Mónika Vergara asegura que quiso ser periodista desde bien pequeña, que ese espíritu inquieto e indomable por saber se le despertó siendo una niña mientras se extasiaba ante el televisor viendo a Paloma Gómez Borrero. En casa tenía a la maestra de la comunicación, su madre, Maika Vergara. Juntas fueron de la mano hasta que en 2003 Mónika se tuvo que despedir de su progenitora y guía, y caminar sola. En conversación con JALEOS, sostiene que ese 2 de diciembre se le fue la vida.
Desde entonces, tan solo ha sobrevivido arrastrando un luto mal llevado. Es el espejo en el que desea mirarse, tanto personal como profesionalmente. Por encima de habladurías de patio de colegio. Vergara hija puede presumir de acumular un currículum de aúpa en los medios de comunicación.
Y, por si fuera poco, compagina su profesión con sus estudios de tercero de Derecho. Mónika es alguien pausado, maduro, lúcido, que solo mira al pasado para saber lo que no tiene que hacer. Tan solo hay un tachón en su vida profesional que querría borrar a toda costa: su paso en 2012 por el programa Sálvame. Fueron tiempos oscuros que acabaron en el juzgado. Llevó a juicio por intromisión al honor a Mediaset, a La fábrica de la tele y a los que ella creía sus compañeros de Sálvame. Quisieron tumbarla, pero no pudieron. De allí salió fortalecida. Hoy, por fin, reabre ese capítulo, aunque sucintamente, con este medio. No le gusta este tema, pero lo aborda desde la serenidad que solo aporta el paso del tiempo.
Mónika, ¿cuándo decidió estudiar Periodismo?
Desde pequeña. Yo recuerdo a mi madre que siempre me decía que era una abogada de pleitos pobres. Eso era una constante. Además, lo preguntaba todo. Tenía delante de mí al mejor modelo, mi madre, y tiré por el periodismo. Lo estudié porque me gustaba mucho saber lo que sucedía, la actualidad y la historia me inquietaban. Me ponía delante de la televisión a ver a Paloma Gómez Borrero y le decía a mi madre que quería estar ahí.
Maika Vergara vivió la mejor época de crónica social
Ella vivió la época del periodismo de los ochenta y noventa, el mejor periodismo de sociedad. Ten en cuenta que en aquella época mi madre se relacionaba con Alfonso de Hohenlohe, con Gunilla von Bismarck (70), Carmina Ordóñez hablando de Orson Welles, Jaime de Moro y Aragón... Lo que yo vivía y recibía era historia, historia viva. La que podía estudiar en los libros. Esa Marbella es lo que yo vivía, no lo que hay ahora.
¿Recuerda su primer reportaje escrito por usted?
La primera entrevista que yo hago es en ¡HOLA! Tenía 17 años y mi madre me dijo que si quería ser periodista que ese día iba a ejercer. Me fui a cubrir una fiesta maravillosa en Marbella. Escribí el texto, se publicó, se puso mi nombre y aquello fue lo más.
¿Cómo llegó a la televisión?
Mi primer trabajo fue en segundo de carrera, que me llama Teresa Campos (78). Fue un 24 de enero de mi segundo de carrera. Año 91 o 92, fue en Pasa la vida, en TVE. Era muy divertido. Empecé a hacer mis cosas, toqué todos los palos. Con Teresa era una gran universidad. Yo estudiaba y trabajaba a la vez. Recuerdo a mis compañeros que se iban a comer y yo me quedaba estudiando en mi horario de comida. Entrábamos a las 10 y salíamos a las 22 horas, y yo tenía que sacarme una carrera. Fue la condición que me puso mi madre.
El perfil de famoso ha cambiado mucho, ¿verdad? Y el consumo televisivo, también.
Ha cambiado todo, es que ya no tiene nada que ver. Son famosos de usar y tirar los de ahora, los quemas una etapa y los olvidas. No son famosos porque tengan algo interesante que contar. Son personajes. Es que se han encargado de fastidiar una profesión maravillosa. Antes ser periodista daba respeto, ahora lo dices y parece que eres poco menos que basura. Me da pena porque el periodismo nos hace libres.
En 2003 fallece su madre. El golpe más duro de su vida, ¿no?
Se me fue la vida, mi vida acabó el 2 de diciembre de 2003. Tú me dices en qué día estoy y no lo sé, porque para mí todo es un luto mal llevado. Un duelo tremendo, y lo peor es llorar sin lágrimas. Es algo salvaje. No puedes llorar más. Deberían prepararnos mejor para esto.
¿Qué legado personal y profesional le dejó su madre?
A nivel personal, es la mejor madre que nadie puede tener. Para mí, mi madre es lo mejor del mundo. Me ha dejado un ejemplo de constancia, de fortaleza. A pesar de todo lo que ha tenido en su vida, fue súper fuerte. Sacó adelante a sus hijas, era cariñosa, buena compañera, amable... En el círculo de mi madre la quieren mucho. Va a hacer 17 años de su muerte y me siguen hablando de ella, con tanto amor, con tanto respeto... Recojo tanto amor que es brutal. ¿Qué me ha dejado? Amor en el amplio sentido de la palabra. Es una persona que su luz no se apaga, es imposible. Gente en la calle me sigue preguntando por ella, no os podéis imaginar. Está muy presente.
Tras su fallecimiento, usted no dejó de trabajar. La vida sigue
Yo seguí trabajando. Con Teresa Campos nos fuimos de Telecinco a Antena 3. Allí empecé a hacer imagen con el programa de verano Mirando al mar. De ahí, tras Teresa Campos, me fui a TVE. Te quiero decir con esto que yo nunca he dejado de trabajar. Siempre he tenido trabajo, y mira que esta profesión tiene sus altibajos. He tenido esa suerte y me lo he currado mucho.
Además de su profesión y la carrera de Derecho que estudia, imparte seminarios de comunicación. Explique en qué consisten
Son cursos de comunicación no verbal. Soy una persona muy inquieta. Igual que me he puesto a estudiar Derecho -porque he estado tanto tiempo ligada a él que te despierta el gusanillo-, imparto seminarios de comunicación. Para saber cómo presentarse a una entrevista, la forma de vestir, los gestos que empleamos... Hablamos más por lo que callamos que por lo que expresamos. Lo hago a nivel particular, me han contratado algunas empresas de coaching y lo he hecho.
Pocos saben que usted tiene un hijo que desea seguir sus pasos...
Mi hijo tiene 20 años. Y también va estudiar Periodismo. Está en tercero de Relaciones Internacionales y el año pasado ya me dio el 'disgusto' de querer una formación complementaria en Periodismo. Siempre le ha gustado ponerse ante la televisión a ver los informativos. Hará Periodismo Informativo, le gusta. Esta profesión la llevas en las venas o no la llevas.
"Sálvame fue mi única salida económica"
Hablemos de su paso por Sálvame en 2012, ¿por qué acudió al programa?
Fui a denunciar una situación que se estaba dando a raíz de la herencia de mi madre. El juzgado número 3 de Marbella estuvo dilatando un hecho durante 10 años cuando pudo haberlo resuelto en dos como máximo. Mi madre fallece y hay que solucionar la herencia. Lo que ocurrió en ese juzgado yo sí lo sé, pero ¿10 años? Claro, en 10 años pierdes un patrimonio, unas pertenencias, pierdes todo. Lo perdí todo con los bancos, la casa de mi madre la habían subastado y a sus hijas no nos lo comunican. Aquello fue un infierno y por eso estudié Derecho.
Y se sienta en Sálvame...
Yo voy a un plató de televisión, a Sálvame. Era lo único que tenía, la única salida económica que tenía. Yo no sabía lo que era, pensaba que eran compañeros. El sadomasoquismo no lo practico.
Aquello acabó muy mal
Eso acaba donde acaba, en el juzgado.
Viendo aquellos momentos en Sálvame Deluxe tan duros para usted, ¿por qué no se fue del plató?
Ante una situación de miedo, las personas tenemos tres formas de ponernos a salvo: emprender la huida, atacar y quedarte paralizada, que es lo que me pasó. Mi sistema de defensa me dejó completamente congelada. Esos fueron los fusilamientos del 2 de mayo.
(Ese día, Vergara tuvo que escuchar cómo a algunos compañeros no le dolieron prendas en asegurar que su madre, Maika Vergara, se había inventado un cáncer. No solo eso; la dibujaron como mala profesional y que en vida hizo montajes y chantajes, supuestamente)
"Me ofrecieron mucho dinero y no me senté"
Denunció por intromisión al honor
Cuando uno tiene un dolor de dientes, va al dentista; y cuando atentan contra el honor, vas al juzgado. No hay otra.
Se celebró el juicio en 2017, ¿qué pasó allí?
La vida depende de la perspectiva con la que se mire. Y hay tantos tipos de verdades que cada uno interpreta lo que quiere. No voy a entrar más ahí. Como hija, hice lo que tenía que hacer y lo volvería a hacer y llegaría hasta el final porque yo marqué un límite. Y ya sabe todo el mundo cuál es mi límite. Y si me preguntas como futura abogada, llego hasta el final.
¿Usted se sentaría de nuevo en Sálvame?
He aprendido a tener mucho cuidado con lo que digo. Procuraría no tener que ir. No, la respuesta es no. De hecho, me ofrecieron mucho dinero para una entrevista con Jorge Javier Vázquez (50), y no me senté. Hay que tener cuidado con lo que se dice porque la vida te lo trae.
Salió fortalecida de aquello, ¿no?
Tengo un máster en inteligencia emocional. Fue un episodio muy desagradable. Te voy a decir una frase: los barcos no se hunden por el agua que los rodea, se hunden por el agua que entra en ellos. Yo no permití que eso sucediera, que el agua de lo que se decía me hundiese. Tengo grandes valores, de amistades, que me han sostenido emocionalmente. Supe salir y lo hice bien.
[Más información: Qué fue de Mónika Vergara, la periodista que demandó a 'Sálvame' y a Mediaset por intromisión al honor]