María Teresa Campos (78 años) se ha enfrentado este sábado a una de sus entrevistas más difíciles en la que ha confesado todos los detalles de cómo fue ruptura con Edmundo Arrocet (70) y cómo está viviendo su presente lejos de él. La presentadora pisaba por primera vez Mediaset desde que se canceló su programa Qué tiempo tan feliz y revivió momentos con el humorista que le llevaron a derramar algunas lágrimas desde la silla de Sábado Deluxe.
Horas antes de enfrentarse a las preguntas de Jorge Javier Vázquez (49), la veterana presentadora llegaba a Mediaset y recorrió de nuevo la sede de Paolo Vasile en Fuencarral donde aún permanece su foto en el 'Pasillo de las Vanidades' y se adentró en el departamento de maquillaje. Fueron unas horas de espera en las que recibió decenas de mensajes de ánimo y apoyo de su entorno y sobre todo de sus hijas, Terelu Campos (54) y Carmen Borrego (53), que le insistían en que "se controlara y no contara de más".
Mientras los nervios y los recuerdos de María Teresa iban en aumento entre las cuatro paredes de Telecinco, Edmundo estaba "libre como un pájaro" -frase que según algunas voces fue la que le dijo a su expareja en su mensaje de despedida-. Este sábado, el humorista llevó a cabo su rutina más repetida cuando está en Madrid.
Edmundo salió de su apartamento 'de soltero' -aunque realmente está pagado por sus hijos- vestido con un conjunto bohemio y elegante compuesto por camisa, chaleco y americana en tonos beis y camel y un pantalón grisáceo claro. Completó su look matutino con unas gafas de sol oscuras y su pelo engominado hacia atrás.
Nada más cruzar la puerta de salida de su piso, el chileno se mostró calmado y dispuesto a hacer las compras pertinentes, pero al ver a los primeros fotógrafos que iban a seguir sus pasos durante toda la jornada, tensó su gesto. Bigote -que curiosamente ya se afeitó esta zona hace unos días- caminó a buen ritmo hasta la parte comercial del barrio madrileño para visitar algunos bazares chinos en los que hacerse con varios lienzos de gran tamaño para practicar una de sus aficiones preferidas: la pintura.
En el establecimiento saludó a varios trabajadores y vecinos con los que se mostró muy animado y simpático hasta el punto de que salió del lugar riendo y despreocupado. Durante su vuelta a casa, de nuevo acompañado por los paparazzi, Edmundo bromeó con la prensa y utilizó su habitual ironía para disuadirlos e incluso sacó su teléfono móvil para inmortalizar la prueba del interés mediático que estaba generando en un día clave para su expareja, María Teresa Campos.
"Teresita, me voy": el adiós de Edmundo
"Pero, ¿cómo ocurrió todo? ¿cuándo?", preguntaba Jorge Javier este sábado acerca de la repentina ruptura de la presentadora y el humorista. "El día 29 comimos por su cumpleaños, apagó la velita de la tarta y me dice, me voy a Málaga mañana", empezó narrando Campos. "¿A Málaga??, le dije yo. ¡Pero si te lo he dicho! dijo con un grito, y yo me puse muy nerviosa al ver su reacción. Ya no te puedo decir lo que dijo porque yo me puse de verdad muy nerviosa, porque ya habían pasado cosas, tontas, como mensajes que no tendría que haber enviado... me puse muy nerviosa, y me dijo: siempre me tienes que dejar delante de los míos como si... no quiero que me humilles más", relató con detalle Teresa Campos.
Al día siguiente llegó el momento de que Edmundo emprendiera rumbo al Sur. "'Teresita, me voy', me dijo, y se asomó a donde yo estaba sentada en un sofacito que tengo en mi cuarto. Y hasta hoy", contó. "Se iba sábado y domingo y el lunes supuestamente regresaba, pero recibí ese mensaje: 'Teresita, te dije que me iba y me iré... no quiero recordar tu cara... las discusiones...".
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