La fama cuesta, que se lo digan a la genuina Tamara Seisdedos (48 años), que a día de hoy aún está esperando ese salto que cree merecer. Fue en el año 2000 cuando una tímida Tamara se cansó de batallar por un hueco en la industria de la música en su tierra natal, Vizcaya, y se instaló en la televisión. Su popularidad -en el mundo de la farándula barata, que no en la música- la alcanzó cuando salió en un vídeo del por entonces famoso mentalista Paco Porras para el programa Crónicas Marcianas. En ese momento, Tamara, para agarrarse al éxito, aseguró que estaba embarazada del mentalista y que posteriormente había abortado.
Eso le abrió las puertas de un olimpo fácil y, a priori, duradero a esa niña de modales frágiles, pelos imposibles a golpe de laca, uñas kilométricas y voz de playback permanente. Si bien en sus años mozos pocos se la tomaban del todo en serio, en los últimos años Tamara no ha sabido gestionar la fama como debiera y, pese a haber lanzado discos al mercado, su perfil mediático ha continuado como empezó: regular y con visitas golfas al Deluxe. En la actualidad continúa haciendo bolos en pistas de segunda, pero su mayor preocupación pasa por estar junto a su madre, Margarita Seisdedos, la mujer del ladrillo en el bolso, que atraviesa una dura enfermedad.
Melena pelirroja con flequillo, piel blanca y movimientos corporales muy particulares son las características que más llamaron la atención de Yurena -entonces Tamara después de ser María del Mar-, cuando apareció en Crónicas Marcianas. La cantante hacía bien su papel y las audiencias le correspondían. Su éxito como personaje se tradujo en la música y, bien arropada, debutó en el panorama musical con un single debut, No cambié, escrito por Leonardo Dantés y consiguió liderar las listas de ventas del país.
Alaska amadrinó su música y grabó con Nacho Canut
Sí, lideró durante semanas el ranking de hits más escuchados en el país. ¡Había nacido una estrella! Ese hecho provocó el estupor de los cantantes pop más puristas y la admiración de otros como Alaska (54) y su universo punk. A raíz del éxito, en el año 2001 y amadrinada por Alaska, publicó un álbum de estudio Superstar bajo la producción de músicos como Carlos Berlanga o Nacho Canut (61). Ahí es nada. En pleno flash abandonó el nombre de María del Mar y se registró como Tamara.
Pero la alegría por el éxito musical de sus sencillos No cambié y A por ti duró poco pese a todo. En 2004 la nueva Tamara fue demandada por la cantante de boleros, la Tamara auténtica para muchos, con motivo de la utilización de su nombre artístico. Se trató de una duelo judicial bastante mediático. Tras ganar en primera instancia y perderla en segunda, la cantante pop de se quedaba sin nombre. Un brete que ella solventó en un plisplas: Ámbar era su nueva identidad. Pero tampoco hubo suerte con este segundo nombre que ya estaba registrado. De esta manera y, como bien se dice popularmente, a la tercera fue la vencida. Tamara se bautizó como Yurena y se acogió a ese nombre como oro en paño. Tamara-Ambar....¡Yurena! Ella demostró ser un junco que siempre vuelve a levantarse.
Después de ese tiempo de crisis de nombres, nada volvió a ser igual para Yurena. Algo había cambiado y empezó el descenso definitivo de la medio estrella. Su madre, Margarita, comenzó a frecuentar los platós de televisión para defender a su hija de las insidias que sobre ella pesaban. En la memoria colectiva aún sobrevive aquel soberano bolsazo que la señora le propinó a un reportero en plena calle. Aquel complemento pesaba tanto que se instaló la leyenda de que la madre de Yurena llevaba un ladrillo dentro, un chascarrillo que incluso madre e hija supieron rentabilizar en los diversos programas de Mediaset.
Tras esta oscura etapa, Yurena desapareció un tema. Puede que con la esperanza de un gran regreso que nunca llegó. Intentó renovar su imagen años después y sacó al mercado un maxi single sin mucha repercusión. La cantante dejó aparcada su faceta artística y se dedicó a llevar sus negocios. Centró todas sus fuerzas en montar un bar llamado Glam Street en pleno barrio de Malasaña. Pocas fueron sus apariciones en algunos programas como en el desaparecido A tu lado, donde denunció una agresión en plena calle. "Han sembrado una mala imagen de mí", declaraba en plató una destrozada intérprete.
Su regreso a la música se produjo a principios de 2012 y lo hizo presentándose en Sábado Deluxe y regalándonos un momentazo televisivo con su actuación. ¡Yurena había vuelto para quedarse! Y lo hacía como una autentica diva del dance. Después llegarían otros éxitos musicales gracias a sus giras por Asia, principalmente en China, donde la adoran. Sin embargo, dejó por China por Supervivientes, donde participó y regaló momentos épicos. En la actualidad, ha participado en distintos espectáculos como por ejemplo el llamado Que trabaje Rita, y aunque no tiene la misma fama que antes, ha manifestado que le gustaría realizar un personality show. Nunca se cansa de reinventarse y luchar, eso nunca se lo podrán quitar. Otro cantar es el talento. Además, su madre está padeciendo demencia senil y Parkinson, debido a esto Tamara le dedica casi todo el tiempo libre de que dispone. Qué lejos parcecen quedar aquellos años en los que madre e hija, abrigo de visón puesto, desfilaban por todos los platós de Telecinco.
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