Fue en julio del pasado 2018 cuando Mónica Naranjo (45 años) y su por aquel entonces marido, Óscar Tarruella (49), anunciaron a través de un comunicado que ponían fin a su relación tras quince años de vida en común. Una decisión meditada y de mutuo acuerdo que quince meses después muestra una realidad totalmente diferente.
El mánager ha hablado por primera vez sobre su separación, y se ha mostrado dolido e indignado por los ataques de la cantante: "Sentía miedo a su lado". Unas declaraciones que, sin duda, dejan entrever que no hay ningún tipo de relación entre ellos: "Mónica está despechada y no me perdona que yo tomara la decisión de dejar la relación. En su día me dijo que hubiese preferido la muerte a que yo la hubiese dejado", asegura Tarruella.
Ha definido a la cantante como "cruel" y ha amenazado con demandarla si continúa hablando sobre su persona y contando detalles sexuales de su relación con el fin de promocionar su programa, pero de momento no lo voy a hacer", ha contado Óscar para la revista Lecturas. Además, el deterioro del matrimonio fue tal en los últimos años, que "ya no mantenían relaciones íntimas". Su relación se basaba en el conflicto, y a pesar de que nunca hubo insultos, sí se faltaron el respeto en más de una ocasión.
Óscar no tiene miedo a contar su verdad y a reconocer que "tenía una gran dependencia de esta relación tóxica, y sin querer te autodestruyes a ti mismo", cuenta Tarruella. Sobre los motivos de la ruptura, sostiene que "ella dice que se descubrió el pastel. No sé a qué se refiere. Dejó de hablarme. Nombró interlocutora a mi hermana. Luego quiso que fuera un abogado. Fue un distanciamiento continuo", confiesa.
Su historia ya no tiene el final cordial que ambos querían cuando, a través de un comunicado, anunciaban que su relación terminaba con respeto y cordialidad: "Estimados compañeros, nos dirigimos a ustedes para comunicarles que a partir de ahora nuestras vidas irán por caminos distintos", comenzó explicando la ya expareja. "Esta decisión, meditada y de mutuo acuerdo, fue tomada desde el cariño y el respeto que nos tenemos". Y continúa, "en cuanto a lo laboral, seguiremos trabajando juntos, como venimos haciendo desde hace tantos años. Aprovechamos la oportunidad para agradeceros el respeto que siempre habéis tenido hacia nuestra familia", concluye.
Terminó así una historia de amor que empezó de la forma más curiosa. Mónica conoció a Óscar cuando él ejercía de mosso d'esquadra y acudió a casa de la cantante tras sufrir un robo en su domicilio. El policía catalán entró en su casa, y en su vida, en la que ha permanecido casi veinte años. Siendo no solo su mano derecha sentimental sino también profesional. La historia de amor fue tan pura y profunda que Mónica llegó a adoptar a Aitor, el hijo que Óscar tenía de un anterior matrimonio.
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