Tras un año en California, alejado de los escenarios y cerca de su hija y de la clínica donde le tratan contra el cáncer, Pau Donés (53 años) ha vuelto a casa por Navidad para mantener otra tradición: el concierto benéfico anual de Jarabe de Palo en favor de la investigación oncológica.
Barcelona, su ciudad, le ha acogido con los brazos tan abiertos que ha tenido que dar dos conciertos, uno por la tarde y otro por la noche, para dar cabida a todos los que querían estar con él en la sala Luz de Gas. El escenario también se ha quedado pequeño para los 19 músicos que le han acompañado, todos los que han pasado alguna vez por Jarabe de Palo, aunque solo han subido todos a la vez a la tarima en el último tema.
Donés presentaba a sus compañeros, feliz de verse rodeado de tantos amigos. Vital y positivo como siempre, el líder de Jarabe de Palo ha ofrecido dos conciertos festivos, en los que se respiraba el ambiente familiar que algunas bandas consiguen crear con sus seguidores de toda la vida.
"Estaba bajo una palmera y pensé ¿por qué no le digo a Jordi Évole que presente el concierto?", ha dicho Donés, que efectivamente ha sido presentado por Jordi Évole (45) y realmente vive rodeado de palmeras, "haciendo de padre y viviendo la vida día a día, sin hacer planes de futuro".
"Me gustaría que la gente no relacionara tanto el cáncer con la muerte y que fuese más consciente de los avances que se están haciendo en la investigación oncológica, por ejemplo en el cáncer de mama", comentaba el intérprete en una entrevista con 20minutos.
La vida tranquila que ha llevado durante el último año ha quedado trastocada esta semana: ayer cogió un vuelo transatlántico, llegó a Barcelona y ensayó, y por la noche ha dado dos conciertos, en los que ha bailado más de lo que es habitual en él para demostrar los avances que está dando en esta materia gracias a las clases de baile a las que se ha apuntado con su hija. Junto a su pequeña está viviendo en Estados Unidos.
El también compositor aseguraba en el citado medio que, pese a llevar un año parado, no echa de menos su vida anterior. "¿Tú sabes el lujo que es tener una rutina?", comenta entre risas. Sin embargo, hay algo fuera de esa cotidianidad que sí extrañaba, que es actuar. Por esa razón, el cantante anoche disfrutó al máximo de sus dos conciertos.
No se puede negar que cuando decidió desconectar durante un año tomó la opción correcta, porque ha vuelto cargado de energía y buen rollo, que ha transmitido a su público. "Hoy vamos a reunir una pasta gansa", ha gritado Pau Donés, antes de arrancar con Realidad o sueño, él solo con su guitarra.
La primera gran ovación del concierto ha sido para su tema Depende, uno de sus grandes éxitos, y el momento más emotivo poco después, cuando ha cantado sin acompañamiento musical Los ángeles visten de blanco, una canción que ha compuesto durante este último año y que está dedicada a "todas las personas generosas que he encontrado en los hospitales".
Pau Donés lleva cinco años luchando contra el cáncer pero no quiere que la enfermedad se convierta en la protagonista de su vida, así que prefiere hablar de otras cosas: "perdonad que baile un poco raro, es que me he hecho una lesión haciendo surf en Califonia", ha bromeado.
El concierto ha acabado con todos los músicos sobre el escenario interpretando Grita y Pau Donés contentísimo gritando "¡en total ya llevamos un cuarto de millón recaudado!". Varios pájaros matados de un tiro: música, buen rollo y dinero para la investigación.
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