El pasado 9 de febrero se hacía pública una noticia que ha preocupado y alcanzado a propios y extraños: Sara Carbonero (37 años) volvía a ingresar en un hospital como consecuencia de una recaída en el cáncer de ovarios que padece. La periodista se puso en manos de la prestigiosa Clínica Universitaria de Navarra, en Madrid. Allí tuvo que ser intervenida debido a un contratiempo y, al cierre de este artículo, continúa en el centro médico. Sin duda, un bache en su salud que tenía lugar tan solo dos días después de festejar su 37 cumpleaños.
A su lado, incansablemente, su marido, Iker Casillas (39) -pulverizando aquellos rumores de separación matrimonial-, su hermana Irene, su buena amiga Isabel Jiménez (38), y alguien clave en la vida de Carbonero, su madre, Goyi Arévalo. La discreta madre que siempre estuvo y está a la sombra de su hija. No se separa de ella en este nuevo susto de salud. Lo cierto es que en los últimos años la familia Carbonero-Casillas no ha conocido precisamente buenas noticias y ella, Goyi, siempre ha estado al pie del cañón, y de la cama de Sara en este caso.
JALEOS ha podido conocer que lleva "unos cuantos días en Madrid", desde antes de esta operación. Arévalo dejó temporalmente su pueblo, Corral de Almaguer (Toledo), para estar junto a su hija, su yerno y sus nietos en Madrid. Se desliza a este medio que el ingreso de Sara "estaba programado", no fue de carácter urgente. Sea como fuere, de lo que no cabe duda es del papel entregado de la madre de Sara. A este periódico llegan testimonios que se deshacen en halagos hacia Goyi. Cuentan que ahora está disfrutando de sus nietos "más que nunca", pasa más tiempo con ellos. No solo eso: es "como una segunda madre" para Iker. Siempre han sido una piña. Y ahora lo están demostrando de nuevo. Apunta alguien que bien lo sabe que Goyi Arévalo es una mujer "hecha a sí misma".
Por más que se le presupongan ahora comodidades pecuniarias y de todo tipo por ser la madre de Sara Carbonero, no ha tenido una vida fácil. A veces vivir en un pueblo, siendo alguien conocido o reconocido, no es sencillo. Hace unos años, Goyi lo pasó muy mal cuando se separó de su marido: "Fueron tiempos complicados, pero ella siempre supo estar en su sitio". Se rehízo pronto y se puso a trabajar.
Tal y como se cuenta en exclusiva a este medio, Goyi formó parte del personal de una de las dos residencias de ancianos de que dispone el pueblo toledano de Corral de Almaguer. En concreto, ejerció "como auxiliar" de la residencia Río Riánsares. Un trabajo, se cuenta, que le sirvió, sobre todo, "para tener la mente ocupada" en esos momentos tan complicados. JALEOS se ha puesto en contacto con excompañeras de trabajo de la madre de Sara Carbonero y se asegura que el recuerdo que se tiene de ella "es estupendo. Una mujer muy trabajadora, una más". Allí, intramuros, ella era simplemente Goyi, nada de 'la madre de Sara'. Así ha querido ella siempre que se la trate y considere.
Se hace llegar la oleada de muestras de cariño y ánimo que desde Corral de Almaguer trasladan a Sara en estos momentos tan complicados. En otro orden de cosas, hace unos meses, este medio se hacía eco, también en exclusiva, del gran susto que se vivió en la calle donde vive Goyi Arévalo en Toledo. Unos asaltantes, a plena luz del día, días previos a la Nochebuena, el 20, irrumpieron en una casa adosada prácticamente colindante con la de la madre de la mujer de Iker. Como se pudo visualizar en el vídeo casero que grabó un vecino -y se viralizó entre los habitantes del pueblo-, la banda de ladrones consiguió entrar por una ventana y se llevaron "joyas, dinero y algún ordenador", se detalló en conversación con este medio.
Rápidamente, las personas que presenciaron el asalto llamaron a la Policía y, tal y como se informa, "el caso está siendo investigado" en la actualidad. Sea como fuere, todo un susto que, se explicó, tuvo muy preocupado a gran parte del pueblo. Y es que, no fue el primer robo que se ha producido en el pueblo en los últimos meses. Estos adosados donde vive Goyi se construyeron hace cerca de 15 años, se trata de un complejo de seis viviendas, y fue Sara Carbonero quien le compró la casa a su madre, una vez separada de su marido. Es una zona tranquila, a las afueras del pueblo.
Sara, operación de éxito
Fue el pasado viernes 5 de febrero cuando la periodista tuvo que ser hospitalizada para ser intervenida debido a una complicación. La operación ha sido un éxito y los médicos están muy satisfechos. Ahora, se recupera con impecables atenciones en uno de los centros sanitarios más innovadores del país. El hospital apenas tiene 4 años de vida en su campus madrileño, pero abarca 60 años de experiencia en su lugar de origen: Navarra. Su labor ha sido galardonada y destacada en el sector de la salud, y es que cuentan con tecnología de vanguardia, son punteros en la investigación y se han ganado el respeto de sus pacientes gracias a "su trato humano y su comodidad".
Fue en mayo de 2019 cuando Carbonero desvelaba en su cuenta de Instagram que padecía un tumor cancerígeno en un ovario. Una noticia que llegaba semanas después de que Iker Casillas sufriera un infarto. "Cuando aún no nos habíamos recuperado de un susto, la vida nos ha vuelto a sorprender. Esta vez me ha tocado a mí, esa dichosa palabra de 6 letras que todavía me cuesta escribir. Hace unos días en una revisión, los médicos me vieron un tumor maligno de ovario y ya he sido operada", comunicó en su perfil.
Meses después, el exfutbolista confirmó que no estuvo todo que Sara necesitó a su lado, y tras este nuevo revés, Casillas no se separa de ella. Hay mucha preocupación en su entorno y por eso, su marido, la madre y la hermana de Sara -Goyi e Irene- e Isabel Jiménez-una de las mejores amigas de la manchega- se turnan en el hospital para acompañarla y que no esté sola en ningún momento. Sobre las diez de la mañana de este miércoles, Iker, tras llevar a sus hijos Martín y Lucas al colegio, llegaba en coche a la clínica. Muy preocupado, y visiblemente molesto por la presencia de cámaras en un momento tan delicado, el exfutbolista se ha mostrado sobrepasado ante el nuevo bache en la salud de su mujer.
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