Tras varias semanas recuperándose de su última recaída en su lucha contra el cáncer, Álex Lequio (27 años) se ha visto obligado a abandonar el hospital en el que se encontraba ingresado y asentarse en su domicilio ante la falta de camas debido a la crisis sanitaria generada por el coronavirus.
El hijo de Ana Obregón ha tenido que dejar el centro sanitario por la falta de espacio y porque, debido a su delicada salud, los médicos consideran que lo mejor era reubicarle para evitar ponerle en peligro, según ha desvelado Semana.
Ahora, el joven empresario se encuentra en su casa acompañado por su madre, que desde que le diagnosticaron cáncer no se ha separado de su lado y se ha convertido en su mejor enfermera y apoyo en cada capítulo de esta dura batalla.
Haber abandonado el hospital no significa, sin embargo, que su último tratamiento haya terminado. Álex Lequio deberá seguir con su recuperación en su domicilio bajo un seguimiento exhaustivo por parte de su equipo médico.
En estas últimas semanas ha llevado a cabo su último tratamiento entre la clínica Ruber de Madrid, donde se encontraba ingresado desde el 8 de marzo -momento en el que comenzó la alarma por los primeros casos de Covid-19 en España-, y Barcelona, hasta donde ha viajado en varias ocasiones para visitar al doctor Baselga, un referente en el campo de la oncología que ya le trató en Estados Unidos.
Dos años de lucha
Una noche de marzo de 2018 Álex Lequio se despertó por un "tirón en la espalda" que le duró casi seis horas, según él mismo escribió en sus redes sociales. Tras percatarse de que no era algo normal, decidió acudir al hospital donde tras hacerle varias pruebas descubrieron qué era lo que padecía: cáncer.
Al poco de conocer la dura noticia, el joven, su madre, su padre Alessandro Lequio y su entonces novia decidieron tomar un avión y viajar hasta Nueva York para que recibiera un innovador tratamiento en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center.
El empresario y Ana Obregón estuvieron meses luchando contra la enfermedad. La propia actriz llegó a confesar que en este tiempo ella se olvidó de todo y solo se centró en cuidar a su hijo, que era su principal preocupación en esos momentos: "La Ana Obregón artista ya no existe, ya solo queda la madre. La primera se fue y no creo que vaya a volver nunca más. Mi prioridad es mi hijo, me ha enseñado que es un honor ser su madre".
En octubre de ese año, sin embargo, llegaron buenas noticias: el tratamiento estaba surtiendo efecto y podían regresar a España. Lequio continuó acudiendo a las sesiones de tratamiento en la Universidad de Navarra y en el hospital Quironsalud de Barcelona, tal y como confirmaron unas fotografías que publicó en exclusiva este periódico. En marzo de 2019 Ana Obregón pudo desvelar que "lo peor ya había pasado".
El empresario había ganado la batalla, pero no la guerra, pues en septiembre del año pasado se supo que el joven había sufrido una recaída y se veía obligado a cancelar un evento. Estos problemas de salud son normales en la lucha de una enfermedad como la suya, tal y como explicó la propia Ana Obregón. "Es una piedrecita en el camino, es una enfermedad larga, lo afrontamos con mucho optimismo", explicó.
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