo actividades como la lectoescritura o el aprendizaje.
Eso sí, hay que matizar que no todos los pacientes manifiestan los mismos síntomas y con el mismo grado de intensidad. Para el diagnóstico es importante la interacción y el intercambio de información entre el entorno familiar y el escolar. Un aspecto a tener en cuenta en el caso de Amelia Bono es que algunos estudios demuestran que entre las causas del TDAH se encuentra la genética, en concreto, se cifra en un 76% las posibilidades de que el trastorno se reproduzca en alguno de los hijos de padres con este diagnóstico.
En cuanto al tratamiento, lo más habitual es que los especialistas lo aborden desde varios prismas. Para empezar, el uso de medicamentos para favorecer la calma e impulsar el autocontrol. Además, es fundamental la terapia conductual, junto a un entrenamiento para los padres y un apoyo en el entorno escolar.
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