"La vida sin locura es como un huevo sin sal. Me gustan más los animales que los humanos", reza el Instagram de Rocío Madrid (40 años). Mejor no ha podido definirse. A Rocío muchos todavía la suspiran. No siempre ha hecho lo que ha deseado en su vida profesional, pero nadie le quita la sonrisa que la hizo tan conocida a su llegada a Madrid allá por los imberbes años noventa.
En concreto, fue en 1996 cuando recogió sus bártulos en su querida Málaga para probar suerte en el mundo de la interpretación en Madrid. Porque aquella Rocío, tan arrolladora y echá para adelante, tenía su sueño: ser actriz y trabajar en las grandes producciones de aquí y allende los mares.
La verdad es que, viendo su vida en perspectiva y desde la actualidad, sus objetivos se torcieron un tanto, no tuvo otra opción que dejarse llevar por el brillo de la noche de Mediaset -y sus despiporres en la hora golfa de Crónicas Marcianas- más que por el de los focos de una película o una serie, aquellos inocentes sueños de niña. En lo único que se ha mantenido Rocío invariable contra viento y marea a lo largo de los años es en el terreno sentimental. Ahí sí ha triunfado y se ha llevado los mejores Óscars.
Pero, volvamos al pasado para entender el presente. Como tantos otros cuando llegaron a la urbe de las oportunidades con los cachivaches a cuestas, tras un papelito en la serie Querido maestro protagonizada por Imanol Arias (62) y Emma Suárez (54), en 2001 se dejó querer por Gestmusic, la productora del momento. Ese año, los directivos del célebre programa de Xavier Sardá (60) le proponen presentarse al casting de reporteros. No era lo que ella buscaba en Madrid, pero terminó aceptando. Mientras tanto, algo habrá que hacer. Y en ese preciso momento cambió su vida para siempre. Una decisión dio un vuelco a su carrera. Su sensualidad, simpatía y espontaneidad cautivó a gran parte del público durante los más de cuatro años, de 2001 a 2005, que estuvo sentada junto a Sardá, en este programa que fue 'culpable' del trasnoche de muchos españoles entre finales de los 90 y principios del nuevo milenio.
Mientras era marciana, a la andaluza -con sus pelos morenos a lo afro y sus sensuales hoyuelos- la vimos desprendiendo arte en un recién estrenado Operación Triunfo, haciendo entrevistas, o algo parecido, a unos inocentes y desconocidos que se apellidaban David Bisbal (39) y David Bustamante (36). Épico fue ese momentazo en el que Álex Casademunt (37) la intentaba envolver en papel higiénico mientras Rocío intentaban hacerle preguntas serias. Esa frescura enamoró a muchos hombres y a alguna que otra mujer. Fueron años felices, de algarabía, pero un día vio su final en las noches locas de Sardà.
Fue en 2005 cuando su carrera profesional dio otro golpe de timón. Dijo adiós a ese programa que la dio a conocer. El motivo lo dio ella para El Confidencial: "Acabé bastante saturada y quería hacer cosas diferentes, más en la línea de la interpretación. Me empezaron a ofrecer trabajos, pero todos eran muy parecidos a Crónicas y no quería hacer lo mismo.La vida me ha dado la oportunidad de hacer lo que he querido hacer: cantar y bailar. Llevo cuatro años a tope con el teatro musical. Cuando salí de Crónicas sí que estuve un tiempo en mi casa, pasando la escoba, tuve dos niñas, pero seguí trabajando".
Rechazó a Ana Rosa
Pese a esta actitud positiva ante la vida, en esa época la malagueña tomó decisiones que pesaron demasiado cuando las vacas venían flacas a nivel profesional y los ay, si se repitieron:"He pasado por momentos en los que sí me ha dado bajón, porque esto es muy duro y no sabía si me estaba equivocando. Pensaba que si cuando me ofrecieron El programa de Ana Rosa hubiera dicho que sí, quizás habría seguido teniendo trabajo, un nivel de popularidad, unos ingresos importantes... Pero yo solo quería ser feliz con mi trabajo e irme a la cama satisfecha". En los peores momentos, Rocío no ha dudado en reflexionar sobre Crónicas desde la crudeza más terrible: "Una chica se pone de moda, la queman y a la basura".
Como decía, ella siguió en la brecha. Volvió, de algún modo, a su esencia más genuina: la interpretación. Lo hizo de la mano de la serie Fuera de control, una apetitosa ficción que selló un gran año y por la que compartió cartel con grandes como Amparo Larrañaga (55) y Loles León (68), entre otros. Por si esto fuera poco, ese mismo año se casó con el hombre de su vida, con el que a día de hoy continúa prendida de amor. Fue el 25 de junio cuando la reportera contrajo matrimonio en Málaga con el exjugador de fútbol del Real Club Deportivo español Ángel Morales (43). Además, en 2007 llegó su primera hija, Candela, y cuatro años después, su hermanita Triana. Rocío no podía ser más feliz, no le podía pedir más a la vida.
"Lloraba amargamente cuando me llamaban de GH"
Como ella misma dice, después de la serie barrió un poco su casa y un año después, en 2008, llegó otro gran momento laboral junto a Carlos Lozano (55). Presentó ¿Qué apostamos?, una versión para cadenas autonómicas del mítico concurso que estrenaron Ramón García (56) y Ana Obregón (63). Nunca ha ocultado que se tuvo que tatuar en su fuero interno que si no sales en televisión, no existes. Aun así, siempre se ha negado en redondo a participar en espacios de la talla de Supervivientes o Gran Hermano: "Cuando me llamaban, lo agradecía pero lloraba amargamente. ¿Por qué pensaban en mí solo para eso?". Pasito a pasito, y en esa línea de no venderse al mejor postor, Madrid fue batallando en el complicado mundo de la interpretación y en 2009 consiguió un papel en la quinta temporada de la mítica serie Amar en tiempos revueltos.
Sin embargo, tras esto regresaron de alguna manera las nubes grises y, tras un tiempo de sequía laboral, en 2013 participó en el reality de Cuatro Expedición Imposible junto a Casademunt. Cómo pasa el tiempo y cuántas vueltas da la vida; el destino los volvió a unir. Más tarde, tuvo un pequeño cameo en el especial El Ministerio del tiempo junto a Cayetana Guillén Cuervo (49) y más tarde se puso al frente de Me lo dices o me lo cantas, el espacio que capitaneaba Jesús Vázquez (53) en Telecinco.
Tres años más tarde, en 2016, probó suerte en nuevas vertientes profesionales con The Hole 2, un espectáculo burlesque que estuvo de gira por toda España, en el que hizo gala de su sensualidad elevada a la máxima potencia con el personaje de María del Mar. No se asombren por este salto al teatro cabaret; Rocío Madrid, antes que marciana, era profesional de la danza, carrera que estudió antes de un FP de Jardín de Infancia en su Málaga natal. En la actualidad, Rocío compagina su trabajo en el programa Tu cara me suena con sus trabajos puntuales en el teatro.
En definitiva, Rocío ha llevado una vida privilegiada en la que ha sabido, con tesón y paciencia, maridar el entretenimiento low cost que ofrecen las privadas con grandes trabajos en su verdadera pasión. ¿Quién le iba a decir a ella, cuando un día la "tiraron a la basura", que iba a saber reponerse y salir a flote?
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