Al proceso independentista catalán le ha salido una sorprendente defensora: Pamela Anderson (50 años). El icono televisivo en los 90 y mito erótico de varias generaciones daba este domingo su opinión a Risto Mejide en Chester después de que le preguntara por la independencia de Cataluña.
“No sé si estoy a favor de la independencia o no. Estoy a favor de que la gente pueda decidir. Espero que el pueblo catalán pueda decidir y vivir como quieran, que se les gobierne como quieran estar gobernados. No soy de aquí y no tengo toda la información. Me parece un tema fascinante, el mundo está pendiente. Hay muchas pequeñas Españas dentro de España”, comentó.
Con la Meca del Cine convulsionando con historias de abusos sexuales y de poder sobre mujeres de la industria, Pamela Anderson sabe ilustrar perfectamente cuánto de sexualizada está la carrera de una actriz en Los Ángeles. “Hollywood está lleno de Harvey Weinsteins. Hay muchos. Muchísimos. Como cualquier mujer sabe, todos los sectores los tienen. Todo el tiempo te dicen que subas a la habitación de alguien. Hay que ser lista y saber esquivar”.
“Me ha ocurrido muchas veces. Te dice la gente: ‘Te estoy considerando para este papel en esta película. ¿Por qué no vienes a mi hotel y hacemos una entrevista privada?’ Pues no vas, simplemente no vas”, siguió contando.
“A mí me han ofrecido muchísimo dinero para… compartir jacuzzi con alguien y ese tipo de cosas. Al principio era muy ingenua, pero al final conseguí simplemente eludir todas estas trampas y si algo no me parecía que fuese a salir bien, no lo hacía y ya está. Pero la gente está muy desesperada por conseguir un trabajo en Hollywood o hacerse famosa y piensan que es la única manera de hacerlo. Creo que parte de la razón por la que todavía sigo aquí es porque me he hecho respetar por la gente de la industria”, añadía.
De su encuentro con Harvey Weinstein mantiene un desagradable recuerdo. “No es una persona muy maja que digamos. Teníamos apalabrada una película de superhéroes o algo así. Yo hacía de la chica invisible, con un perro invisible y yo dije que no trabajaría con animales, porque también hay abusos y explotación sobre ellos. No quise. Le dije: ‘Como es un perro invisible, ponemos una cruz en el suelo y listo, pero que no haya un animal de verdad en el set’. Él dijo: ‘De ninguna manera’. Al final no acepté el papel, y me amenazó: ‘Nunca vas a trabajar en Hollywood. Tienes suerte siquiera de que te haya dirigido la palabra. Nunca vas a hacer nada’. Fue súper cruel y muy grosero”.
La mujer con más portadas de Playboy
Preguntada por el hecho de ser la mujer con más portadas Playboy de la historia, Anderson confesó que “no creo que sea un logro. Pero me ha gustado mucho hacerlo. Salir en la portada de Playboy es halagador, es un cumplido. Pero no es conseguir el Nobel de la Paz”, explicó. “¿Parece que no te sientes orgullosa?”, le preguntó Risto. “Sí, claro que sí. Fue como una universidad para mi”.
En este sentido, al ser cuestionada si ha contribuido a la cosificación de la mujer con estas portadas, la canadiense dijo que “es entretenimiento. Yo he hecho lo que quería hacer. Nadie me ha obligado, yo he elegido. Creo que eso no perjudica a nadie. No me gusta que ni las mujeres ni los hombres me digan como tengo que ser. No voy a decir que no soy feminista, pero no quiero que me impongan como me tengo que comportar como mujer. Gracias a grandes feministas estoy donde estoy. Pero yo no siento esa cosificación”.
Respecto a su opinión sobre la cirugía estética, Anderson se negó a hablar de ello. “No quiero hablar de eso. No es muy femenino. Es asunto de cada uno. A nadie le importa. Aunque es verdad que hay personas que van buscando la juventud a toda costa”.