Isabel Preysler (67 años) acaba de hacer Historia en el Museo de Cera de Madrid. Con un vestido negro a rayas ajustado a la cintura por un cinturón ancho del mismo tono, y acompañada de su pareja Mario Vargas Llosa (82), la 'reina de corazones' se ha hecho de rogar para verse en la eternidad de la zona de Artes y Ciencias del museo. Al filo de las 20:40 horas de la noche -la cita estaba fijada a las 20-, Preysler ha llegado al acto con la mejor de sus sonrisas.
Tras recibir un ramo de flores y desfilar por la alfombra hacia el photocall, Isabel se ha visto a sí misma al descubrirse el telón y aparecer su 'hermana gemela' en cera. Rápidamente, se ha dirigido hacia su retrato y ha posado junto a él. Ante las preguntas de la prensa de si considera que se parece a su réplica de cera, la socialité ha respondido: "Tiene los mismos ojos que yo, no le veo ningún fallo". Feliz, Isabel ha reconocido que esta noche "ha sido muy especial" para ella.
La Preysler de cera porta un vestido, tal como aseguró este medio, azul de lunares, como el que la musa de Porcelana escogió para un evento. Con él inauguró la tienda de la firma de cerámicas de la que es imagen en Oviedo en el año 2011, un acto en el que estuvo acompañada por sus hijas, Tamara Falcó y Ana Boyer. Pese a su felicidad ante el resultado, lo cierto es que la Isabel de cera no es la que todo el mundo imaginó. De hecho, parece más mayor que la Preysler de carne y hueso. En el evento de este jueves, el rumor masivo era un secreto a voces: la figura no se parece en nada a ella. Tan poco, que algunos medios se lo han hecho ver: "Se parece más a su hija Tamara". Isabel, como toda respuesta, ha sonreído.
La excelente disposición de Preysler
La historia se remonta al año pasado cuando un par de trabajadores del emblemático Museo de Cera convencieron a la musa y acudieron a su domicilio madrileño para tomarle las medidas pertinentes y hacerle diversas fotografías, así como un vídeo para conocer sus facciones y ponerse en marcha con la escultura. Preysler estaba dispuesta a pasar a la eternidad y accedió con amabilidad a todo el tedioso proceso. El resultado lo puede disfrutar el público desde este jueves a las 20 horas con tan solo acercarse a la madrileña calle de Recoletos.
Ante este hecho histórico tanto para el museo como para la sociedad, JALEOS se puso en contacto con una fuente interna del Museo de Cera que ha confirmado la buena disposición que tuvo la socialité, y la donación que ha realizado a la magna causa: "El vestuario, en esta ocasión, como en la mayoría de los casos de personajes contemporáneos siempre es donado por el propio protagonista. Isabel ha donado un vestido de cóctel, el bolso y los zapatos que luce ya su réplica".
"Lo único que te puedo decir del vestido es que es corto, tipo cóctel, que ya lo ha lucido, que tiene una historia y que es azul de fondo", han puntualizado a este medio horas antes de la 'inauguración'. Por otro lado, "lo que no ha donado ella son los pendientes, que son unas perlas que ha puesto el propio Museo". Pero no es que haya sido una negativa de Preysler, sino algo habitual, se matiza: "Por una cuestión de que no durarían en el museo ni dos horas. Por eso directamente no pedimos nada de joyería a los personajes porque no merece la pena. Eso pasa también con las joyas de la reina, que obviamente son bisutería siempre".
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