En mitad de esta crisis con motivo del coronavirus, David de María (44 años) se encuentra promocionando su último disco de estudio y, aunque todavía no ha podido reunirse con sus fans para presentarlo, ha decidido recurrir a las redes sociales para mantenerse en contacto con sus seguidores.
Un nuevo disco repleto de amor porque, aunque el cantante está soltero, tiene el amor de su hijo, quien se ha convertido en su inspiración y en su mejor compañía durante esta cuarentena. El músico, además, explica cómo está viviendo este momento como padre separado y cómo le ha afectado el Estado de alerta a la custodia compartida.
¿Cómo está llevando este confinamiento?
Pues mira, con una buena compañera que es mi guitarra en éste caso, con el piano... los músicos estamos acostumbrados, yo me siento ratón de laboratorio y cuando no estoy de gira o en una furgoneta haciendo kilómetros, me gusta estar en casa. Quizá quien lo lleva peor es mi pequeño de cuatro años que al pobre le ha costado adaptarse y aclimatarse a no poder salir de casa, pero creo que no nos podemos quejar de todas formas, esto nos ha pillado con internet, más conectados que nunca... Es un reseteo para la propia sociedad. Creo que vamos a cambiar muchas cosas, pero en positivo. La lucha empezará en unas semanas, una lucha muy importante y para esa sí que tenemos que estar sanos y con fuerza y unidos.
¿Qué es lo que más le está costando, en qué ha cambiado su rutina?
Yo tenía un mes de marzo que iba a Santiago a hacer la televisión, bajaba en Sevilla, tenía un concierto acústico en el que iba a presentar algo nuevo, tocábamos en Haro, muy cerquita de Burgos... así que lo que más echo de menos es eso, tocar con mis músicos, la mirada, el pulso, el tacto... eso. Yo creo que vamos a tardar un poco, pero será inolvidable el próximo concierto cuando podamos estar ante el público.
¿Cómo lo lleva el pequeño? Porque son cuatro añitos...
Bien. Los niños creo que nos han cogido en exclusiva a los padres. Vivimos tan deprisa y a tal velocidad que ellos ahora notan que nos tienen y creo que eso le está ayudando a llevarlo bien. Nos tiene en exclusiva, nos marca los tiempos, lo que quiere ver y lo difícil es eso, meterle en vereda, que hay que estudiar, hay que seguir aprendiendo las palabras, hay que seguir con el inglés y esa es la batalla, que no todo el día se puede jugar y hay que crear una disciplina de educación en el hogar, que te ayude a barrer, a limpiar a fregar los platos... pero lo está llevando a veces mejor que el padre.
Le estará transportando a su infancia el jugar con él, estudiar...
Yo creo que nos está pasando a todos y se ve en las redes sociales que la gente está empezando a hacer remember, sacando fotos con amigos, de trabajos hechos hace años y estamos volviendo un poco a valorar esas cosas. Incluso a abrir esos libros que no habíamos terminado de leer, esos álbumes de fotos y dejarnos del digital. Ver como esos álbumes están más presentes, incluso el teléfono fijo, yo con mis padres, mi hermana para preguntarle por mi sobrino que vive en Jeréz, yo estoy cogiendo más el teléfono fijo.
Estamos volviendo a hábitos un poco de atrás pero más conectados que nunca. Por ejemplo, yo nunca había hecho éste tipo de promoción, de entrevistas, conciertos a través de las redes sociales y bueno, al menos estamos unidos y estamos en contacto sin el tacto de la piel, pero al menos nos estamos hablando y viendo más que nunca. Esas son las conclusiones positivas que podemos sacar quitando la cantidad de fallecidos que hay. Que nos estamos dando cuenta que el propio virus nos los teníamos que meter a nuestra propia ética, nuestra propia moral y a nuestra manera de sentir que dependemos todos mucho más de todos de lo que pensábamos.
¿Están compartiendo la cuarentena también con el pequeño?
Exacto. Por mi situación estaba un poco asustado porque, claro, las noticias y los cambios de las leyes van tan deprisa que cada día hay nuevas normativas. Mi miedo era si el confinamiento lo iban a llevar a tal extremo que con los niños no íbamos a a poder realizar el convenio de visitas que tenemos estipulado los padres separados.
¿Pero se está cumpliendo el convenio?
A mí me paran mucho, porque tengo que entrar por la A1 para Madrid y ya me ha parado el ejército, la Guardia Civil, la Nacional y la Local cada vez que me toca ir a por Leo cada tres días o cuatro que es lo que tenemos más o menos. A él le viene bien, porque es el único paseito que se da. Al menos se pasea una vez a la semana de casa de mamá a casa de papá. Luego lo malo es que se queda la casa muy vacía cuando se va y el bajón es gordo. Pero estar conectado y tener muchas entrevistas y tener instrumentos en casa a mí me está ayudando. Creo que de aquí a que salgamos me da tiempo a hacer otro disco, lo que pasa es que tengo que sacar uno antes.
David, ¿le da tiempo para el amor o lo tiene aparcado?
Pienso en el amor todo el día, porque tengo el amor de mi vida que es mi hijo ahora mismo. Él ha sido el motor de Capricornio, mi nuevo disco, él ha sido la inspiración. Me ha acompañado incluso en la creación, porque él toca la batería, que le gusta... Entonces es un disco en el que se refleja mucho el amor de un padre hacia su hijo, en éste caso de un padre soltero. En otro tipo de amor la verdad es que llevo dos años y medio de luto.
¿Cierra la puerta o es que no ha llegado la persona?
Ahora mismo la verdad es que no estoy capacitado para aguantarme a mí como para que me aguanten. Pero por suerte tenemos muy buenos amigos, muy buenas amigas y ahora más que nunca conectado con esas amistades, que antes no hablábamos tanto y ahora hablamos más y esa es la conclusión positiva. El amor... con el que le doy a mi hijo ahora estoy sobrado y como dormimos juntos pues lo tengo.
¿Está teniendo tiempo para componer o sacar nuevos proyectos? En sus redes se le ve cantando, animando a sus seguidores...
Sí, a veces somos masoquistas los aprendices de poeta, como yo me considero, o los compositores de temas. A veces del dolor se sacan las mejores frases o las mejores canciones. A mí, el domingo pasado, me salió una canción tras una frase de mi hijo. Porque jugamos aquí con una pistola de agua, que por suerte aquí no hay vecinos, y claro, jugamos a matar al coronavirus, antes del aplauso de las ocho. A eso de las siete y media lo saco y le digo, vamos a matar al coronavirus o con pompitas de jabón. Y me decía el otro día mi hijo, que en fallas se iba para Valencia y en Semana Santa nos íbamos para Jeréz y me decía: "Papi, parece que nos han robado la primavera, ¿no?". Y ya no podía dormir esa noche y me senté al piano y me salió una canción o una base y que colgué en las redes y que se llama eso: "Parece otro domingo, parece que nos han robado la primavera".
Son momentos en los que coges la guitarra o el piano y te salen melodías, armonías o frases muy profundas que voy cazándolas para luego desarrollarlas. Pero aunque el disco se haya aplazado hasta junio tengo muchas ganas de presentarlo, de tocarlo en directo, hemos parado los ensayos con la banda, estábamos ya preparando el directo, el diseño escénico, las luces y se ha quedado un poco todo eso parado hasta que nos podamos meter en un estudio a ensayarlo.
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